Biografiak

ECHEVERZ SUBIZA, Antonio de

Hombre de armas, nacido probablemente en Asiáin (Navarra) hacia mediados del siglo XVII y murió en Guatemala el 25 de diciembre de 1733. De joven estudió en Valladolid, siendo como su hermano Baltasar de Echeverz y Subiza (v. artículo correspondiente) colegial del Mayor de Santa Cruz de dicha ciudad castellana. Dejando la carrera de las letras, hacia 1674 se embarcó para las Indias, con rumbo a México, donde su hermano Agustín de Echeverz y Subiza (v. artículo correspondiente) se había hecho con una fabulosa fortuna. Sin que se sepa por qué, Antonio dejó México, para en 1676 encontrarse ya en Panamá. El año 1685 aparece como alcalde ordinario de la ciudad de Panamá, y al año siguiente participó en la defensa del puerto de Perico (una isla del Mar del Sur, en el Golfo de Panamá) siendo capitán en la acción que se llevó contra los piratas que se hallaban en dicho puerto. En 1692, con motivo de las pruebas que se llevaron a cabo para su ingreso en la Orden de Calatrava, figura todavía como alcalde de la Hermandad de Panamá y su provincia. No hay rastros de la actividad de Echeverz hasta 1724, en que fue promovido a la capitanía general de Guatemala. Para esas fechas ostentaba, además del de caballero de la Orden de Calatrava, los títulos de Geltilhombre de Cámara de S. M. y el de Señor de la Llave Dorada. Mercader disfrazado de calatravo en expresión de su biógrafo A. de Otazu-, Antonio de Echeverz no ha dejado buen recuerdo en Guatemala de su gestión como gobernador. De hipócrita redomado, que pretendía lavar sus oscuros negocios con manifestaciones de una piedad barroca y ostentosa, lo han calificado algunos historiadores de aquel país; y, aunque hubiera que rebajar quizá un poco las tintas en la aplicación de un término tan absoluto como el de hipócrita a un Echeverz que, además de protector de curas y monjas, fue fundador de la Cofradía de Nuestra Señora de Aránzazu en Guatemala, es más que posible que nuestro flamante hombre de armas se dejase arrastrar alguna vez a esos oscuros caminos, que no los de la honestidad y rectitud, a los que alude cierto escritor guatemalteco. A la verdad, todo ello estaba muy en la línea de los modos coloniales, y no hay que salirse del país natal de Echeverz para encontrar ejemplares consumados en la práctica de tales modos (v. art. UZTARIZ Y BERTIZBEREA, Juan Andrés de). Ref. Alfonso de Otazu y Llana: "Hacendistas Navarros en Indias", pp. 97-99.

Luis F. LARRAÑAGA