Udalak

ECHARRI

Urbanismo y construcciones civiles

El pueblo se sitúa en una zona alta, a ambos lados de la carretera, en ligera pendiente. Junto a la iglesia llama la atención una fuente con pilar poligonal rematada con un jarrón y "aska" del mismo perfil. Una placa de piedra reza: SE HIZO EN 1868. Detrás hay un lavadero público con pila para lavar en piedra, cubierto con tejado a dos aguas sobre tijeras de madera y pilares de ladrillo. La primera casa del pueblo es un recio bloque cúbico, con tres alturas y tejado a cuatro aguas, con gran alero. Los muros van enlucidos, con cadenas de sillar en zócalo, esquinas y enmarques, y las diferentes alturas se separan por impostas lisas. La fachada se abre con portalón adintelado flanqueado por dos ventanitas. En el piso noble hay tres ventanas rectas con antepechos de piedra, y corona el ático con tres tragaluces.

En la zona del pueblo situada por encima de la iglesia vemos una antigua torre de planta rectangular, muy típica en la zona de Etxauri, con muros ciegos, dos cornisas en alto y tejado a doble vertiente. Enfrente hay una casa en estado de abandono, con planta rectangular y tres alturas. Los muros van enlucidos, salvando zócalo, esquinas, enmarques y el paño inmediato al acceso. Los vanos son rectos, a excepción de la puerta, que es de medio punto. Ya en la zona alta, encontramos una casa en ruinas con vanos rectos decorados por cintas planas, y una casa muy remozada que reaprovecha materiales antiguos como un arco de medio punto.

Hacia la zona baja del pueblo se abre una placita presidida por un edificio palaciego, de planta alargada y dos alturas más ático. En planta baja se abre un arco de medio punto de largas dovelas, así como dos ventanitas y un tragaluz. Por encima hay cuatro ventanas con antepechos de piedra, y remata un ático abierto por dos tragaluces. Preside la fachada un escudo barroco. Siguen casas de menores pretensiones, que a día de hoy muestran muros de mampostería sin enlucir, dos o tres alturas y vanos rectos a excepción de alguna puerta de medio punto. Más adelante, hacia la salida del pueblo, dos casas se adosan en "L", con muros enlucidos con las excepciones acostumbradas, y vanos rectos salvo las dos puertas, de medio punto. Regresando por una callecita lateral vemos casas que repiten formatos ya reseñados, alguna de ellas en proceso de remodelación. Son casas en buen estado de conservación, aunque en las últimas intervenciones se ha tendido a eliminar el tradicional enlucido. Por lo general presentan dos alturas más ático, y las ventanas son siempre rectas, aunque entre las puertas predominan las de medio punto.

Ermitas

Pérez Ollo cita como propia del lugar la ermita de San Martín, ubicada a un cuarto de hora del pueblo, en la misma ladera de la montaña. Se trata de un edificio de simplicidad extrema, con planta rectangular y acceso por el lado de la Epístola. Los muros de piedra van totalmente enlucidos, y se perforan por una ventana recta en el lado meridional, a la altura de la cabecera. El acceso es una simple puerta adintelada, y se cubre con tejado a doble vertiente, sobre estructura de madera.

Parroquia de San Esteban

Como hemos visto en innumerables ocasiones en este tipo de templos rurales navarros, se trata de una iglesia medieval en origen, que fue intensamente reformada en el transcurso del siglo XVI, aunque el lenguaje elegido para esta intervención fue aún de tradición gótica. La planta consta de una única nave, dividida en tres tramos iguales y cabecera profunda con cinco paños. Dos capillas poco profundas se abren a los lados del tercer tramo, a modo de transepto. El acceso se practica por el lado de la Epístola, a la altura del segundo tramo, y va cobijado por un pórtico exterior, mientras que a la cabecera se adosa por el mismo lado el volumen de la sacristía, que es una estancia de planta en "L". Por el lado del Evangelio registramos una escalera intramural para acceso al coro y a la torre.

Los muros son de sillarejo, y van perforados por tres ventanas que dan luz al interior, todas ellas rectas y abiertas en el lado de la Epístola, a la altura de la cabecera y de la capilla sur, y en el muro de los pies. Hay así mismo un coro alto, del siglo XVI como el resto de la fábrica. El arco de embocadura es escarzano, muy moldurado.

La iglesia se cubre con bóveda de terceletes de tradición gótica, que afecta a los tres tramos de la nave y al sotocoro, mientras que la cabecera recibe también bóveda nervada, pero con diseño estrellado. Los nervios descansan en ménsulas que llevan decoración de bolas propia de la época de construcción del templo. Las capillas laterales van con bóveda de cañón, mientras que la sacristía va cubierta por un tramo de bóveda de arista.

Al exterior llamaremos la atención en primer lugar sobre la torre, que se levanta sobre el primer tramo de la nave, siguiendo la pauta de los templos del medievo rural navarro. Su corto fuste prismático remata con los huecos rebajados para las campanas, y un tejado en pabellón. Un alero de piedra recorre toda la fábrica, decorado por una cenefa a base de bolas. Un pórtico muy reformado alberga la portada propiamente dicha, que consta de arco de medio punto, cuyo derrame se salva por cuatro arquivoltas lisas, que apean sobre pies derechos también lisos, que llevan sendas molduras corridas a modo de basas y capiteles. Por la parte externa del arco corre un guardalluvias decorado con bolas.

Al interior, el presbiterio va ocupado por un retablo del siglo XVI, obra de Pedro y Miguel Marsal, que lo ejecutaron en el último cuarto de la centuria. Su arquitectura consta de banco, tres cuerpos de cinco calles y ático rematado por frontón triangular entre aletones. Se articula mediante estípites en el banco, y columnas de orden toscano, jónico y compuesto en el resto. El sagrario es contemporáneo de la construcción del retablo. La iconografía consta de banco con relieves en los que se alternan, dos a dos, los Cuatro Evangelistas con los apóstoles Andrés, Tomás, Felipe y Santiago el Menor. En el primer piso se encuentra el relieve de la Oración en el huerto, las tallas de San Juan Bautista y San Martín, y el relieve del Prendimiento. En el segundo cuerpo figuran la Anunciación, tallas de San Miguel Arcángel y San Sebastián, y un relieve que representa a la Virgen con Santa Isabel, el Niño y San Juanito. En segundo plano, de manera expresiva pero un tanto infantil, aparece San José entre unas arquitecturas un tanto torpes. El espacio central va presidido por una talla de la Virgen con el Niño, gótica del siglo XIV, reaprovechada para este retablo. En el tercer cuerpo vemos el relieve de la Lapidación de San Esteban, tallas de San Gregorio Magno y San Esteban, titular y sedente, como diácono, más las escenas de San Antonio Abad y San Esteban ante el juez. Por encima está el Calvario, entre dos profetas y cuatro niños que portan otros tantos escudos, y el Padre Eterno en el remate, entre Moisés y David.

En la capilla del lado del Evangelio admiramos otro retablo de calidad, dedicado en esta ocasión a San Blas, de estilo romanista. Consta de banco, un cuerpo tripartito y ático rematado con frontón triangular, flanqueado por aletones avolutados en las que se recuestan dos figuras al modo miguelangelesco. En el banco figuran relieves con aves que pican frutas y ángeles portando una cartela. En el cuerpo vemos a San Blas, ataviado como obispo, sedente y en actitud de bendecir, flanqueado por dos santos obispos de similar porte. En el ático vemos el Martirio del santo. La escultura es de buena calidad, con figuras poderosas y naturales, a excepción de los ángeles del ático, toscos y en forzadas posturas. En la misma capilla podemos admirar una pila de bautismos del siglo XVI, contemporánea de la fábrica. Muestra fuste corto decorado con estrellitas insertadas en círculos, y gran taza semiesférica decorada con gallones, más una cenefa de círculos con decoración diversa, y sogueado en el borde superior. La decoración puede relacionarse con los motivos del repertorio vasco que utilizaban los ebanistas y los escultores de estelas discoideas. En la sacristía podemos encontrar la escultura de un santo obispo, gótica del siglo XV, en precario estado de conservación, un Crucificado romanista del XVII, y varias piezas de orfebrería.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)