P. Clément Duhalde. Célebre capuchino y predicador nacido en Azkaine (Lab.) hacia 1696. Apenas tenia 14 años cuando se consagró a la vida religiosa ingresando en el convento de los PP. Capuchinos de Baiona, donde había recibido su primera educación. La oración, la meditación y el estudio de las Sagradas Escrituras fueron la pasión del joven religioso hasta que, ordenado sacerdote, por invitación de sus superiores, se dedicó a la predicación, para la cual había de mostrar un raro talento. Favorecido de una magnifica voz y de don de elocuencia, ocupó la cátedra cristiana por un largo período de cincuenta años. Las principales ciudades de Francia, y sobre todo las de Sens, Montauban, Burdeos, Tolosa y Marsella oyeron su plena elocuencia, vigor y audacia. Habiéndole precedido sólo unos pocos años el ilustre misionero Bridaine, dio, con el mayor éxito, varias estaciones de Cuaresma y de Adviento. Las que dio en 1751, 1752 y 1753 en París, a donde le había llamado monseñor Beaumont, antiguo obispo de Pamplona / Iruña, le colocó entre los mejores oradores de la época, lo cual contribuyó no poco a que se le nombrase predicador ordinario del rey de Polonia, Stanislas. Enemigo de toda afectación, tan en boga en su tiempo, el P. Clemente no olvidó jamás la sublimidad de su misión para entregarse de lleno a su auditorio; se elevó siempre y en todas partes, con noble independencia, contra las nuevas corrientes jansenistas. Célebre predicador, fuera de serie, una vez cumplida su misión, se convertía en un modelo de austeridad entre sus compañeros de religión. Los cargos que ejerció en su Orden fueron siempre aceptados por obediencia. Guardián del convento de Baiona, definidor provincial de Guienne, fue también llamado a Roma para elegir el nuevo general de la Orden. El modesto religioso, temeroso de que se quisiera nombrarle para esa dignidad, llegó a Roma cuando se hallaba finalizando la elección, lo que le valió el reproche del Soberano Pontífice. Murió Duhalde en el Convento de Baiona el 25 de junio de 1781 a la edad de 86 años después de 71 de profesión religiosa en el claustro. El benedictino D. Chaudon de Cluny ha resumido sus cualidades en los cuatro versos siguientes:Doux sans faiblesse, austère avec prudence, II subjugua l'esprit, il sut toucher le coeur; Et, joignant ler vertus au don de l'éloquence, Il Prouva ses discours par ses moeurs.