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DOROÑO

En la ladera sur del monte Zaldiaran se levanta este discreto pueblo con un caserío repleto de construcciones del siglo XVI, con bellas y abundantes portadas en arco de medio punto. Destaca en una de estas viviendas un dintel de ventana, situada en el primer piso, con un medallón labrado en el que aparece un cáliz y una forma, las llaves alusivas al clero y sendos jarrones, todo ello inserto en una bella orla.

En la parte más baja del pueblo se halla la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción. El exterior corresponde a una edificación del siglo XVI, un cajón rectangular con muros de mampostería y revoco y contrafuertes en los ángulos y muros. A sus pies se adosa una bella torre de piedra de sillería, levantada en 1797, con su cuerpo de campanas decorado con arcos de medio punto y pilastras en los ángulos. Es obra de los arquitectos Tomás de Guerra y Nicolás de Ullivarri (M. J. Portilla Vitoria y J. Eguía López de Sabando, 1968: 92/94). También en el muro sur y en fechas próximas se debió de construir el pórtico actual, con arco rebajado y en piedra de sillería. El acceso al interior se hace a través de un bello arco de medio punto. La nave cuenta con tres tramos y dos capillas laterales próximas al presbiterio y con cabecera recta y cubierta con bóvedas estrelladas propias del Gótico-Renacimiento, que descansan en mensulas.

El ajuar medieval se ciñe a una cuidada pila bautismal de copa octogonal con decoración vegetal en la zona más alta y rostros humanos en la zona inferior. Dentro del arte mueble de la iglesia sobresale el retablo mayor, de principios del siglo XVII y obra del escultor del taller de Vitoria, Pedro de Ayala. Se trata de un bello conjunto Barroco Clasicista que consta de bello sagrario relicario en el banco y que organiza su cuerpo con columnas de fuste entorchado. Posteriormente, a mediados del siglo XVIII, Manuel Moraza reforma y amplia el retablo acorde al gusto Rococó del momento. Se trata de un bello conjunto de talla en el que destacan las esculturas y relieves romanistas. En el banco, los de la Anunciación y Visitación, las tallas de san Esteban y san Juan Evangelista en el cuerpo y un santo mártir en el ático. En la calle principal la Asunción de la Virgen, titular de la iglesia. El sagrario, de planta centralizada y dos pisos, también se organiza por medio de columas torsas y capitel jónico en el primero y corintio en el segundo, rematándose el conjunto con una cúpula. En la puerta, destaca la pintura del Resucitado y entre dos tallas de san Pedro y san Pablo. En el cuerpo superior la Virgen con el Niño en el nicho central y san Juan y san Mateo en los laterales. Sobre la cornisa san Roque y san Sebastián, santos de devoción popular considerados antipestíferos. Todo el conjunto se policromo a mediados del siglo XVII por el pintor Martín González.

Los dos retablos laterales son obras de la segunda década del siglo XIX, realizados en estilo Neoclásico. El del lado del evangelio cobija una talla de fines del Renacimiento con la bella iconografía de santa Ana Triplex, en la que se presentan las tres generaciones, Niño, Virgen y santa Ana. En el retablo del lado de la epístola, encontramos una imagen de la Inmaculada Concepción en el nicho central y Santa Bárbara y un ángel en las laterales.

Amaia GALLEGO SÁNCHEZ (2008)