Situación demográfica en la época moderna. San Juan de Luz sufre a lo largo de todo el siglo XVIII múltiples dificultades que se traducen en una preocupante disminución de su población. De 9.500 habitantes en 1730, la comunidad de San Juan de Luz pasa a tener sólo 3.367 en 1755 y 2.427 en 1774. Este declive viene dándose desde el último cuarto del siglo XVII.
(Según el estudio de Jean-Noël Darrobers) | ||||
Periodo / media anual | Bautizos | Sepulturas | Matrimonios | |
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1669 / 1682 | 253 | 175 | 47 | |
1683 / 1713 | 109 | 130 | 32 | |
1714 / 1739 | 146 | 150 | 30 | |
1740 / 1748 | 103 | 150 | 18 |
Este "cataclismo" demográfico se explica por la confluencia de varios factores de orden económico, político y social. En primer lugar, la principal razón de este fenómeno reside en las repercusiones políticas de los diferentes conflictos armados que tuvieron lugar en Europa a finales de los siglos XVII y XVIII: de la guerra llamada de la "Liga de Ausburgo" a la de la Independencia de los Estados Unidos de América. En efecto, las consecuencias económicas de los tratados de paz, sobre todo los de Utrecht, de Aix la Chapelle y de París, reducen de forma drástica las zonas de pesca de San Juan de Luz que pierde, además, sus privilegios comerciales. Esto provoca una disminución de la actividad marítima y por tanto, en el campo geográfico, una emigración importante hacia dos ciudades prósperas: Baiona y, sobre todo, San Sebastián que ostenta el monopolio del cacao gracias a la presencia de la Compañía Guipuzcoana de Caracas.
Además, las pérdidas humanas provocadas por todas las guerras son importantes. En las guerras de la Liga de Ausburgo (1686-1697) y de Sucesión Española (1701-1714) habría fallecido una población de unos 500 jóvenes. El deseo de escapar a la recluta marítima también constituye un factor importante a la hora de decidirse a partir a tierras mejores.
Por último, las enfermedades infecciosas, las epidemias y, sobre todo, los caprichos del clima, tienen una repercusión psicológica nada desdeñable en la hemorragia demográfica de San Juan de Luz. El avance del mar y las diferentes tormentas de finales del siglo XVIII, que sumergen una parte de la ciudad, contribuyen a un fenómeno llamado de "repulsa" por parte de los habitantes.
Estos elementos se observan en los tres índices demográficos que desarrollamos a continuación en el cuadro de la imagen correspondiente.
Los bautizos
A comienzos del reinado efectivo de Luis XIV, la media anual oscilaba alrededor de los 200 bautizos mientras que bajo el reinado de Luis XVI, un siglo más tarde, se acercaba a los 80 bautizos. Este fenómeno crónico revela el alcance del cambio de la situación demográfica que experimenta San Juan de Luz en el siglo XVIII. La emigración, que se había vuelto habitual, sumada al envejecimiento de la población, hace que cada vez nazcan menos niños en la ciudad de los corsarios. En 1780, sobre todo, se observan fenómenos puntuales de "recuperación", que corresponden a los periodos de paz, de atenuación de las enfermedades y las epidemias, o de repunte económico, pero no permiten invertir la tendencia al declive. Además, las epidemias recurrentes en agosto y septiembre dan lugar a una importante mortalidad de los recién nacidos que se refleja en los registros parroquiales con un aumento de los bautizos de bebés que sólo vivieron unas horas.
No obstante, la regularidad mensual de las concepciones, que es una constante en San Juan de Luz, revela las prácticas corrientes de las parejas que se apartan de las normas. Los periodos de abstinencia impuestos por la Iglesia, no siempre son respetados. En efecto, mientras que durante la Cuaresma las concepciones son muy escasas, en la época de Adviento son muy numerosas. Esto se explica por el regreso de los marineros a tierra firme. Además, las concepciones prenupciales afectan al 12% de las familias entre 1755 y 1789, y los nombres elegidos en los bautizos son, en su gran mayoría, nombres del Antiguo Testamento, lo cual recalca el fracaso de la contrarreforma en San Juan de Luz. Estos elementos resaltan la pérdida de ciertos valores morales de una población en constante disminución y en desasosiego frente a tantas calamidades que la azotan. El desplazamiento de la Iglesia queda de manifiesto en una parroquia costera que, sin embargo, está bien anclada en el catolicismo.
Por el contrario, en los registros se mencionan muy pocos niños naturales o ilegítimos. Estas desviaciones se explican por la presencia de minorías sociales y étnicas, como las viudas que caen en la pobreza, la colonia de cincuenta "gitanos" y algunos "negros". La familia típica de San Juan de Luz se compone de una pareja y tres hijos, lo que subraya, en la Francia del Antiguo Régimen, la atonía de la natalidad.
Los matrimonios
Durante el periodo moderno, la curva de los matrimonios se caracteriza por un declive lento, pero real, de los enlaces. Bajo el reinado de Luis XIV tienen lugar unas 40 celebraciones al año, que descienden a 20 a las puertas de la Revolución. Los periodos de "recuperación" no cuajan hasta tal punto que la paralización económica hace que muchos se vean obligados a emigrar. Este fenómeno se percibe en el estudio de las firmas en la parte inferior de las partidas de matrimonio. Mientras que en el resto de Francia la instrucción del pueblo progresa, en San Juan de Luz la tipografía de las firmas muestra un retraso en materia de alfabetización. En efecto, el número de individuos que sabe escribir las letras de su nombre de forma uniforme o correcta tiende a reducirse claramente. La fuga de las élites también es un parámetro importante en la explicación de este fenómeno.
Dos de cada tres matrimonios se contraen durante los meses de invierno, cuando han regresado las "gentes de la mar" y el trabajo del campo tiene menos importancia. No obstante, la Cuaresma y el Adviento, periodos proscritos por la Iglesia para la celebración de las bodas, son respetados. El índice de endogamia de un 77% entre 1755 y 1789 (fenómeno generalizado observado en la provincia de Lapurdi), muestra un repliegue de la comunidad sobre sí misma y el aumento de los matrimonios entre "vecinos". Los contrayentes de matrimonios no originarios de San Juan de Luz proceden de otras parroquias costeras de Lapurdi o de las provincias cercanas. La endogamia social, uso típico del período del Antiguo Régimen, es la norma en esta región.
La evolución anual de las sepulturas indica una disminución de la mortalidad en San Juan de Luz. De una media anual de 175 fallecimientos a principios del reinado efectivo de Luis XIV, los registros de sepulturas sólo indican una media de más de 80 fallecimientos al año en la segunda mitad del siglo XVIII. Aunque la cifra se haya reducido a la mitad, la disminución de la población es tan grande que la mortalidad es cada vez más frecuente. Las variaciones según las estaciones del año subrayan el gran número de víctimas que se cobran las enfermedades digestivas y las fiebres durante el verano, y de niños "de pecho" durante el invierno. Las principales causas de mortalidad son tres: las relacionadas con la guerra, los accidentes y las epidemias, y por último, la vejez.
Las causas vinculadas a la guerra y a sus consecuencias explican la hecatombe humana que sufrió San Juan de Luz. Entre 1755 y 1789 estas causas aparecen en el 50% de las partidas de defunción en las que se indican las razones del fallecimiento. Las guerras de Holanda, de la Liga de Ausburgo, de Sucesión Española, de Polonia y de Austria, de los Siete Años y de la Independencia de los Estados Unidos de América son responsables de múltiples desapariciones. La mayoría de estos habitantes de San Juan de Luz que perecieron "por el Rey" terminaron sus días en las prisiones británicas de Plymouth o Winchester. Los demás perdieron la vida en el campo de batalla o en el mar, o como consecuencia de ambas cosas, principalmente en los hospitales de Brest o de Rochefort. Los otros fallecidos que se engloban en las causas relacionadas con la guerra son los desaparecidos, aquellos de quienes "no se tienen noticias": son personas cuyo cadáver no fue hallado y cuya desaparición fue notificada en los registros parroquiales bajo la rúbrica "servicios fúnebres".
La otra causa de mortalidad principal es la que abarca los accidentes, las enfermedades y las epidemias. Esta es la más frecuente aunque sea de las menos consignadas en los registros parroquiales. La falta de higiene y la presencia de marismas en el centro de la ciudad, importante foco de propagación de epidemias de todo tipo, son la causa de gran número de muertes. Las epidemias de fiebres y de malaria (la de 1780 es la más mortífera que se haya registrado), las enfermedades digestivas y respiratorias y las epizootias (como la de 1774), que afectan de forma indirecta a los hombres, son frecuentes en San Juan de Luz y azotan a todas las franjas de edad de la población. En el mundo del Antiguo Régimen, los accidentes también eran una causa de mortalidad muy extendida tanto en el medio rural como en el urbano. En San Juan de Luz, los tipos de accidentes más frecuentes son los ahogamientos y los de la vida cotidiana y doméstica (relacionados, sobre todo, con el paso de las carretas).
La última causa de mortalidad, la más lógica, está relacionada con la vejez. Debido al éxodo de los adultos en edad de trabajar, la población que queda es principalmente la de los ancianos, que tiene más probabilidades de fallecer. Este fenómeno se materializa en las curvas de edad de los fallecidos con una parte cada vez mayor de mortalidad de las personas "mayores" con respecto a las otras franjas de edad. De esta forma, la mortalidad de San Juan de Luz se caracteriza por un envejecimiento demográfico real.
En conclusión, en lo referente a las franjas de edad de los habitantes de la "ciudad de los corsarios", dentro de los hombres y las mujeres adultos, el número de personas de más de 60 años aumenta en proporción con el resto de la población. Los recuentos de 1755 y 1774 destacan esta tendencia de la comunidad de San Juan de Luz. Estos dos elementos caracterizan a la demografía del periodo moderno en San Juan de Luz a las puertas de tormentosa Revolución. Este fenómeno de depresión demográfica no es exclusivo de esta ciudad, puesto que también se observa en Ciboure y en todas las demás parroquias costeras de la provincia de Lapurdi así como en las otras comunidades adyacentes a San Juan de Luz. La economía que declina debido a las consecuencias políticas de los conflictos armados, hace que la provincia vasca de Lapurdi sufra, contrariamente a Gipuzkoa y al resto del litoral francés, un periodo de declive en diversos aspectos. Algunos incluso piensan en abandonar San Juan de Luz para reconstruir un poco más lejos otra ciudad, pero la prosecución más reducida de la pesca impide que este proyecto se llegue a realizar.
YIR / 2001
1718 | 4800 | 1896 | 3951 | 1931 | 8737 | 1975 | 12056 |
1820 | 2443 | 1901 | 4309 | 1936 | 7804 | 1982 | 12762 |
1876 | 4083 | 1906 | 4523 | 1946 | 10234 | 1990 | 13181 |
1881 | 4451 | 1911 | 5372 | 1954 | 9672 | 2000 | 13248 |
1886 | 3960 | 1921 | 6074 | 1962 | 10241 | ||
1891 | 3856 | 1926 | 7633 | 1968 | 10841 |
En 1954-1962 hubo 1.277 nacimientos y 906 fallecimientos, resultando un excedente natural positivo de + 371 habitantes. Saldo migratorio: +28 habitantes. Entre 1962-1968 los nacidos fueron 1.036, los muertos 794 y el excedente de natalidad, +242. Saldo migratorio: +360. Crecimiento porcentual 1982-1990: 2,05 %.
Ref. INSEE - Etat civil (1987) | |||||
1982 | 1983 | 1984 | 1985 | 1986 | |
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Nacimientos | 158 | 139 | 142 | 167 | 151 |
Muertes | 161 | 172 | 151 | 180 | 172 |
Saldo Natural | -3 | -33 | -9 | -13 | -21 |
Población por edad y sexo
Según el censo de 1982, había 6.481 mujeres y 5.356 hombres; 3.348 menores, 6.141 adultos y 2.348 ancianos.
[Ref. INSEE - RP 82] | ||||
Hombres | Mujeres | Conjunto | % | |
---|---|---|---|---|
Menos de 20 años | 1.578 | 1.606 | 3.184 | 24,9 |
20 a 39 años | 1.599 | 1.675 | 3.274 | 25,6 |
40 a 59 años | 1.321 | 1.561 | 2.882 | 22,5 |
60 años o más | 1.291 | 2.180 | 3.471 | 27,1 |
75 años o + | 419 | 905 | 1.324 | 10,3 |
Total | 5.789 | 7.022 | 2.811 | 100 |
AAA