Lexikoa

DIALECTO

Las clasificaciones dialectales del Príncipe Bonaparte. El Príncipe Luis Luciano Bonaparte ha sido, indudablemente, el lingüista que más minuciosamente ha estudiado el problema de la repartición de la lengua vasca [G. Lacombe: La langue basque (Las langues du Monde, por A. Meillet y M. Cohen, París, 1924, p. 319], y como dice muy acertadamente D. Julio de Urquijo "pocos hombres se han dedicado con más ahínco que él al estudio de nuestra lengua, y ninguno le ha igualado, si se exceptúa tal vez al señor Azkue, en la penosa e ingrata labor de recoger hechos y materiales lingüísticos que pudieran más tarde servir de base a ulteriores trabajos" [Julio de Urquijo: Cartas escritas por el Príncipe, etc. RIEV, II, 215. Coincide completamente con esta opinión G. Lacombe: Quatorze Lettres inédites du Prince Louis-Lucien Bonaparte au Comte de Charencey, RIEV, II, 775]. Lo mismo que en francés, inglés, italiano y español, el Príncipe hablaba y escribía corrientemente en vascuence. [G. Lacombe: Basquisants contemporains. Le prince Louis-Lucien Bonaparte, RIEV, II, 162]. Llegó a hablar con extraordinaria perfección el guipuzcoano en pocos meses y después se hizo cargo de los dialectos labortano y vizcaíno, que con el guipuzcoano eran los tres con que estaba más familiarizado por los libros [M. Rodríguez Ferrer: Los vascongados, su país, su lengua y el Príncipe L. L. Bonaparte, Madrid, 1873, pp. 70 y 71]. Como se verá más adelante, en la descripción de su paso por el valle del Roncal durante uno de sus viajes lingüísticos, el Príncipe asombraba a todos los que le rodeaban con su extraordinaria facilidad para llegar a comprender y hablar los dialectos más dispares. Una buena prueba de su dominio del guipuzcoano lo constituye el hecho de que realizara personalmente traducciones a este dialecto, como la del Cantar de los Cantares, publicada el año 1858, cuando llevaba doce años dedicado al estudio del vascuence [G. Lacombe: Quelques mots, etc., antes citado, pp. 198-199]. Para sus estudios sobre el vascuence utilizaba los materiales que le enviaban sus colaboradores, dispersos por todo el país vasco. Estos materiales consistían, en su mayor parte, en traducciones del catecismo y, a veces, de diversos trozos de la Biblia. Recomendaba insistentemente el Príncipe que en las citadas traducciones se empleara, exclusivamente, el habla popular de los lugares que trataba de estudiar, sin mezcla de la de los circundantes, ni de los dialectos literarios. En el artículo citado, D. Julio de Urquijo nos muestra una lista de los principales colaboradores. El Príncipe les daba instrucciones tan minuciosas, como claras y precisas. De esta forma consiguió reunir un número considerable de muestras de variedades, que le permitieron realizar un estudio detenido y concienzudo de las peculiaridades de cada variedad, así como de las diferencias existentes entre ellas. Obtuvo, por lo menos, versiones del habla vulgar de los siguientes lugares [Para el guipuzcoano P. Garmendia: La colección de manuscritos del Príncipe L. L. Bonaparte en la Diputación de Guipúzcoa, RIEV, XXIV, p. 138. Para el vizcaíno: J. de Urquijo: Ob. cit., p. 235 nota. Para los demás dialectos: Indice de los libros y papeles adquiridos por la Excelentísima Diputación de Navarra de la testamentaria de S. A. el Príncipe Luis Luciano Bonaparte, RIEV, VII, 186. Ver también G. Lacombe: Quelques mots sur les versions basques du Cantique des Cantiques, RIEV, XV, 197]:

Vizcaíno
. Marquina, Bermeo, Arratia, Centro, Ochandiano, Orozco, Plencia, Arrigorriaga, Llodio (Alava), Vergara (Guipúzcoa), Salinas (Guipúzcoa);

Suletino
. Tardets, Barcus, Vidangoz (Roncal), Roncal (Roncal), Urzainqui, (Roncal), Uztarroz (Roncal), Garde (Roncal);

Guipuzcoano
. Hernani, Tolosa, Azpeitia, Cegama, Villafranca, Urdiain (Navarra), Echarri, Aranaz (Navarra);

Alto, Navarro.
Lizaso, Elizondo, Beinza, Labayen, Vera, Leiza, Inza, Olagüe, Huarte, Araquil, Elcano, Errazu, Egües, Uriz, Zabalegui, Irún (Guipúzcoa);

Labortano.
Ainhoa, Sare, San, Juan, de, Luz, Arcanges, Zugarramurdi (Navarra);

Bajo Navarro.
Baigorry, Cize, San Juan Pié de Puerto, Saint Palais, San Martín de Arberoue, Bardos (Labort), Ustarits (Labort), Hasparren (Labort), Orbara (Aezcoa), Garralda (Aezcoa), Aria (Aezcoa), Abaurrea, baja (Aezcoa), Igal (Salazar), Oronz (Salazar), Izal (Salazar}, Jaurrieta (Salazar), Ochagavia (Salazar),

Existen algunas traducciones a variedades cuyo nombre no consta, ni han sido identificadas. Para completar personalmente sobre el terreno los datos recibidos de sus colaboradores, efectuó el príncipe cinco excursiones lingüísticas, a las siete provincias de España y Francia, los años 1856, 1857, 1866, 1867 y 1869. A la caída del Imperio, el príncipe Bonaparte tuvo que renunciar a estos viajes (así como a sus traducciones, que remuneraba con largueza, restringiendo también sus publicaciones), a causa de encontrarse casi sin recursos, pues vivía, hasta entonces, de una renta de 130.000 francos que percibía por sus títulos de senador y de alteza con rango en la Corte e inscrito en la lista civil del emperador [G. Lacombe.-Quelques mots, etc., p. 205]. En cuanto al método seguido en sus viajes, copiamos de Rodríguez Ferrer (op. cit. p. 72-74) la descripción de los tres últimos: "En el año 1865 se presentó el príncipe en Anglet y recorrió todos los cantones vascos inmediatos a Bayona, en compañía del canónigo Inchauspe y del capitán Duvoisin, haciendo iguales estudios. Situado después en Saint Jean-Pied-de-Port, aquí se le volvieron a reunir los señores Echenique y Otaegui, a quienes llamó, y con quienes concertó el nuevo plan de otras expediciones lingüísticas. Les indicó estas nuevas localidades, les pautó hasta las horas que habían de pasar en cada una de ellas, debiendo volver cada uno a los quince días, al propio punto de partida. En su virtud, salieron el 27 de febrero de Saint Jean Pied-de-Port y llevaron sus derroteros por Roncesvalles, Burguete y Garralda. Atravesaron los valles de Aezcoa, Salazar y Roncal haciendo estas averiguaciones, y pasando en el pueblo de cada valle tres días consecutivos (para hacer el Diccionario y parte del verbo cuyo trabajo contendría unas dos mil palabras próximamente), multiplicaron sus apuntaciones cuyo conjunto el mismo príncipe llevaba, porque sus enviados no hacían más que indicarle con qué letras debía escribirse la pronunciación de los interrogados, tarea que repetía el propio príncipe, por todos los demás pueblos de su tránsito." "El príncipe y su academia ambulante llegaron al valle del Roncal en el que el vascuence es tan raro que el señor Otaegui y su compañero no podían entenderlo absolutamente nada. El príncipe, sin embargo, por su gran instrucción y especial talento, hablaba ya con los roncaleses tan bien como familiarmente al tercer día, ante cuyo fenómeno quedaron admirados sus acompañantes, naturales y extraños. Aquí quiso internarse por el país; pero una gran nevada le hizo desistir, y tuvo que retroceder con gran pena ofreciendo a sus habitantes que ya los visitaría otro año, y partió por Aspurz, Ymirizaldu y Arive, volviendo por el valle de Arce, Esteribar y Roncesvalles al punto de partida... Antes empero de partir para Londres, no le impidió viaje tan penoso por los referidos valles, continuar otros trabajos de sus científicas tareas. A su regreso de Saint Jean-Pied-de-Port ya le esperaban aquí el canónigo Inchauspe y el capitán Duvoisin; con los que recorrió los cantones de este punto, los de Bayona y Saint Palais, siempre entregado a iguales trabajos. También por esta época había concluido los suyos don Claudio Otaegui y entre los catecismos que éste le presentó, llamó mucho su atención el vascuence cegamés, en cuyo dialecto le hizo traducir después el Evangelio y libros de la Biblia que ya he nombrado, el Apocalipsis, y últimamente la composición completa del verbo cegamés. El señor Otaegui recibió igual mente el encargo de pasar al valle de Basaburua-menor y los ocho pueblos de que consta y estudiar su vascuence pura saber las transiciones de uno a otro dialecto. En el año de 1867 ya el príncipe puso casa en Saint Pierre d'Irube y allí tornó a juntársele su buena pléyade vascófila, y con ella volvió a emprender excursiones a los cantones de Bayona, Espelette, Hasparren, Uistaritz, Labastide, y después de enterarse minuciosamente de su respectivo vascuence, se fue al cantón de Tardets con el P. Inchauspe. En 1869 quiso volver al Roncal: pero por el estado en que a la sazón se hallaba España con la cuestión monárquica, no quiso entrar, respetando políticas susceptibilidades, y se estableció en San Juan de Luz, donde extendió el verbo labortano, que no se conocía hasta aquella fecha. Mas, como su intención era concluir con el verbo de los tres valles del Pirineo; o sea, de Aezcoa, Salazar y Roncal, hizo venir a San Juan de Luz a un buen vascongado por cada valle, con quienes escribió el verbo completo y perfeccionó y extendió además el diccionario que en estos pueblos había principiado a formar, en cuyo último trabajo invirtió unos quince días. Y como pudiera disponer de quince días más, hizo venir a otro vascongado por cada uno de los pueblos de Puente la Reina, Elcano y Olza, con los que formó su respectivo verbo y diccionario". Desde el momento en que el príncipe inició sus investigaciones vascológicas prestó una especial atención al problema de los dialectos y variedades del vascuence, y así, durante los años 1856 y 1857, publicó las traducciones del Evangelio de San Mateo a los dialectos bajonavarro, suletino, vizcaíno, navarro (alto) y guipuzcoano: Bonaparte publicó las cinco traducciones citadas porque, como veremos más adelante, creía en aquella época que no había más que un dialecto por provincia, excepto Alava, con lo que resultaban aquellos cinco dialectos, además del labortano, cuya traducción decidió publicar más tarde, por haber accedido ' el capitán Duvoisin a traducir la Biblia entera en este dialecto. Estas ediciones eran de una tirada reducidísima: 12 ejemplares (bajo-navarro, suletino y vizcaíno), 10 (navarro y guipuzcoano). Casi todos los ejemplares en 8.°, pero algunos en 4.°. La mayoría de ellos llevaba impreso el nombre del destinatario. El limitar las tiradas a un número extraordinariamente pequeño de ejemplares era muy frecuente en el príncipe, que llegó, en dos o tres ocasiones, a realizar tiradas de un solo ejemplar. [G. Lacombe: Basquisants contemporains. Le prince Louis-Lucien Bonaparte, RIEV, II, 164. Relación por orden cronológico de sus publicaciones relativas a la lengua vasca]. El año 1858 publicó el Canticum trium puerorum, en 7 y en 11 dialectos (hay que advertir que en esta época Bonaparte empleaba frecuentemente la palabra dialecto en el sentido de variedad). Finalmente, en 1862, en el primer estudio que publicó sobre la lengua vasca, Langue basque et langues finnoises, Londres, presentó una clasificación de los dialectos vascos, detallando la localización y extensión de cada uno de ellos. A partir de estos primeros estudios dialectales, el príncipe prosiguió sus minuciosas investigaciones sobre el habla popular de los distintos lugares del país vasco, llegando hasta los rincones más apartados, ampliando constantemente el número de variedades estudiadas, tratando de hallar los limites exactos de estas variedades, y rectificando, completando y perfeccionando constantemente las sucesivas clasificaciones: Vamos a examinar a continuación las clasificaciones de dialectos y variedades que el príncipe Bonaparte estableció en cuatro épocas distintas, indicando las fuentes de las que proceden:

1° División [años 186 163]. "Langue basque et langues finnoises" (1862) y cartas a don Bruno Etchenique (1861-63).

2° División [años 1864-65]. Cartas a D. Bruno Etchenique (1864-65).

3ª División [años 1866-67]. "Observations sur le formulaire de prône conservé naguère dans l'église d'Arbonne" (1866 y 1867).

4° División [año 1869]. "Carte des sept provinces basques, montrant la delimitation actuelle de l'euskara et sa division en dialectes, sous-dialectes et variétés" (1863). [Extrañará que un mapa fechado en 1863 refleje una clasificación lingüística que no se obtuvo hasta 1869 (o todo lo más pronto en 1868, ya que la opinión de Bonaparte en 1867 la expresa la clasificación expuesta en las observaciones al "prône"). En realidad el mapa fue puesto en circulación mucho más tarde y aun la fecha de 1867 dada por Vinson (Avenir de Bayonne, 15 mayo 1875. Va A. Luchaire: Etudes sur les idiomes pyrénéens de la Région Française. París, 1879, p. 97) es, evidentemente, demasiado temprana por la razón que acabamos de exponer y como tal fue rectificada por el propio Vinson en 1891, sustituyéndola por la de 1869 (Vinson: Essai d'une bibliographie, etc.). Lacombe, tan documentado en estos estudios, señala la fecha de fines de 1871 o principios de 1872 (Lacombe: La langue basque, en "Las langues du Monde" por A. Meillet y M. Cohen. París, 1924. Observación al Mapa de Broca). En nuestra opinión el mapa se completó con los datos obtenidos en la excursión lingüística de 1869 y los aportados por Otaegui en 1871 (Manterola: Cancionero III, 266)]. "Le Verbe basque en tableaux, accompagné de notes grammaticales, selon les huit dialectes de l'euskara: le guipuzcoan, le biscaïen, le haut-navarrais septentrional, le haut navarrals méridional, la labourdin, le bas-navarrais occidental, le bas-navarrais oriental et le souletin; avec les différences de leurs sous-dialectes et de leurs variétés. Recuelli sur les lieux mêmes de la bouche des gens de la campagne dans cinq excursions linguistiques faites dans les sept provinces Basques d'Espagne et de France pendant les anées 1856, 1857, 1866, 1867, 1869: (1869). [Esta obra, que se acabó de imprimir a fines del año 1871 (G. Lacombe: Quelques mots, etc., p. 205), no se publicó, según parece, hasta el año 1872 (M. Rodríguez Ferrer: ob. cit. p. 78). Uno de los ejemplares existentes actualmente en la Biblioteca Nacional de Madrid fue ofrecido por el príncipe Bonaparte a D. Pascual de Gayanfos con fecha 3 de junio de 1872. Probablemente Gayandos pertenecia al reducido número de eruditos (Vinson, Schuchardt, Antoine d'Abbadie, Inchauspe, Duvoisin, Charencey, Uriarte, etc.) a los que Bonaparte enviaba sus obras (V. G. Lacombe: Lettres du Prince Louis-Lucien Bonaparte a D. Arturo Campión, RIEV, XXIII, 196 nota. El ejemplar de "Etudes sur les trois dialectes basques des vallées d'Aezcoa, de Salazar et de Roncal" (1872), de la Biblioteca Nacional, fue ofrecido también a Gayangos en la misma fecha. Es fácil que estas dos obras, y quizá también el Mapa lingüístico se publicaran simultáneamente, a pesar de la diferencia de fechas, aunque desde luego la coincidencia de éstas en las dedicatorias a Gayangos no tenga ningún valor probatorio, ya que Langue basque et langues finnoises también fue dedicado a Gayangos en la misma fecha, habiéndose publicado varios años antes. Hay que tener en cuenta que en el Verbe basque se encuentran numerosas observaciones acerca del vascuence de Aezcoa, Salazar y Roncal, así como de las variedades de Puente la Reina, Elcano y Olza que, como se ha visto en la descripción del viaje del príncipe durante el año 1869, fueron estudiadas a continuación de las de los tres valles citados. La edición Verbe basque, fechada en 1864, contiene sólo los dos primeros cuadros, que muestran el número de los tiempos simples y compuestos]. Agregaremos finalmente algunas observaciones de Bonaparte posteriores a estas clasificaciones.