Kirol guneak

Campo Euskaro

Campo social y deportivo de la Sociedad Euskara de Montevideo (Uruguay). El 7 de enero de 1886, la Comisión Directiva de la Sociedad Euskara, antes llamada Laurak Bat, acordaba la adquisición de un predio que sirviera para la práctica de los deportes y de los juegos tradicionales vascos de ambas vertientes del Pirineo. El texto de la resolución involucrando a todos los territorios históricos de Euskal Herria, se debió sin duda al hecho de que sus nuevos estatutos contemplaban la igualdad de derechos entre todos los vascos, sin distinción de su lugar de nacimiento.

Designados los miembros de la Comisión del Campo Euskaro actuaron con febril celeridad y ya para los primeros días de enero de 1886 habían hecho su elección tras haber estudiado catorce propuestas. El predio elegido constaba de cincuenta mil metros cuadrados en la costa del Arroyo Miguelete, en el barrio del Paso Molino. En el informe presentado a la Directiva decían que habían recorrido varios terrenos, pero ninguno presentaba las ventajas como el que pertenece a don Francisco Piria, situado a las inmediaciones del Paso del Molino, en lo que se ha llamado la Quinta de Oribe de la cual formó parte. Tenía cerca de cinco manzanas de superficie, la mayor parte poblada de árboles, fácilmente adaptable a la apertura de un estanque, y era accesible por tres vías férreas.

En los días siguientes se establecía que las primeras obras a realizarse en el Campo Euskaro serían, además del muro perimetral y reja de acceso, una cancha de pelota con gradas y un estanque para carrera de regatas. Aunque el entusiasmo sobraba, la Sociedad Euskara no podía hacer frente a los gastos que tal obra insumiría; pero la Comisión también había analizado tal punto, para lo cual había previsto realizar un empréstito garantizado por el propio terreno, las obras que sobre él se llevarían a cabo y la responsabilidad moral de una junta de personas honorables a quien se confiaría la construcción y administración del Campo Euskaro.

Al siguiente mes de febrero se emitieron los títulos hipotecarios que fueron inmediatamente puestos a la venta y para junio se llamaba a licitación para la construcción de una cancha de pelota que tendría una extensión de 125 metros de largo, 12 metros de altura y gradas para albergar a 2.000 espectadores. Una pista de baile de 25 metros de diámetro y un gran lago de 220 metros de largo por 8 de ancho. En el estanque se levantaría una isla con una gruta, para la cual se encargarían al País Vasco numerosas estalactitas. La obra fue asignada a don Francisco Aranguren.

Por fin, el seis de marzo de 1887, con la presencia de renombrados pelotaris vascos que habían sido contratados en Euskadi por los administradores de la Plaza Euskara de Buenos Aires y que cruzaron el Río de la Plata para esta oportunidad, se inauguraba oficialmente el Campo Euskaro. Esta apertura se había visto obligatoriamente demorada por la epidemia de fiebre amarilla que asoló, en el año 1886, a la vecina población bonaerense.

Pero esta maravillosa obra no logró soportar los embates de una crisis sin parangón en los anales de la economía uruguaya, que imposibilitó a la Comisión Directiva el cumplir con los acreedores, por lo que se inició un prolongado juicio de cobro que culminó, el 31 de julio de 1898 con el remate judicial del Campo. Para esa fecha la sociedad Euskara ya había dejado de existir.

  • IRIGOYEN ARTETXE, Alberto: Laurak Bat de Montevideo, 1876-1898, primera euskal etxea del mundo, Vitoria, 1999.