Zerbitzuak

CAJA LABORAL POPULAR

Sus primeros pasos.

Es con este objetivo con el que se pone en marcha la Caja Laboral Popular, que fue inscrita en el Registro de Cooperativas del Ministerio de Trabajo el 17 de julio de 1959 y abierta al público en enero de 1960 en Arrasate-Mondragón, con su primera libreta fechada el 1 de febrero de ese mismo año.

Pese a que surgía con un fin económico claro, no por ello se excluían los fines sociales, siempre dentro de lo que se consideraba propio de un movimiento cooperativo, donde lo personal y colectivo estaban inexorablemente unidos. Como nos lo demuestran estas palabras de Arizmendiarrieta: "La fuerza fundamental de Caja Laboral es que tiene una mística, que sabe lo que quiere, y que sabe a quién tiene que dirigir su mensaje. Tiene que apoyarse en el pueblo, tiene que aglutinar y galvanizar a los pueblos, tras el objetivo de una auténtica emancipación por la vía de una organización comunitaria de sus actividades económicas básicas, a las que es preciso dar nítida organización y fecundidad empresarial" (Azurmendi, 1984: p. 550). Para ello era imprescindible garantizar con un trabajo eficaz y profesional los fondos ingresados y las labores propias de una institución de este tipo.

De acuerdo con sus fines, la primera oficina se abrió en Arrasate-Mondragón, la segunda en Aretxabaleta (Gipuzkoa) (1962), para irse extendiendo allí donde lo hacia el movimiento cooperativo: Elorrio (Bizkaia) (1963), Soraluze-Placencia de las Armas (Gipuzkoa), Ormaiztegi (Gipuzkoa). En el año 1979, contaba con 869 socios trabajadores, que prestaban sus servicios en 93 sucursales y una oficina principal (Álava, 10; Gipuzkoa, 43; Navarra, 9; Bizkaia, 31).

Justo al comienzo de su andadura, los trabajadores de las Cooperativas se quedaron fuera del Régimen General de la Seguridad Social, al ser considerados como trabajadores por cuenta propia. Ante esta circunstancia, la Caja se ve obligada a ocuparse, a través de su departamento de Previsión Social, de todo lo relacionado con la asistencia, seguridad y previsión social. Lo que establece otro paralelismo con Cajas de Ahorros provinciales, que tuvieron desde su origen una íntima vinculación con la previsión. La falta de reglamentación oficial fue lo que permitió que pudiera dedicarse a una labor que en nada tenía que ver con su objetivo primario y dotar para ese fin, en aquel momento, el 25% de los recursos acreedores de la C.L.P., además de las aportaciones que fueran haciendo las Cooperativas y los cooperativistas. Se establecieron cuotas para atender los repartos por enfermedad, nupcialidad, natalidad, defunción, etc.; y se hicieron los cálculos actuariales necesarios para conceder pensiones de jubilación y viudedad. Cuando más tarde se estableció el Régimen General de Autónomos, y los trabajadores por cuenta propia pudieron acceder a casi todos los beneficios del régimen general, se intento centralizar y separar de las labores más propias de C.L.P. todo lo relativo a previsión mediante un organismo autónomo, fundándose la Cooperativa de Segundo Grado Lagun-Aro (1967) que debía cuidar de los fondos de pensiones y de sus reservas técnicas, a la que se incorporaron los cooperativistas.

Otro departamento de enorme importancia fue el de la Sección Técnica o Industrial (1961), trasformado en División Empresarial (1970), encargado de la promoción de nuevas cooperativas, del control de las que estaban en funcionamiento por medio de auditorías, y de asesoría para las proyectadas. En 1985 esta División adquirió personalidad jurídica propia y se independizó de la C.L.P., pasándose a denominar Oinarri.