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BURLADA - BURLATA

Aparece en los primeros doc. como Bruslada, Bruslata y Buruslata. En el año 1187 el obispo de Pamplona, don Pedro, dona a la Cofradía de San Salvador de Burlada, junto a Pamplona, «suelo para fabricar casa para las juntas de ella, y la señala entre aquella villeta que llama Bruslada y el camino de Santiago (Moret)». Ordena el obispo que en dicha casa se hospede y acoja a los pobres y que en lo sucesivo sea el obispo de Pamplona cabeza y rector de la misma. Por aquel tiempo o algo más tarde debió de erigirse el palacio que los reyes de Nav. tuvieron en esta localidad y en el que se celebraron torneos y fiestas reales. En este palacio se hallaba Enrique I de Nav. cuando firmó un doc. favoreciendo a Viana, en 1272. Cabían en este palacio 200 o más personas según calcula Idoate. Tanto doña Leonor, mujer de Carlos III El Noble, como D.ª Beatriz, su hija, pasaron temporadas en, este palacio (Rincones..., t. III, pp. 33-35). En el año 1494 tuvieron lugar en Burlada las Cortes de su nombre en las que se reformaron sustancialmente los Tribunales del reino. En 1630 el rey se deshizo de la baja y mediana jurisdicción sobre el lugar mediante el pago por el comprador, Sancho Monreal, de cierta suma. Monreal compró también el derecho exclusivo de pesca en la zona del Arga confinante con Burlada. A comienzos del s. XIX la jurisdicción criminal era ejercida por el alcalde nombrado por el señor y la económica por el diputado del valle con el regidor de la localidad. Al abolirse los señoríos, Burlada constituyó parte del valle de Egüés, manteniéndose en esta situación hasta hace muy poco. Ya hacia 1950 el alcalde presidente y la veintena pidieron la segregación del valle, pero el expediente no siguió adelante por oposición del mismo. Posteriormente quiso ser Burlada anexionada a Pamplona, ya que el crecimiento rápido de esta ciudad la estaba convirtiendo en un verdadero barrio residencial e industrial de hecho. La constitución en municipio no es más que un paso en este camino natural de villa satélite.