Biografiak

BORGIA, César

Célebre personaje italiano, hijo natural del papa Alejandro VI y hermano de la famosa Lucrecia Borgia. Su padre le hizo obispo de Pamplona entre otras cosas. Toma parte activísima en las luchas civiles de Italia. Aliado del rey de Francia, casó con la hermana del rey Juan de Navarra (1499), esposo de la reina Catalina I. La hermana, Carlota de Albret, se educaba en la corte francesa y era una de las diez hermanas del rey consorte. Al acceder al papado Julio II, antifrancés y antinavarro, oscureció la estrella de Borgia, que fue hecho prisionero por el Gran Capitán. En 1506 logró evadirse del castillo de la Mota, de Medina del Campo, y refugiarse en Navarra, aún independiente, donde seguía reinando Catalina y su cuñado. Allí se le encomendó reducir al conde de Lerín, en rebelión abierta contra su soberana. Borgia fue nombrado capitán general y su primera empresa fue sitiar Larraga (1507), cuyo cerco tuvo que levantar por la resistencia de su guarnición. A continuación sitió por el hambre a Viana, que esperaba refuerzos de Fernando el Católico. Lerín tenía un hijo suyo dentro de la ciudad sitiada por lo que se situó en Mendavia con 200 caballos y algunos infantes esperando alguna oportunidad. Esta se presentó a la noche en forma de tempestad. Mientras las gentes de Lerín socorrían subrepticiamente la fortaleza, Borgia retiraba a los centinelas debido al mal tiempo. A la mañana siguiente, se adelantó temerariamente el romano por el camino de Mendavia, donde tropezó con las gentes del conde, de vuelta del castillo. Un tal Garcés, natural de Agreda, le dio una lanzada que, faltándole el arnés, le traspasó de parte a parte (11 de marzo de 1507). Dice Yanguas que los vencedores le quitaron sus ricas armas y vestidos y lo dejaron desnudo. Fue enterrado en la capilla mayor de la iglesia de Santa María de Viana, donde una lápida recuerda a los navarros el final del efímero capitán general de las armas navarras, con estos versos:Aqui yace en poca tierra El que toda le temía, El que la paz y la guerra En su mano la tenia. ¡Oh tu que vas á buscar Dignas cosas de loar, Si tu loas lo mas digno, Aqui páre tu camino, No cures de mas andar. Este sepulcro y epitafio han desaparecido, y según Yanguas, se extrajo de la iglesia por orden de un obispo fanático que la creía profanada con la existencia de los huesos de Borja. Sandoval, en su Catálogo de los obispos de Pamplona, dice que el epitafio puesto a César Borja era el siguiente: Aut nihil, aut Caesar vult dici Borjiá quidni? Cum simul, et Caesar possit, et esse nihil. Que dice en castellano: O César o nada, quiere llamarse Borja, ¿que mucho? Si César, y nada, puede Venir a ser todo junto. Pero parece que Sandoval equivocó este epitafio con el epigrama idéntico del poeta Sanázaro, que anticipadamente le pronosticó en sus obras el fin que había de tener. Lo cierto es que el obispo de Mondoñedo, Don Antonio de Guevara, que nos ha trasmitido en sus epístolas el primer epitafio que deja Yanguas copiado, asegura haberlo visto en el año 1523, y nada dice del segundo en latín. Un anciano de Mendigorría, cuyo testimonio recoge Idoate en Rincones de la Historia de Navarra, t. III, nos describe a Borgia como «hombre grueso, repleto, belludo y soro, y -dice- le vio llevar en la mano un lanzón grueso con sus dos fierros a los dos lados, y que iba con toda su gente de guerra con toda su artillería, pasando de Mendigorría hacia Lerín...».

Idoia ESTORNÉS ZUBIZARRETA