Mendiak

BIZKARGI

Monte de 566 m. de altitud. Acceso desde Amorebieta, Autzgana (Pto.) y Larrabetzu (Bizkaia). El camino más corto es por Larrabezúa y por la carretera a Goikolexea para continuar por la misma, que termina en Morga, tomando con anterioridad, a la derecha, el camino que sube hasta la ermita de la Santa Cruz, de renombrada romería el 3 de mayo. Forma con el pico opuesto de Arburu una pequeña cordillera de suave paseo.

Néstor GOIKOETXEA
En la guerra de 1936-1939 fue escenario de durísimos combates. Su proximidad respecto del Cinturón de Hierro, del que distaba dos kilómetros y medio, le dotaba de gran valor táctico al constituir un excelente puesto de observación y asentamiento desde el que la artillería del ejército nacional podía batir las fortificaciones del sector de Gaztelumendi. El ataque al macizo, en poder de los batallones vascos, fue confiado a la I Brigada de Nav., que el 9 de mayo de 1937 ocupó Múgica y el barrio de Besánguiz, y el 10 la línea formada por las cotas 266 y 312 y el caserío Zarragoikoa, desbordando así el Bizkargi por el NE. El ataque definitivo se produjo la madrugada del día II. Precedidos de durísimo ataque artillero y aéreo que arrasaba las trincheras vascas, los soldados de los tercios navarros ocuparon el macizo desde la cumbre del Bizkargi hasta el Arburu y la cota 466. Steer carga parte de la responsabilidad de esta pérdida al abandono de sus posiciones por un batallón santanderino. El Estado Mayor republicano ordenó la evacuación de Larrabezúa y el repliegue de los batallones a las cumbres de Aretxabalagaiña. La orden no fue obedecida por el Gobierno Vasco, y los batallones «Gordexola», «Kirikiro» y «Euzko Indarra», reforzados por nuevas tropas, se prepararon para el contraataque. Siete días duró la batalla del Bizkargi. Los ataques y contraataques se sucedieron. Cada palmo de tierra fue duramente disputado. Mientras unos afirman que por seis veces lograron los batallones vascos reconquistar el Bizkargi (v. A. DE A.: «H. G. D. E.»), otros niegan tal aseveración, manteniendo que «jamás pudo el enemigo poner su pie en aquellas lomas peladas» (v. GARCIA-VALIÑO, Rafael: La Guerra de Liberación Nacional, p. 291). Quizás haya que atribuir esta divergencia a la extensión del macizo de Bizkargi que hacía posible su ocupación parcial por cada uno de los bandos. Por fin el monte quedó definitivamente en manos de los nacionales, que lo habían de emplear como magnífica base para el ataque final al sector más vulnerable del Cinturón. Una vez más la falta de aviación por parte del ejército vasco fue decisiva. Puede dar una idea de la dureza del combate el que el monte mismo cambiara de forma. «Los miles de bombas y granadas lanzadas por los aviones y cañones habían destrozado su bello aspecto, convirtiéndolo en un pico deshecho y desfigurado». Ref. M. Bande: Vizcaya, pp. 143, 165 y 233; A. de A.: «H. D. G. E.», pp. 332, 337, 344 y 347-348; Steer: El Arbol de Guernica, pp. 139-140.

El 9 de mayo de 2004 cientos de personas participaron en el Bizkargi Eguna que, como todos los años, sirvió para tributar un homenaje a los combatientes republicanos durante la guerra civil de 1936-1939.

Germán CORTABARRIA IGARTUA