Lexikoa

BIBLIOTECA

Laburdi.
A su paso por Bayona en 1798, J. Lavallée se sorprende al no ver una biblioteca pública en una ciudad tan importante. Más tarde, en 1837, Buchon comprueba la misma falta y no obstante esta ciudad poseía, antes de la Revolución, un Obispado, un Cabildo y cinco antiguos conventos de Jacobinos Franciscanos, Carmelitas, Capuchinos y Agustinos. ¿Qué ha sucedido con todos los volúmenes de las bibliotecas de estos conventos, cuyos procesos verbales comprueban el embargo y la devolución a las autoridades locales? Una parte de los libros de los antiguos conventos de Bayona se envió, en 1792, a Pau, donde aún están, en la Biblioteca del Departamento; otros se han desparramado o vendido en subastas y se encuentran un poco por todas partes. Otros, poco numerosos, ocupan todavía los estantes de la biblioteca de Bayona y del Obispado. Cierto número, por último, ha debido desaparecer en la tormenta revolucionaria. Se conoce, en efecto, el decreto de los representantes del pueblo, Pinet y Cavaignac, del 25 de Germinal del año II (14 de abril 1794), ordenando la entrega a la administración de la marina "con el fin de emplearlos para hacer cartuchos, todos los antiguos libros de iglesia, todas esas basuras "machiaveliques" que, por una vez en la vida, serán útiles a la Patriau. ¿Fue ejecutada esta orden y alcanzó a algunos de los volúmenes o incluso de los manuscritos de nuestro clero del antiguo régimen? Lo tememos mucho, ya que no se ha encontrado en parte alguna, creemos, los libros legados en 1335 a los Jacobinos de Bayona por el cardenal Guillaume Gaudin, y por otra parte se cuenta que un librero bien conocido por nuestros mayores, el Sr. Gosse, ofreció en vano un peso igual de papel y pergaminos a cambio de libros. El 20 de febrero de 1850, el Sr. Genestet de Chayrac fue nombrado bibliotecario, y la biblioteca municipal fue abierta el I de marzo de 1851. El Sr. Dulaurens le sucedió el 5 de diciembre de 1854 y murió el 8 de febrero de 1880. Fue sustituido por L. Hiriart. El incendio de 1889 fue un gran golpe para la biblioteca, que vio consumirse 17.000 volúmenes de 20.000. [Ref. Edouard Duceré: Dictionnaire historique de Bayonne, 2 vols, Bayonne, 1911-1915.]. La Bibliotheque de la Ville de Bayonne es fundación y propiedad del municipio. Su actual director es Madame M. Grillet-Paysan. Tenía 150.000 volúmenes y manuscritos con dedicación preferente a historia, historia vasca y otras de tema local, literatura, Filosofía, Derecho, Ciencias, Geografía y obras de documentación general. Tiene préstamo de libros a domicilio desde 1962. Una buena biblioteca es la de G. Lacombe, que la tuvo en depósito T. de Monzón y que hoy depende del P.N.V..

La Bibliotheque Saint-Thomas d'Aquin.
Situada en Convento de los Fréres précheurs de Biarritz, publicó su Catálogo de obras en 1893.

Biblioteca de Van Eys.
Desde que el famoso lingüista y vascófilo van Eys dejara su residencia en San Remo, en 1875, lejos de toda biblioteca importante, constituyó una propia con sección especial dedicada al tema vasco. Le dedicó dos apartados: a) libros raros y preciosos; b) libros comunes. Entre los primeros tenía el Leizarraga (1571), el Gvero (1643), Gviristinoaren dotrina (1656), Gvdv, de Pouvreau (1665), Imitation, de Arrambillague (1684), Belapeyre (1696), Manual devotionezcoa, d'Etcheberri (1669), Chourio (1720), Jesusen Compañiaco (1747), de Mendiburu, la Vieuxville (1788) y el Maister (1753). La parte moderna es también valiosa y atañe a lo más interesante publicado después de 1896. Los libros raros y preciosos los legó a la Universidad de Leyden. Algunos vascófilos extranjeros reunieron bibliotecas interesantes con rico arsenal de tema vasco y principalmente lingüístico como el Príncipe Luis Luciano Bonaparte que publicó el Catálogo de sus libros en 1895; van Eys, del que se ha hablado ya, el bibliófilo J. Vinson, etc. Entre los vascos, aficionados o profesionales, han ido formándose bibliotecas interesantes, entre las que destacó siempre la de don Julio de Urquijo, que actualmente se halla en la Diputación de Guipúzcoa. Otras interesantes han sido la de Georges Lacombe, Augustín Chaho, Arturo Campión, Adrián de Loyarte y muchas más de menor cuantía. Hoy las pequeñas bibliotecas vascas son numerosas y muy difundidas en los hogares vascos.

Bernardo ESTORNÉS LASA