Aunque influido de forma notable por la industrialización y emigración sufrida hacia la mitad del siglo XX, Bérriz no ha dejado de ser nunca un municipio instalado de forma importante dentro del sector agropecuario, sobre todo en lo que se refiere a sus distritos cercanos a las faldas del monte Oiz, como son Andikoa, Sarria y San Lorentzo. Olakueta es la barriada más poblada y núcleo de la actual anteiglesia.
Es San Juan Evangelista de Bérriz la iglesia parroquial del municipio, un templo gótico-renacentista, de clara tendencia monumental, característica que es remarcada al exterior por su gran altura y el sistema de contrafuertes que rodea el edificio, de gran potencia, rectos y elevados hasta la cornisa compartiendo cubierta con el resto de la fábrica. En sillería bien trabajada, guarda importantes deudas del gótico, en sus vanos ligeramente apuntados o en las cubiertas interiores, alguna de ellas de complicada crucería. Posteriores reformas la han dotado de cierto aire clasicista y de 1760 data la torre, a sus pies y típicamente barroca. Austera y sin apenas vanos en su parte baja siguiendo la línea del resto del edificio arranca su campanario a la altura de la cornisa, punto en el que se transforma en típica torre-campanario dieciochesca, con cuatro vanos de medio punto para campanas y tránsito de la planta cuadrada de su primer tramo al remate circular en linterna bajo cruz de forja en su zona más elevada. Tiene pórtico sobre columnas toscanas y antepecho, compartido con el bajo de la torre que mediante arcada articula uno de sus lados. A destacar también el coro renacentista con balaustre pétreo y el único resto del pasado románico del templo, una ménsula de tacos que se encuentra en la zona de los pies. Dentro del arte mueble hablar del retablo mayor, obra barroca de principios del siglo XVIII realizado por Martín de Olaizola, de tipología de cascarón y perfectamente adaptado al presbiterio. Está compuesto por banco, dos pisos, tres calles y ático y dividido por columnas salomónicas bien adaptadas al resto de la decoración, en su mayoría de tipo vegetal. Presidido por el patrono de la parroquia, éste está flanqueado por imágenes de San Pedro y San Pablo, además de contener otros santos como José, Juan Bautista y la Inmaculada Concepción. Lo corona en el ático un Cristo sobre él que en Gloria Celestial están San José, Santa Teresa y San Sebastián. A los lados de este retablo, otros dos menores también barrocos acogen entre otras imágenes la Virgen del Rosario, renacentista, y una Andra Mari gótica.
Uno de los elementos historico-artísticos que más caracterizan al territorio de Bérriz es la presencia masiva de ermitas, con un total de nueve, sin contar las ya desaparecidas. Destaca por encima de todas Andra Mari de Andikoa, en dicha barriada (véase), que aunque con categoría de ermita comparte con San Juan no solo el estilo primordial, gótico-renacentista de mediados del siglo XVI, sino su importancia dentro de la anteiglesia, con un marcado arraigo popular. En Okango (véase) se encuentra la ermita de San Miguel de origen gótico certificado por un pequeño arco conopial que aún conserva sobre el pórtico. La ermita de la Ascensión, en Sarria (véase), es de estilo popular, manteniendo los elementos básicos en este tipo de construcciones. También destaca San Fausto de Eitua, en Eitua (véase), ya que posee importantes elementos estilísticos de cadencia barroca, además de poseer una espadaña idéntica a la de San Antonio de Olakueta (véase), también en Bérriz. San Juan Bautista de Murgoitio (véase) es muy austera y sigue los dictados de las ermitas de estilo popular. San Pedro de Isuntza es rectangular, está cubierta a cuatro aguas, tiene acceso en enrejado de madera, a su lado sur se adosa una pequeña sacristía y guarda imágenes de San José, San Pedro y San Antonio. San Lorenzo de Mendibil y San Cristóbal de Gorliz están en el barrio de San Lorentzo (véase). Además de todos estos templos eremíticos, otras cuatro ermitas se documentan en el territorio de Bérriz, edificios actualmente desaparecidos.
El Convento de las Mercedarias de La Vera Cruz data de fines del siglo XVIII (1783) y actualmente su iglesia ha perdido parte de los elementos importantes que poseía en planta en su origen debido a remodelaciones actuales. La entrada del templo, austera en cuanto a formas, presenta un pórtico en doble arco carpanel sobre el que se levanta una gran cruz en piedra adosada al frente. Sobre ella una hornacina alberga una imagen de la Virgen con el Niño y una espadaña que sigue la línea básica del resto de fachada. Está lateralizada y fue construida al termino del siglo XIX.
También las presas son elementos patrimoniales significativos del municipio de Berriz, con un total de diez elementos de interés notable, todas ellas dentro de la cuenca del Nervión-Ibaizabal. Las más abundantes son las de tipo recto y construidas en sillería, algunas de ellas con contrafuertes de amarre, que serían Genderiaga, Olabarri, Gangotiena, Garai y Asteiza. Tambien rectas son Bekoerrota, aunque trabajada en mampuesto y Huarte-Errota de hormigón; y en arco de gravedad, Bolintxu, Anposta y Olabarria.
Destacar también la Fuente Batarrita, que canaliza un manantial y realizada en sillares de piedra en 1853.
Manu CASTAÑO GARCÍA (2006)
Es San Juan Evangelista de Bérriz la iglesia parroquial del municipio, un templo gótico-renacentista, de clara tendencia monumental, característica que es remarcada al exterior por su gran altura y el sistema de contrafuertes que rodea el edificio, de gran potencia, rectos y elevados hasta la cornisa compartiendo cubierta con el resto de la fábrica. En sillería bien trabajada, guarda importantes deudas del gótico, en sus vanos ligeramente apuntados o en las cubiertas interiores, alguna de ellas de complicada crucería. Posteriores reformas la han dotado de cierto aire clasicista y de 1760 data la torre, a sus pies y típicamente barroca. Austera y sin apenas vanos en su parte baja siguiendo la línea del resto del edificio arranca su campanario a la altura de la cornisa, punto en el que se transforma en típica torre-campanario dieciochesca, con cuatro vanos de medio punto para campanas y tránsito de la planta cuadrada de su primer tramo al remate circular en linterna bajo cruz de forja en su zona más elevada. Tiene pórtico sobre columnas toscanas y antepecho, compartido con el bajo de la torre que mediante arcada articula uno de sus lados. A destacar también el coro renacentista con balaustre pétreo y el único resto del pasado románico del templo, una ménsula de tacos que se encuentra en la zona de los pies. Dentro del arte mueble hablar del retablo mayor, obra barroca de principios del siglo XVIII realizado por Martín de Olaizola, de tipología de cascarón y perfectamente adaptado al presbiterio. Está compuesto por banco, dos pisos, tres calles y ático y dividido por columnas salomónicas bien adaptadas al resto de la decoración, en su mayoría de tipo vegetal. Presidido por el patrono de la parroquia, éste está flanqueado por imágenes de San Pedro y San Pablo, además de contener otros santos como José, Juan Bautista y la Inmaculada Concepción. Lo corona en el ático un Cristo sobre él que en Gloria Celestial están San José, Santa Teresa y San Sebastián. A los lados de este retablo, otros dos menores también barrocos acogen entre otras imágenes la Virgen del Rosario, renacentista, y una Andra Mari gótica.
Uno de los elementos historico-artísticos que más caracterizan al territorio de Bérriz es la presencia masiva de ermitas, con un total de nueve, sin contar las ya desaparecidas. Destaca por encima de todas Andra Mari de Andikoa, en dicha barriada (véase), que aunque con categoría de ermita comparte con San Juan no solo el estilo primordial, gótico-renacentista de mediados del siglo XVI, sino su importancia dentro de la anteiglesia, con un marcado arraigo popular. En Okango (véase) se encuentra la ermita de San Miguel de origen gótico certificado por un pequeño arco conopial que aún conserva sobre el pórtico. La ermita de la Ascensión, en Sarria (véase), es de estilo popular, manteniendo los elementos básicos en este tipo de construcciones. También destaca San Fausto de Eitua, en Eitua (véase), ya que posee importantes elementos estilísticos de cadencia barroca, además de poseer una espadaña idéntica a la de San Antonio de Olakueta (véase), también en Bérriz. San Juan Bautista de Murgoitio (véase) es muy austera y sigue los dictados de las ermitas de estilo popular. San Pedro de Isuntza es rectangular, está cubierta a cuatro aguas, tiene acceso en enrejado de madera, a su lado sur se adosa una pequeña sacristía y guarda imágenes de San José, San Pedro y San Antonio. San Lorenzo de Mendibil y San Cristóbal de Gorliz están en el barrio de San Lorentzo (véase). Además de todos estos templos eremíticos, otras cuatro ermitas se documentan en el territorio de Bérriz, edificios actualmente desaparecidos.
El Convento de las Mercedarias de La Vera Cruz data de fines del siglo XVIII (1783) y actualmente su iglesia ha perdido parte de los elementos importantes que poseía en planta en su origen debido a remodelaciones actuales. La entrada del templo, austera en cuanto a formas, presenta un pórtico en doble arco carpanel sobre el que se levanta una gran cruz en piedra adosada al frente. Sobre ella una hornacina alberga una imagen de la Virgen con el Niño y una espadaña que sigue la línea básica del resto de fachada. Está lateralizada y fue construida al termino del siglo XIX.
También las presas son elementos patrimoniales significativos del municipio de Berriz, con un total de diez elementos de interés notable, todas ellas dentro de la cuenca del Nervión-Ibaizabal. Las más abundantes son las de tipo recto y construidas en sillería, algunas de ellas con contrafuertes de amarre, que serían Genderiaga, Olabarri, Gangotiena, Garai y Asteiza. Tambien rectas son Bekoerrota, aunque trabajada en mampuesto y Huarte-Errota de hormigón; y en arco de gravedad, Bolintxu, Anposta y Olabarria.
Destacar también la Fuente Batarrita, que canaliza un manantial y realizada en sillares de piedra en 1853.
Manu CASTAÑO GARCÍA (2006)