Villa fronteriza con Aragón, fue reconquistada de manos musulmanas, por el rey Alfonso el Batallador, que en 1117 le otorgó el fuero de Tudela. El rey García Ramírez reglamentó los tributos a pagar por los musulmanes designándolos al monasterio que allí había y que posteriormente se trasladó a Tulebras. Entre 1144 y 1150, García Ramírez y la reina Dª Urraca donan a la iglesia de Santa María de las Dueñas de Barillas (Tudela) los diezmos del lugar. Sigue a esta donación otra de los moros de la misma villa a la citada iglesia. Posteriormente detentaron su señorío D. Pedro Sánchez de Barillas, y su mujer D.ª Urraca Gil, quienes lo vendieron, con su castillo y términos, al rey D. Sancho el Fuerte, en el año 1225, por 3.400 maravedís alfonsinos de buen oro y peso. En 1323 D. Pedro, obispo de Tarazona, compró el pueblo y castillo de Barillas, con licencia del rey D. Carlos I, bajo la condición de que no se amortizase pasando a manos eclesiásticas. El mismo los donó en el año siguiente, con todos sus términos y derechos, a D. Juan Pérez de San Juan, canónigo de Tarazona, por los grandes servicios hechos a él y a la iglesia, con las condiciones siguientes, entre otras: que dicho canónigo y sus sucesores dejasen la villa y castillo a un heredero lego, el cual debería casar con mujer oriunda de Navarra: que todos los poseedores serían obligados a las cosas a que el obispo estaba también obligado hacia los reyes de Navarra: que dichos poseedores pagasen perpetuamente, en cada año, 500 sueldos de Jaca, por dos capellanías que se habían de fundar en la iglesia de Tarazona, la una en el altar que haría el obispo y la otra en el de San Nicolás, ambas por el alma del obispo, y las de su tío y parientes, y doce aniversarios, orando también por el rey de Francia y sus sucesores. Esta donación fue aprobada en el mismo año de 1324 por D. Alfonso Robray, gobernador de Navarra, precedido juramento y homenaje del donante, de hacer guerra con el castillo de Barillas, siempre que el rey se lo mandare. Habiendo vuelto Barillas al dominio real, lo donó la princesa D.ª Leonor, en 1466, a Carlos Pasquier, su copero mayor, titulado ya señor de Barillas, para él y sus sucesores a perpetuo, con la jurisdicción baja y mediana, bailío, homicidios, medios homicidios, sisantenas, y cualesquiera otras penas y calonias y derechos, así como la saca de ganado, pan, legumbres, y otra cualesquiera cosas que nacen ó pacen en los términos de dicho lugar. Ver TULEBRAS. La jurisdicción criminal de este pueblo fue dada por el rey, en el año 1665, a D. Francisco Pasquier y Eguarás, que tenía el señorío, por 300 ducados con que contribuyó al erario. En el s. XIX correspondería su señorío a los condes de Bureba. En 1734, el Señor de Barillas, D. Diego Fernández de Heredia, marqués de Eguaras y Barboles, entabla un pleito al alcalde y regidores de la ciudad de Cascante por la tala ejecutada en el soto perteneciente al marqués en Torcas, término de Barillas.