Abeslariak

Zablabeascoa, Josefina

Cantante lírica. Nacida en San Sebastián el 16 de enero de 1908, fallecida en la misma ciudad el 5 de marzo de 1953.

Fue la mayor de las tres hermanas (Matilde, Maritxu y ella) y las tres espléndidamente dotadas para el arte del canto. Ingresó muy joven en el Orfeón Donostiarra donde el maestro Secundino Esnaola advirtió pronto sus excepcionales condiciones naturales. En septiembre de 1925 el renombrado bajo Gabriel Olaizola también consideró que se trataba de una voz privilegiada. En otoño de 1929 había muerto Esnaola cuando Josefina preparaba sus maletas para Italia, reciente todavía el éxito de ésta en un concierto celebrado en honor suyo en el teatro de Bellas Artes de San Sebastián. En este homenaje a la singular cantante, se asociaron Gabriel Olaizola, el pianista Francisco Cotarelo, el cellista Leceta y el Orfeón, con los notables solistas, su hermana Matilde y Cortajarena. El periódico El Día resaltaba las excepcionales cualidades artísticas de la homenajeada. Habiéndole oído cantar el gran Mardones le preparó un viaje para Italia.

Obtiene gran éxito en la Opera House de Malta. Convence y entusiasma a los malteses en Rigoletto (Magdalena), La Walkiria (Fricka), Boris Godounov (Nutricia)... Verdi, Wagner y Mussorgski la aplauden. El primer teatro italiano en que actúa es el Víctor Manuel de Turín, donde debuta brillantemente con Aida y más tarde con Un bailo in maschera y El trovador.

Ese mismo verano figura Josefina en un elenco para la temporada de ópera que se organiza en el Kursaal de San Sebastián. También actuó en el Victoria Eugenia protagonizando el personaje Amagoya en Amaya. Se repite el éxito en Bilbao y en Barcelona. Y después, en Lisboa, Bolonia, Canto, Reggio, Finale Emilia, Bari en la temporada 1933-34 al lado de las más prestigiosas figuras de la época. Luego, en Turín, Termi, Verona, Faenza y otras prestigiosas sedes del bel canto. Con motivo de la guerra civil española se enfrenta al dilema de nacionalizarse italiana o repatriarse, si es que ha de ejercer su profesión. Tomó parte en unas oposiciones que anunció la Embajada Española y sacó el número uno, lo que le supuso un cargo en la misma que ejerce hasta 1944. Ante todo ello se produce una crisis moral que finaliza con su ingreso en la comunidad religiosa de María Reparadora.