Kontzeptua

Artearen Historia. Erromanikoa (1996ko bertsioa)

Comprende la actual Navarra, su territorio de Ultrapuertos (Baja Navarra y Zuberoa) y parte nuclear de la actual Rioja. Como llevamos dicho, la acción real fue decisiva, en especial la de Sancho Ramírez (1076-1094), rey repoblador por excelencia cuya labor de edificación da impulso al románico -arquitectura, escultura, arte industrial- en todo el camino de Santiago. El primer románico construye sobre pilares sin echar mano de contrafuertes exteriores. El templo puede tener sólo una nave y cubrirse, a partir de la segunda mitad del s. XII, con una bóveda de cañón apuntado. Puede tener dos, e incluso tres, ya avanzado el s. XII, aunque estas últimas son minoritarias. Una capilla dedicada a difuntos, rodeada en muchos casos de un pequeño cementerio intramuros, suele ser frecuente. También hay templos provistos de faros o luz de los difuntos (sustituidos a veces por espadañas) y de criptas subterráneas. En general son templos de poca monumentalidad, otrora cubiertos de madera, y pórticos adosados. La vivienda noble pudo poseer una o más alturas aunque quedan escasos ejemplares; su material habitual fue la piedra, adobe o ladrillo en el primer piso y la madera para el resto. La construcción militar es el castillo y la fortificación amurallada. Ver Fortificaciones.

Es muy raro el templo del s. XI que haya subsistido, aunque sólo sea subsumido en elementos posteriores. Leyre, San Miguel in Excelsis y Santa María de Ujué son los más representativos. La mayor parte de los edificios románicos corresponden, en efecto, al s. XII. En el extremo nororiental, Zuberoa presenta templos tales como el Hospital Saint-Blaise, la colegiata de Santa Engracia y las iglesias de Haux y Aroue. Ya en pleno Camino de Santiago están las iglesias de Bidarray, Arbouet, Haranbeltz y San Juan el Viejo de la Baja Navarra o Tierra de Vascos. En la Navarra Alta citemos Santa María de Iratxe, San Miguel de Izaga, Santa María de Sangüesa, San Pedro de Aibar - Oibar, el conjunto estellés (San Pedro de la Rúa, San Miguel y Santo Sepulcro), Torres del Río, San Martín de Unx, San Adrián, Santa María de Zamartze, Arce - Artzi, Artaiz, Echano, Eusa, Zolina, Lerga, Santo Cristo de Catalain, Olleta, Rada, Crucifijo de Puente la Reina / Gares, capilla del Espíritu Santo de Orreaga/Roncesvalles, Eunate, Gallipienzo, Orisoáin y los pórticos de Larraya y Eusa. La catedral de Pamplona fue un importante templo románico del que sólo quedan restos aprovechados en la reconstrucción gótica y los bellísimos capiteles historiados obrantes en el Museo de Navarra. En La Rioja, el único templo románico que se conserva completo es la ermita de Santa María de la Piscina.

La obra más completa de las supervivientes es el palacio real de Estella denominado en la actualidad Palacio de los Duques de Granada. Se conserva asimismo el puente de Puente la Reina, localidad donde se unían las dos rutas jacobeas, la proveniente de Somport y la que llegaba de Orreaga/Roncesvalles. Detalles románicos tardíos en la bellísima Cámara de Comptos Reales de Pamplona.

Se divide en arte mueble o imaginería -género nuevo dentro del arte medieval- y la escultura monumental. La imagenería se centra en torno a las figuras de Cristo y su Madre, ésta última una Andra Mari hierática, siguiendo el modelo bizantino, sólo sirve de trono a su hijo ("sedes sapientiae") como en Ujué, Artajona (Virgen de Jerusalén), colegiata de Tudela, catedral de Pamplona / Iruña, Iratxe, Santa María la Real de Nájera, Nuestra Señora de la Valvanera, y las figuras menores como las de Villatuerta, Echalaz, Aldaba, Rocamador, Izurzu, Idoia; etc. Destacan los Cristos del Santo Sepulcro de Estella - Lizarra y el de Caparroso y las pilas bautismales esparcidas por todo el territorio.

En cuanto a la actividad monumental un foco importante de irradiación fue Estella - Lizarra donde debieron de existir varios talleres escultóricos a lo largo del s. XII. Muestras de esta actividad pueden contemplarse en el palacio real citado y la fachada de la iglesia de San Miguel (anuncio del gótico). Otros magníficos ejemplares de escultura románica se hallan en el claustro de San Pedro de la Rúa, la portada de Santa María la Real de Sangüesa - Sangoza y la decoración de San Martín de Artáiz. En la Ribera de Navarra destaca la grandiosa portada de la catedral de Tudela, en la línea de San Miguel de Estella, el claustro de la misma y la portada de la Magdalena de la misma ciudad.

La escultura monumental riojana halla su máxima caracterización en Santo Domingo de la Calzada y Santo Domingo de Silos. Las portadas suelen ser sencillas; abundan los capiteles historiados, bellamente tallados, como los de Ochanduri, Robres del Castillo, Santo Domingo de la Calzada, Hospital de Navarrete, San Cristóbal de Canales de la Sierra y Junquera. Bellísima la lauda funeraria del sarcófago de D.ª Blanca de Navarra, hija de García Ramírez El Restaurador, en el panteón de los Reyes de Navarra de Nájera. También de admirar el cenotafio de San Millán de la Cogolla.

A la cabeza de la orfebrería del Reino estuvo La Rioja con bellas cruces procesionales como la de Mansilla de la Sierra y piezas de forja de gran interés. En el trabajo del marfil destacan las arquetas de San Millán y de San Felices de San Millán de la Cogolla. La obra cumbre de la esmaltería románica navarra es el célebre frontal de San Miguel de Aralar, reestructurado en el s. XVIII y reconstruido en nuestros días tras el despiece al que fue sometido al ser sustraído en 1979. Citemos también el píxide de Esparza de Galar y los esmaltes de la arqueta de Santa María la Real de Fitero. En cuanto a la miniatura en color hay que citar los grandes escritorios cenobíticos riojano-aragoneses con los que la monarquía navarra se vio enriquecida: San Martín de Albelda, San Millán de la Cogolla, Nájera (Nahiara) y San Juan de la Peña, talleres de los que salieron bellísimos códices miniados en color.