Funcionario de la monarquía española, contador de las cajas reales de La Habana (Cuba) en el periodo 1578-1594. Fue el primero en recibir el famoso "situado", la partida de plata que era enviada por el virrey de México a Cuba para pagar las construcciones defensivas y navales de la isla.
Arana fue acusado de enriquecerse en el cargo, por lo que llegó a ser destituido por el gobernador, que lo acusó de fraude ante la Audiencia de Santo Domingo. Sin embargo, Arana obtuvo de la Audiencia la restitución en su empleo; el gobernador le acusó entonces de haber obtenido su triunfo comprando al fiscal de la Audiencia, Gregorio de Beristain, "que era vizcaíno como él", con una carga de doscientos cueros, el principal producto de exportación cubano en esas fechas.
A finales de siglo Arana adquirió por compra y con carácter definitivo el empleo de contador que heredó su hijo, ya habanero, Diego de Arana; éste ocupará el empleo los primeros quince años del siglo XVII.