Udalak

ARAKALDO

Con un hábitat eminentemente rural y disperso, como suele corresponder a este tipo de ocupación, el municipio de Arakaldo se encuentra dividido en varias barriadas (Elexalde, Etxebarri, Ibertxe, Iturriaga, Madariaga y La Isla), y su patrimonio es realmente escaso.

Destacaremos la iglesia de Santa Marina Virgen y Mártir, templo parroquial del municipio, la cual es una reconstrucción del siglo XVIII (hacia 1730) de un eremitorio construido en torno a la primera mitad del siglo XVI. De mampuesto, salvo contrafuertes (en número de ocho en derredor de la iglesia), contorno de vanos y esquinas, que son de sillería; se trata de un edificio barroco, muy sobrio, como lo demuestran su única planta y la ausencia total de decoración, característico de las zonas rurales del País Vasco. La nave se encuentra dividida en cinco tramos abovedados sobre planta rectangular y posee dos accesos, uno en el lado sur, de medio punto y el único vestigio del eremitorio del siglo XVI y otro en su lado opuesto, adintelado con dovelas, sobre el que se sitúa la torre cuadrada, de factura posterior a la reedificación del siglo XVIII. Posee un pórtico que recorre los muros sur y oeste, con tejado a una vertiente sobre ménsulas y suelo de cantos rodados, y están adosados al edificio la sacristía y el cementerio. En su interior únicamente hay un retablo central de estilo barroco muy recargado, recubierto de pan de oro, sobre banco, con tres calles (en la central se encuentra una imagen de Santa Marina), dos pisos y ático (con una piedad), todo él rematado por un cristo crucificado.

El Antiguo Cuartel de los Miñones, situado en el barrio de Isla, se trata de un edificio neogótico (finales del siglo XIX), de planta cuadrada y aparejo de mampostería, salvo esquinas y vanos (apuntados, exceptuando el ingreso, en arco ojival), rematado en almenas y merlones, sobre voladizo. Se adosan a él dos dependencias de fecha posterior de clara inspiración clasicista (como lo demuestra su gran loggia), pero enmarcados dentro de un estilo neovasco, con las dos primeras plantas de piedra y una superior de ladrillo. En este barrio se encuentra también el puente de Usilarra, documentado ya en el siglo XVIII, aunque el actual es de fábrica decimonónica. Tiene seis ojos (dos de medio punto, posiblemente más antiguos, y cuatro rebajados) y siete tajamares. En su momento debió estar asociado al molino del mismo nombre, ya desaparecido.

Con respecto a la arquitectura civil habría que hablar del Palacio Ibertxe, en el barrio del mismo nombre, un edificio de fábrica barroca (1771, según inscripción sobre el acceso central), con planta cuadrada, a cuatro aguas y tres altura. Se adosa a él un edificio rectangular más bajo (dos pisos) y cubierta a triple vertiente. Es de mampuesto, salvo esquineros, impostas y vanos, todos ellos adintelados y de gran tamaño, exceptuando los del ático por ser éste de menor altura, con los pisos definidos en la fachada central por dos líneas de imposta lisas y balcón que abarca la parte central del primer piso en el frente delantero. En la fachada norte está adosado un patín de acceso al piso superior del edificio contiguo. Destacar también la forja de ventanas y balcones, con decoración muy característica del estilo barroco.

En el barrio de Madariaga se levanta el Caserío Iturriaga, buen ejemplo de la tipología neoclásica con acceso adintelado, es decir, carente de soportal, muy característico del siglo XIX, y por sus características más enfocado a las labores agrícolas que ganaderas.