Kontzeptua

Aproximación al desarrollo de la diáspora vasca

Las instituciones de la diáspora vasca se transformaron y desarrollaron al tiempo que lo hicieron las demandas de sus miembros. Inicialmente, los inmigrantes necesitaban empleo y servicios sociales para aprender el idioma del país de acogida y comprender las nuevas instituciones sociales, políticas y económicas; como contraste, las generaciones posteriores necesitan lo contrario, mantener el lazo cultural con su patrimonio y su tierra natal. Los individuos participan en reuniones étnicas de coros y danzas, en clases de cocina y de idioma, en actividades deportivas, cenas, bailes, y festivales. Las funciones originales de las organizaciones y redes vascas, al igual que otras organizaciones étnicas en otras sociedades de acogida, consistían en reducir la tensión de los recién llegados y favorecer su adaptación cultural. Los Centros Vascos proporcionaron a los inmigrantes servicios económicos y sociales junto con una integración instantánea, amistad y pertenencia a un grupo. Los vascos más mayores han alabado a los voluntarios de las organizaciones que ayudaron a la aculturación de sus familias y varios confesaron que quizás no hubieran soportado con éxito todo ese proceso sin el puerto de acogida del Centro al cual podían escapar. Los esfuerzos de las mujeres vascas voluntarias para ayudar a los recién llegados en la integración del día a día son recordados con admiración por numerosos inmigrantes.

La incorporación de los nuevos inmigrantes dentro de la comunidad de la diáspora ya establecida podía crear diferentes problemas. Así, los nuevos inmigrantes desilusionaban a los más viejos por no mantener los valores de los inmigrantes más antiguos, valores que habían cambiado porque la cultura de la tierra natal también había evolucionado durante ese periodo de tiempo. Por su parte, los nuevos inmigrantes podían sentirse desilusionados al encontrar una comunidad en la diáspora anclada en el pasado, en los mitos históricos y la nostalgia y que no era una parte de la realidad de la tierra natal de su generación. Las comunidades vascas que experimentaron contactos frecuentes con su tierra natal o continuas cadenas migratorias eran menos proclives a experimentar ese tenso conflicto generacional.

El fin de la continua emigración vasca ha cambiado las funciones de las organizaciones de hoy en día hacia la defensa y la conservación de la identidad cultural. La participación en estos Centros es ahora voluntaria y es más una satisfacción psicológica, emocional y social que una necesidad económica. Las comunicaciones tienden a ser menores en la interacción diaria de socio a socio y han sido reemplazadas por las cenas mensuales y las reuniones sociales, los juegos de pelota, los torneos de mus, los festivales anuales, y las hojas informativas institucionales. Las mismas organizaciones que daban cursos de enseñanza de la lengua del país de acogida y encontraban alojamiento y empleo a los inmigrantes vascos, sirven ahora para dar información genealógica a las generaciones posteriores de vascos y para investigar su propia herencia, enseñando euskera en lugar del idioma del país de acogida, recogiendo folletos de Euskal Herria y ayudando a los socios a organizar viajes a su tierra natal. Inicialmente, los inmigrantes vascos necesitaban los servicios que las organizaciones suministraban; las generaciones posteriores sin embargo, son clientes opcionales. Los papeles de las organizaciones de la diáspora vasca han cambiado de forma significativa y buen ejemplo de ello es la existencia del "Basque Museum and Cultural Center" en Boise (Idaho) y las diversas organizaciones argentinas dedicadas a investigar y conservar la historia de los vascos en aquél país y no en el País de origen.

La conservación de la música y en particular la música de coros, es un elemento de referencia cultural en cada una de las colectividades vascas. Muchas de ellas tienen letras nacionalistas y el repertorio de los coros vascos a menudo está lleno de canciones de amor patriótico hacia la tierra natal. Sin tener en cuenta la edad, la mayoría de los vascos en el extranjero está de acuerdo en que cantar canciones tradicionales vascas en euskera es importante y no es raro encontrar gente capaz de cantar una canción en vasco sin entender una sola palabra. Casi todas las colectividades vascas han creado un grupo de danza y el número de su componentes varía desde unos pocos adolescentes a más de sesenta jóvenes adultos en los grupos. Los grupos más grandes también actúan para reuniones de gente que no es vasca con la finalidad de que el público del país de acogida conozca la cultura vasca. Los txistularis y los acordeonistas acompañan a los bailarines y a menudo presentan sus propias actuaciones por separado.

Los grupos de bailes y los coros han servido como un factor poderoso en la socialización de estos grupos de vascos ya que bailarines y músicos comparten las experiencias de identidad cultural. El gran estímulo para permanecer activo en los programas del Centro Vasco va unido a amistades personales y a lealtades que refuerzan el deseo de continuar siendo socios y el interés por la actividad que desarrollan. Los dantzaris aprenden el significado de los bailes y de las letras y al mismo tiempo, aprenden historia y antropología de Euskal Herria. Los vascos de comunidades con coros o grupos de danza suelen mencionar que la mayoría de los amigos vascos con los que cuentan los hicieron en su juventud, en el grupo de danza o en el coro.

Si hay un Centro Vasco, hay siempre una cocina. La asociación entre la identidad cultural y la gastronomía tradicional es muy fuerte. Estos Centros preparan cada mes y de forma habitual, cenas y fiestas especiales para sus miembros con una variedad de platos vascos que van desde la cocina típica de los caseríos hasta la nueva cocina vasca contemporánea. Como en la tierra natal, a menudo son los hombres quienes gobiernan esos "txokos" o cocinas privadas, aunque la cocina de casa permanece dentro del dominio de las mujeres. Muchos de los Centros Vascos en Uruguay, Argentina, y Estados Unidos tienen restaurantes anexos que están abiertos al público en general, como lo tendrá el nuevo Centro de Bruselas. Las clases de cocina se organizan esporádicamente pero pocas personas acuden con regularidad. El Gobierno vasco ha patrocinado viajes de la diáspora a su tierra natal para los cocineros ganadores de un premio y los Centros y restaurantes particulares en México, Venezuela, y Chile han contratado a algunos de ellos para infundir la tradición de la cocina vasca. Algunos Centros Vascos celebran reuniones anuales de gastronomía vasca y en Necochea, Argentina, organizan una semana entera de festival de cocina vasca.

El juego de cartas, ya sea para el torneo internacional del Campeonato de Mus entre las colectividades de la diáspora vasca en veintiún países o para sentarse en el bar del Centro, representa otro camino para reafirmar la identidad étnica y compartir las experiencias. Los domingos por la noche, hace veinte años, la mayoría de los Centros se llenaban de jugadores de Mus y Briska, pero hoy en día existe el salto generacional típico. Las colectividades vascas también propugnan la continuidad de los deportes vascos y las competiciones deportivas. Aunque el acarreo de pesos (txingas), el levantamiento de piedra y el corte de troncos son exhibiciones típicas durante los festivales vascos, hay juegos regulares de pelota y pala, y si el frontón es lo suficientemente grande se juega al Jai Alai (cesta). Los intercambios internacionales y los torneos de pelota y de pala para los festivales son habituales y recibidos de forma entusiasta por las audiencias vascas.

Las asociaciones vascas de Ultramar distribuyen folletos a través de los cuales se trasmite la información en los países de acogida y, a pesar de que la mayoría de los lectores no los puede entender, a menudo tienen pequeños artículos en lengua vasca. Estos folletos informativos suelen referirse a eventos sociales e incluyen los matrimonios, los bautizos, y las muertes de sus socios, recuerdan a los lectores las fechas de los festivales y actos programados y pueden tener viñetas especiales de cultura vasca, historia, o antropología vascas para educar a sus lectores. Muchas asociaciones vascas intercambian sus folletos informativos y hoy en día, diez de cada quince organizaciones envían información a su audiencia internacional a través de Internet.

Hay una amplia variedad de actividades adicionales llevadas a cabo por las organizaciones vascas y a aquellos interesados en un tema concreto, se les anima a reunirse o preparar seminarios y a invitar y a mostrar a quienes pueda interesar, dichos temas. El aspecto más importante de los Euskal Etxeak puede resumirse en las reuniones informales que tienen lugar entre los vascos mismos. Ya sea sentados en el bar animando al Athletic, disfrutando en la celebración de una boda, o asistiendo a un acto de cine vasco, el intercambio de información y las experiencias compartidas unen a esas personas a través de sus conexiones vascas, reafirmando las identidades étnicas de las asociaciones y de los individuos.

Con el fin de la cadena migratoria, la necesidad de aprender euskera para comunicarse con los inmigrantes monolingües disminuyó y los que hablan vasco demuestran la pérdida de las oportunidades para comunicarse en su lengua nativa con gentes del país de origen. En las familias vascas de ultramar no es raro encontrar situaciones donde los padres hablan entre ellos en euskera y con sus hijos en francés o español, o niños que hablan a sus padres en euskera, español o francés y a sus hermanos en el idioma del país de acogida. En Estados Unidos y Australia hay generaciones posteriores que hablan inglés y vasco, algunos que hablan inglés y francés o inglés y español y otros que hablan sólo inglés. Combinaciones similares existen en la Argentina de habla hispana, Uruguay y Perú y con los belgas de habla francesa. Hay programas de lengua vasca en los Centros vascos de Argentina, Uruguay, Australia y Estados Unidos; cursos de idioma vasco en la universidad en Argentina y Estados Unidos e ikastolas en Argentina y Estados Unidos.

Desde 1985 ha habido un crecimiento institucional sin precedentes en la diáspora vasca y así por ejemplo, hay treinta y nueve organizaciones adicionales de la diáspora vasca en Argentina, algunas nuevas y algunas reabiertas, diez en Estados Unidos y seis en Uruguay. Los festivales vascos y las actividades colectivas sirven para llenar las necesidades psicológicas de pertenecer a algo. Muchos vascos de ultramar están de acuerdo en que conservar su identidad vasca "hace que se sientan especiales y únicos" y que tengan "una conexión especial entre ellos".

Los emigrantes vascos han superado numerosas experiencias de cambios culturales y sociales lo han hecho apoyándose entre ellos a través de las actividades de los Centros Vascos. La progresión desde servir a los inmigrantes vascos ayudándoles a integrarse en la sociedad de acogida, hasta funcionar como una organización étnica y una fuente regenerativa de étnicidad creando y recreando lazos de uniòn con el país de origen, hasta el extremo de convertirse en agencia de turismo y guía de vacaciones, tiene menos que ver con la globalización o la geografía que el cambio en los modelos migratorios pues, en definitiva, no es sino un cambio de categoría en la gente que viaja, y en el propósito de sus visitas. Las generaciones posteriores tienden a experimentar su identidad vasca por elección individual voluntaria, pero continúan conservando una identidad colectiva. Los Centros Vascos se están convirtiendo en embajadas no oficiales de Euskal Herria, agencias de viaje informales y oficinas de turismo que promocionan todo lo positivo y único de las siete provincias.

En reconocimiento a las contribuciones financieras, políticas y culturales que apoyaron al Gobierno Vasco en el exilio durante cuarenta años, desde 1980 el Gobierno Autónomo Vasco de Euskadi ha colaborado con las comunidades de la diáspora a través de una política de ayudas y becas, subvencionando parte de los gastos de operaciones internas de las actividades educativas y culturales. El Gobierno Vasco está interesado en utilizar los Centros para promocionar, desarrollar, y difundir la realidad contemporánea del País Vasco. Hoy en día y en un ambiente de continua globalización e internacionalización de las sociedades modernas, las comunidades vascas pueden tomar parte como potenciadoras de unas relaciones sociales, culturales, económicas y políticas positivas.