Udalak

Amorebieta-Etxano

Dividida en dos importantes anteiglesias, como son Amorebieta y Etxano, este municipio presenta de forma importante dos de las realidades principales en el urbanismo vizcaíno, por una parte, el núcleo central de Amorebieta, urbano y contemporáneo en su mayor parte y las diferentes barriadas que jalonan el término, de ámbito rural y alejadas en parte del carácter administrativo de la primera. Además de Etxano, núcleos como Boroa, Astepe, Bernagoitia, Euba o San Miguel, entre otros, son buen ejemplo de distribución urbanística rural.

Dentro del arte religioso, Amorebieta-Etxano representa uno de los municipios punteros del territorio vizcaíno, contando con tres parroquias, un convento y un gran número de ermitas. El más importante de todos los edificios religiosos es sin duda Santa María de la Asunción, en Amorebieta, uno de los templos de una sola nave y de estilo renacentista más importantes de toda Bizkaia. En Etxano, además de su templo parroquial, Santa María de Etxano, también renacentista y aunque a la sombra de la primera, no desmerece en calidad arquitectónica a otros templos de similares características diseminados por el territorio histórico, podemos encontrar el convento de Larrea construido en la primera mitad del siglo XVIII y un buen número de ermitas rurales como San Antolín de Epalza, San Bartolomé, Santa Cruz de Bizkargi, San Juan Bautista de Solaguren y Santa Lucia de Alakano. Las ermitas en los límites de Amorebieta son mucho más numerosas, hasta un total de trece, destacando San Miguel de Dudea, con importantes restos románicos, Santiago de Elguezabal o San Pedro de Boroa, en el barrio del mismo nombre, y en Bernagoitia, San Miguel de Bernagoitia, con categoría de iglesia parroquial.

La expansión urbanística durante el siglo XX del núcleo central de Amorebieta ha privado de un gran número de edificaciones reseñables, tanto militares como cultas, documentadas en las diferentes crónicas relacionadas con el territorio histórico, y únicamente quedan un par de ejemplos de casas-torre y algún edificio residencial. De la primera, destacar la Torre de Berna, muy retocada, y la mal llamada Torre de Bernagoitia (véase), ya que en realidad es un caserío con vinculación defensiva y palaciega, y con relación a las construcciones residenciales, es sobre todo a partir del neoclasicismo cuando comienzan a proliferar. Antes, únicamente la planta baja del número 7 de Konbenio, de estilo barroco, merece reseña. Neoclásicos son el palacio de los condes de Cancelada, la casa Aldazabalena o el número 27 de San Pedro en Amorebieta y el número 1 de Larrea en Etxano y posteriormente las construcciones eclécticas ocuparon el panorama arquitectónico, destacando el número 27 de Sabino Arana y el número 8 de El Carmen. La influencia burguesa británica a finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX también se dejó notar con importantes vestigios de mansiones revivalistas como la Casa Harrison, el denominado Chalet del Alemán, Gurasoen Etxea y el Albergue San Millán, y con aire más localista y recuperación de formas tradicionales en la arquitectura cantábrica estarían el Palacio López, la Casa Irurena, el Batzoki, el número 18 de Luis Urrengoetxea o el 42 de Sabino Arana.

En arquitectura rural el término municipal de Amorebieta-Etxano presenta uno de los repertorios más completos de vivienda agraria vizcaína, estando presentes en sus diferentes barrios, más que, como es lógico, en su centro neurálgico, magníficos ejemplos de la evolución de la casa popular vasca por antonomasia. Desde el caserío gótico-renacentista del siglo XVI, con su clara reminiscencia medieval hasta los construidos ya bien entrado el siglo XIX, hay todo un listado de sus distintas tipologías; de estructura de postes (siglos XVI y XVII), con o sin soportal (estos últimos ya entre los siglos XVII y XVIII), de soportal arquitrabado, de muros portantes, en arco, ya sea simple o doble (siglos XVIII y XIX) o neoclásicos (siglo XIX). Citaremos algunos de los más destacados, si bien en sus barriadas se diseminan un gran número de importantes ejemplares. Zabala Goikoa, Zugaza Goikoa y Gizetxe Goikoa, gótico renacentistas, presentan todos un buen trabajado sillarejo en sus muros originales y diferentes vanos apuntados que los datan en esta época, así como la estructura de madera sobre la que se sustentan. El primero tiene además en la clave del ingreso a la cuadra en arco ojival, un interesante relieve en cruz griega. Otros de esta época serían Zamalloa Erdikoa y Goiti. La estructura de postes se comenzó a usar masivamente hacia finales del siglo XVI y durante el siguiente, dándole toda su importancia en detrimento de los gruesos muros de sillarejo de los edificios renacentistas, lo que dio lugar a un tipo de caseríos mucho más versátiles y que tienen como característica principal ese armazón lígneo, en muchas ocasiones, visto al exterior y muros de mampuesto en sus partes laterales, o relleno del entramado con cantos, escoria, adobe, etc., y enlucido. Bediaga, con una columna toscana en su soportal, posterior a su edificación, Zugaza Bekoa o Aldana Goikoa, pertenecen a este grupo. Existe una tipología muy concreta en esta comarca que combina la estructura de postes con la ausencia de soportal en la planta baja accediéndose a la vivienda, en el primer piso, mediante patín exterior, característica, esta, muy extendida en el valle de Arratia, pero poco empleada en otras zonas. Estos caseríos son representados casi exclusivamente por Zarazua, Leginetxe Bekoa y Beaskoa. Bien entrado el siglo XVII y durante todo el siglo XVIII, el armazón como sustento desaparece y toman su testigo los muros, mucho más consistentes, con lo que la madera ya no era imprescindible para su estructura básica. Son los denominados de muros portantes y soportal arquitrabado, ya que aún conservan la viga lígnea que sustenta el primer piso dando paso al soportal: Arazotza Goikoa, Ergoien o Bernagoitia. El soportal en arco simple o doble caracteriza a los caseríos barrocos, ya exclusivamente en piedra y de una consistencia notable. Este período, entre los siglos XVIII y XIX tiene en Andikara, Egiarte, Bediaga (con inscripción sobre su arco carpanel datándolo en el año 1844) y Astitxe Goikoa los más sobresalientes de arco simple y de arquería doble, es decir bifamiliares, Otxuende y Dudoleta. Por último la tendencia neoclásica también llegó a los caseríos, dotándoles de esa sobriedad característica y llegando a perder el soportal por un simple ingreso adintelado, más enfocado a la residencialidad. Zamalloa Goikoa, Ergoien Barri y Leginetxe Erdikoa, este último rozando casi la vivienda culta palacial siendo una gran fábrica residencial de tipo burgués que ha perdido parte de la funcionalidad agropecuaria, adaptándose en parte a las nuevas necesidades, son lo más destacado.

Bibliografía

  • Arregi Azpeitia, G.: Ermitas de Bizkaia. Vol. I, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia, 1987, 524 pp.
  • Barrio Loza, J. A.(dir.): Bizkaia: Arqueología, urbanismo y arquitectura histórica. Vol. I. Duranguesado y Arratia-Nervión, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia, 1989.
  • Barrio Loza, J. A./González Cembellín, J. M./Santana Ezkerra, A.: Patrimonio Monumental de Amorebieta-Etxano, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia/Ayuntamiento Amorebieta-Etxano, 1989, 84 pp.
  • Ibarra y Berge, J.: Catalogo de Monumentos de Vizcaya, Bilbao, Junta de Cultura Vasca, 1958, 2 v.
  • Lasuen Solozabal, B.: Puentes Antiguos de Bizkaia, Bilbao, BBK, 1990, 116 pp.
  • Sesmero, E.: Monografías de pueblos de Bizkaia. Amorebieta/Etxano, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia, 1994, 350 pp.
  • Zabala Uriarte, A. (dir.): Monumentos de Bizkaia. Vol. I. Monumentos Nacionales./ Vol. III. Duranguesado-Arratia, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia, 1987, 340 pp./295 pp.
  • VV.AA.: Neveras de Bizkaia, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia, 1994, 76 pp.
  • VV.AA.: Presas de Bizkaia, Bilbao, Diputación Foral de Bizkaia, 1990, 115 pp.

  • Manu CASTAÑO GARCÍA