Artista vizcaíno nacido en Durango en 1966, con una extensa formación en el campo del arte.
En 1990 asiste al taller sobre Grabado y Nuevas Tecnologías ofrecido por Jesús Pastor en la Fundación Goya en Fuendetodos, Zaragoza. Continuará adentrándose en el terreno de la serigrafía industrial, y más tarde en el de la fotografía, la animación 3D y aspectos relacionados con la cultura multimedia. En 1999 se licencia en Bellas Artes en la especialidad de Pintura, en la Universidad del País Vasco, año en el que asiste al taller de serigrafía artística con Peter Jones en Bilbao Arte.
Desde el año 1995 a 2002 trabaja en una asociación que pretende el acercamiento del arte a través de la informática y la investigación de sistemas multimedia con el Proyecto www.boj.org en Durango, Bizkaia.
Artista seleccionado en diferentes muestras significativas dentro del ámbito de las artes plásticas en Euskal Herria. Está presente por ejemplo en Gure Artea en 1989 y en 1993, Bikaiko Artea 89 o en Ertibil Bizkaia en 1990 y 2000. Interviene en diferentes exposiciones colectivas desde el año 1989, en el que participa entre otras en la II Bienal de Escuelas de Arte de Europa en Amberes, o la celebrada con el mismo motivo en Tenerife. En 1991, realiza una individual en Zuberoa, en la Galería Mauleon y otra en el Museo de Arte e Historia de Durango, año en el que colabora con Agustín Ibarrola en la construcción de una escultura Fuente en Madrid. Le suceden nuevas colectivas en Durango, Gernika, Beasain, Arrasate, Amorebieta. También en 1991 participa en la exposición inaugural de la Galería CM2 de Vitoria o en proyectos colectivos como Plásticos en la Casa de Cultura de Muskiz. En 1993 realiza una escultura -monumento al txistulari Alejandro Aldekoa en Berriz.
Su pintura se caracteriza por grandes manchas de color que simulan fluidos en su mayoría, los cuales se intercalan o superponen con imágenes extraídas de los mass media manipuladas por ordenador, siguiendo una distribución aleatoria o geométrica. Así, orden y desorden, figuración y abstracción, manchas desparramadas y otras contenidas conviven en la obra de Amantegi. Con estos principios, opuestos a priori, va conformando un puzzle en el que todo encaja finalmente.