Toponimoak

Amaiur/Maya

Su castillo debió de edificarse en la segunda mitad del s. XII en lo alto del pequeño monte ubicado al O. de la población, siendo luego considerado de gran valor estratégico para el reino. Jimeno Jurio, del que entresacamos los principales datos de esta relación, reproduce este informe sobre la situación del castillo en el último tercio del siglo XIV: "Donjón o torre mayor. Es mencionada en ambos documentos con adjetivos encomiásticos: "Hay una muyt noble torr de donjón", "Vimos a la grant torr que está en medio deldicho Castieyllo". Antes de esas fechas, el gran torreón central había tenido pisos y cubierta de madera. Por haberse podrido y derrumbado, en 1378 quedaban solamente los muros, con "gran daño" de la construcción. Trancurridos más de diez años continuaba igual y el perito que la visitó proyectaba "haçer en ella tres cambras" y la cubierta, estimando que la obra supondría unas cuatrocientas libras fuertes. Según estas noticias, el donjón debía ser relativamente alto, pues se proyecta reconstruir en su interior dos pisos de madera, creando tres departamentos, "estages" o cámaras superpuestas, más la cubierta. Sala, bodega y aljibe. Por orden del alcaide Miguel Sánchiz de Ursúa habían sido renovados el maderaje y tablazón de la cubierta de "la sala, la bodegua y el aljup" con catorce maderas de doce codos, ocho cabrios grandes y dieciséis chicos, utilizándose para el aljibe cuatrocientas latas y tres "goteras". Es posible que la sala, quizás vivienda del alcaide y lugar de reunión de la guarnición, se alzara sobre la bodega. Conocemos el emplazamiento de aquélla. El recibidor de la Merindad informó que el alcaide Mitxelko "había fecho cubrir una sala a la entrada del dicho Castieyllo", importando madera y mano de obra cuarenta y cinco libras fuertes.

Al realizar recientemente trabajos para reponer el monumento, fue cegado un espacio rectangular en la zona suroriental del recinto, entre la muralla principal y la falsabraga; de haber sido la bodega, indicaría la posición de la puerta de acceso. Hacia el suroeste y junto al muro exterior, perduran los cimientos de otra pequeña construcción rectangular semisubterránea. Muralla y torres. El torreón central y otras posibles dependencias interiores quedaban defendidos por el recinto amurallado o "cerco que es en derredor del Castieyllo". Su cimentación se conserva en buena parte. A juzgar por un plano del siglo XVII, era de planta irregular. En 1378 un cantero o mazonero había reparado "el muro que era caido sobre la puerta". El informe de 1389 afirma que solamente "una poca partida del muro está cubierta" y que su cobertura total supondría unas doscientas libras. El cerco amurallado estaba guarnecido "con cinco torretas", desprovistas de techumbre y piso interior en 1389, por lo que el maestro Aparicio pensó "hacer sendas cambras" en cada una de ellas y cubrirlas con tejado. Falsabraga. Exceptuando los flancos del norte y poniente, cortados a pico sobre el río, el resto del cerco estaba protegido por un muro bajo exterior o "falsabraga". El carpintero Matxin de Ozta informó que un mazonero reparó "un portillo en las bragas del dicho castieyllo". Es posible que las "cuatro garitas", cuya techumbre había sido reparada en 1378, estuvieran emplazadas en otros tantos puntos del recinto exterior. En carta del cardenal Cisneros a Juan de Rena (1517) consta "el abaxamiento que maestre Amasa hizo de la tapiaria de la fortaleza de Amaya" (29, p. 261 ). Los conquistadores castellanos pusieron artillería. Tenía en 1521 dos cañones serpentinas, dos sacres, una lombarda, dos fusleras y veinte barriles de pólvora".

Los primeros conocidos son García de Oriz entre 1192 y 1196 y Almorabit en 1201. Recogemos la nómina confeccionada por Altadill en sus Castillos medievales...: Año 1208, D. Juan Pérez de Baztán; año 1265, el señor de Salt o Sault; año 1274, D. García Almorabid, con XXXV libras de sueldo, servía también el castillo de Ausa; año 1284, D. Ochoa de Oarritz; año 1294, D. Miguel Martínez de Naso; año 1305, el vizconde de Baiguer, retribución XII libras; año 1306, D. Miguel Martínez de Naso, (2.a vez); año 1309, D.Arnaldo de Irunberry; año 1311, D. Domingo de Saint; año 1315, el señor de Sault, (III de ese título); año 1318 y 1319, el mismo, con igual remuneración, con Martín Lópiz como sargento de armas; año 1328, D. Dionisio Simoni García, vizconde de Baiguer; año 1331, D. Martín Lópiz de Bergara; año 1332, D. Dionisio Simoni García, vizconde de Baiguer, con sueldo de XII libras, (2.a vez); año 1333, D. Miguel Ximénez de Echauz; año 1335 y 1336, el señor de Asa; año 1339 a 1341, D. Arnalt Sánchiz; año 1349, D.Juan de Ursua (VI señor de Ursua); año 1360, D. Lope Martínez de Uriz, en ese largo período de su mando se efectuaron algunas obras de reparación y aljibe en la fortaleza; año 1398, el vizconde de Baiguer (VII de este título); año 1469, en relevo de D. Martín García de Beraiz que regía la fortaleza al lado de los dos anteriores (padre e hijo de esos nombres), desde principios de ese siglo; año 1485, D. Sancho Martínez de Echebert o Echebertz; año 1500, D. García de Ursua (VIII señor de este título); año 1513, D. Sancho Sánchez de Lizarazu; año 1521, D. Juan Vélaz de Medrano, el último defensor de la fortaleza, el mismo que vio antes derruida que rendida ésta, hermano de otro de los defensores, el cual encerrado en la prisión de Pamplona, como prisionero de guerra, murió en ella, envenenado según voz pública. El cometido de estos funcionarios reales era múltiple: velar por la seguridad de las comunicaciones en su zona (valle y castillo), administrar los bienes reales y percibir el tributo.

Disfrutó de esta condición ya en el siglo XIII. En julio de 1254 los jueces nombrados por Teobaldo II declararon que los reyes Sancho, que iaz a Ronçauales, y Teobaldo I forzaron a los buenos hombres de Olite a pechar mala tolta y que dichos de Olite no están obligados a esa pecha ni en Maya ni en Lecumberri ni en ningún otro lugar.

Lope Martínez de Uriz, caballero, prometió a Eustaquio de Beaumarche y a García de Almoravid, guardar el castillo de Maya para la reina Juana y sus sucesores, y se declara vasallo de aquéllos por dicho castillo. De las casas que tenía en 1330 sólo quedaron 25 tras la peste negra que asoló Europa.

Como tantos otros lugares, se hizo con el señorío de la villa durante la última mitad del siglo XV este cabeza de bando agramontés que designó a los alcaides del castillo. La ocupación ocurrió al socaire de las guerras de bandos en las cuales Maya se había declarado partidaria del bando beamontés partidario del príncipe de Viana. Peralta llegó a titularse conde de Santesteban y señor de Maya.

A principios de agosto de 1512, junto con otras plazas navarras y siguiendo el ejemplo de Pamplona, Maya capitula ante el ejército castellano del duque de Alba, que a la sazón invadía Navarra. Los reyes legítimos, refugiados en el Béarn, pidieron inmediatamente auxilio a los franceses, enemigos de los castellanos.

El 1 .° de noviembre de 1512 un destacamento francés, perteneciente al ejército franco-navarro que al mando de Juan de Albret y La Palice intentaba recuperar Pamplona, desalojó a los invasores y se posicionó en el castillo de esta localidad a fin de asegurarse la comunicación con el ejército de Delfín Francisco de Angulema. Varias localidades navarras se alzaron contra los ocupantes pero el duque de Alba se hizo fuerte en Pamplona, tras lo cual los franco-navarros hubieron de retirarse por Maya. Fernando el Católico mandó fortificar Maya y otras ciudades navarras con el objeto de prevenir un nuevo intento de la dinastía navarra apoyada por Francia. En abril de 1513 la fortaleza de Maya estaba aún defendida por una guarnición de tropas navarro-bearnesas. Rechazó por dos veces los asaltos castellanos dirigidos por el señor de Ursúa y Don Diego de Vera. Pero acudió el marqués de Comares con fuerzas de artillería y 3.000 hombres llegados de Guipúzcoa y Castilla y a la de pocos días la fortaleza se vio obligada a capitular. Fue designado alcaide de la fortaleza Antón Alguacil que permaneció en el puesto hasta el nuevo intento de recuperación navarra. Dos años después Navarra era incorporada oficialmente a Castilla.

En marzo de 1516 Juan de Albret y Catalina II de Navarra intentaron otra vez recuperar su Corona entrando sus tropas por Maya e Isaba sin éxito debido a la presencia castellana. Tras las diversas órdenes de arrasamiento del castillo, Maya fue una de las pocas fortalezas que salió indemne de la destrucción.

Según refiere Idoate en Rincones... [t. III, págs. 599 y 600] a principios del siglo XVI se descubrió en el Baztán, cerca de la fortaleza de Maya, un pozo aurífero. Muchos encontraron oro en sus arenas, pero la presencia del codiciado metal dio lugar a tales problemas, que los del valle del Baztán y los de Maya acabaron por cegar el pozo. En el año 1518 el alcaide de la fortaleza de Pamplona, Miguel de Herrera, obtuvo la oposición de los responsables del valle. Más tarde, un tal Bernal Cruzat de Pamplona intentó también buscar el oro e hizo un convenio con los baztaneses, pero se opuso tenazmente el señor de Zozaya, por lo que tampoco pudo llevar a cabo sus proyectos.

El 16 de mayo de 1521 un ejército abigarrado, al mando de André de Foix, señor de Asparros, entra en la Alta Navarra con el fin de reconquistar el reino de Navarra para Don Enrique de Albret. El ejército navarro recuperó toda Navarra pero fue vencido en Noain el 30 de junio de 1521, quedando de nuevo el reino para los castellanos.

Recogemos en parte la excelente síntesis preparada por Jimeno Jurio respecto a los últimos defensores de la independencia navarra en el castillo de Maya.

"Derrotado el ejército de Enrique II de Navarra (30 de junio), Juan de Rena, pagador de las obras reales, ordenó reparar la fortaleza de Amayur. Durante el mes de septiembre, unos carpinteros "trabajaron en los enmaderamientos y troneras"; "soldados peones" llevaron y pisaron tierra; "peones de la tierra" abrieron "dos fosos, uno a la parte del algibe y otro en la puerta del Castillo"; algunas mozas portearon tierra, arena y piedra "para el ençaborramiento que se hizo en la entrada a la puerta del castillo y en limpiar los fosos" y "trabajaron en traer agua del río y al algibe" (Idoate: Esfuerzo bélico..., 281). Poco antes debió redactar Juan de Rena un informe sobre las medidas que debían ser tomadas en Navarra y en el que alude al castillo: "Dize que todo lo de Navarra, le parece que no se puede tener confiança, sino de Maya, porque la fortaleça está razonablement para defenderse, aunque no es acavada de hazer. Enpero que el sitio la ayuda e hace buena, y más el alcaide, que la tiene, que es onbre de bien y de guerra" (op. cit., 277).

Aunque Rena consideraba que la fortaleza estaba en condiciones de defensa, sobre todo por las reparaciones efectuadas y la competencia militar del alcaide Antón Alguacil, la astucia del almirante de Francia logró rendir la plaza, respetando las vidas del alcaide y de la guarnición castellana, y dejando aquélla en manos de los navarros leales a don Enrique. Quedó en ella por alcaide don Jaime Velaz de Medrano y de guarnición hasta unos doscientos caballeros navarros de los Agramonteses despojados de sus bienes y fugitivos de su Patria". "De esta entrada del ejército de Francia en Navarra antes del sitio de Fuenterrabía hacen poca mención los escritores castellanos, con haber sido cierta y muy ruidosa" (Aleson, 38, T. VII, p. 419-20). "Los últimos nabarros aún se resistieron en los castillos de Maya (Amayur) y de Fuenterrabía. Presentóse delante de Amayur el virrey Conde de Miranda, con gran número de gente y mucha y buena artillería. Estaba presidiado por Jaime Belaz de Medrano, Luiz Belaz, hijo suyo, Miguel de Jatsu y Juan de Azpilcueta (hermanos de San Francisco de Xabier), Juan de Olloki, Víctor de Mauleón y otros hasta número de 200.Durante diez meses tremoló allí la bandera de Nabarra en el mayor desamparo. El abad de Urdax, Juan de Orbara, y otros patriotas reconfortan el ánimo de los sitiados con sus noticias y patrióticas exhortaciones.

El 6 de julio escribía el abad a don Jaime:

"Sabeys de cómo en el biernes partieron siete piezas de artillería de Pamplona contra vos y vuestra fortaleza. De los más antiguos nobles y caballeros de toda España descendieron los vuestros, y pues soys seguro y cierto del socorro que aveys de aver tan presto, como lo sabeys, y aveys de ser el mas renombrado o perdido de toda vuestra generación. Mirad por vos y por lo que debeys ser"

(Campión: Navarra en su..., 482-83).

"La plaza fue embestida con gran corage -dice Alesón- pero aún fue mayor el esfuerzo de los agramonteses que estaban dentro. Abierta la brecha, fue tal la bizarría y el arrojo con que los sitiados repelieron los primeros combates, que el virrey quedó admirado. Y diciéndole al condestable que no tenía por qué, siendo navarros los defensores, entró en mayor cólera y saña. Y por más que los prácticos de la Tierra le decían que mudase la batería a otra parte más flaca que ellos le enseñaban, hizo punto de proseguir por donde había comenzado, sin ser suficiente la brecha. Púdole costar cara su pertinacia, que él llamaba honra, porque en unos de esos combates, a que se hallaba siempre presente para animar a los suyos, quedó herido en un brazo. Pero no siendo grave la herida, después de su curación volvió con el mismo empeño a su porfía. Batióse con más rigor la fortaleza, y, según dicen algunos, se puso fuego a una mina que derribó gran parte de uno de sus cubos, y, dándose por allí el asalto, tres veces le ganaron y perdieron los sitiadores en un mismo día. Según otros, viendo el virrey la dificultad insuperable de rendir por aquella parte la Plaza, desistió de su empeño y mudó sabiamente de parecer y de batería.

Púsola contra la parte que le decían ser la más flaca, haciéndola reconocer primero muy de propó- sito, con que presto tuvo el efecto deseado, porque se abrió una brecha muy capaz, y tan baxa que se podía entrar a caballo por ella. Viendo esto el gobernador, y considerando bien la grande falta de víveres y de toda esperanza de socorro, y, sobre todo, compadecido de tanto nobles caballeros, cuyas vidas, que merecían ser inmortales, quedaban expuestas al vengativo acero beaumontés, trató de capitular. y conviniendo todos en ello, menos su hijo don Luis Vélez que hizo sus protestas, se rindieron al virrey, salvas las vidas, por prisioneros de guerra. Mas don Luis no quiso entregar la espada, sino que se defendió con ella contra todos los que le querían prender, hasta que, rodeado de ellos, quedó también prisionero. La capitulación del castillo tras la entrada de los asaltantes tuvo lugar el 19 de julio de 1522, añadiendo Alesón que "y luego, sin dilación fue arrasada aquella fortaleza".

La importancia que para los intereses castellanos tenía nuestra plaza fronteriza se deduce del envío de mensajeros a casi todas las ciudades, villas y valles de Navarra para que acudieran armados a ocuparla, del mensaje cursado al emperador por el virrey, conde de Miranda, desde Maya el mismo día 19 de julio "para hacer saber a V. Mag. y a los sennores gouernadores la toma desta fortaleza" (Idoate, p. 294), de los premios otorgados y de los castigos impuestos. Quienes apoyaron a los asaltantes fueron recompensados. El virrey asignó a Miguel Martínez, escudero y boticario de Falces, un sueldo anual de 3.000 maravedises por haber perdido un brazo al acudir con medicinas y ungüentos para los heridos en la toma de Maya (op. cit., p. 307-8). El capellán real y vicario general del obispado pamplonés, Juan de Rena, director responsable del derrocamiento del castillo, pidió al emperador mercedes como premio a los servicios prestados, enumerando entre éstos "que se halló en la jornada de Maya y sirbió en ella, y después de vuelto con todo el exército a Pamplona, fue a derrocar la dicha fortaleza de Maya, en lo que pasó también mucho trabajo y puso a gran peligro su persona, porque don Pedro de Navarra estaba a una legua de dicha fortaleza con mill y quinientos onbres" (op. cit., p. 306).

Transcurrido un siglo, en 1622 los descendientes de los conquistadores navarros del castillo de Amayur, bien asentados al servicio de los reyes de las Españas, alegaban los servicios hechos en Maya por sus abuelos y bisabuelos al emperador Carlos V, en peticiones de asignación de "acostamientos" (pagas anuales vitalicias), reclamaciones de soldadas o reivindicaciones de honores (BCMHAN, 1927, p. 94). Trato muy distinto sufrieron los prisioneros hechos en el castillo, los navarros que se negaron a obedecer las órdenes de movilización dictadas por el virrey contra Maya, y los que permanecieron fieles a su rey. "Los prisioneros (de Amayur) fueron llevados al castillo de Pamplona, siendo uno de ellos el presidente don Juan de Jaso, señor de Xabier, quien podía tener la última fatalidad por la singular fineza con que siempre había seguido el partido de sus primeros reyes; y así lo previno, escapándose de la prisión con la traza de mudar de vestido, tomando el de una criada que le llevaba la comida y engañando de esta suerte las guardas que le habían puesto. Túvose por muy prudente su sagacidad, porque luego, a los catorce días de prisión, murieron en ella los dos caballeros Vélez de Medrano, padre e hijo, no sin sospecha de veneno" (Aleson, 38, T. VII p. 429).

Pese a ocupar un lugar estratégico la desconfianza que los navarros inspiran al ocupante hace que, tal como se preveía, el castillo fuera casi en su totalidad demolido. La incuria, el tiempo y la utilización de sus piedras para otros menesteres, entre los cuales la construcción de la iglesia parroquial, completaron la labor de destrucción iniciada a mano armada. La ocupación de Maya por gentes de Ultrapuertos en 1536 sirvió para mantener los recelos. A finales del siglo XVIII se alzó en el lugar una ermita dedicada a Santa Bárbara.

Maya y otras villas de la montaña navarra solicitaron a partir del año 1652 que se les exonerase de los gastos de alojamiento y "utensilios", que producían los puestos permanentes de tropas. Aducían los montañeses que bastante servían al rey estando siempre dispuestos y obligados a salir contra el enemigo en caso de invasión. Las Cortes, apoyando a los pueblos, presentó esta demanda al rey, quien no la tomó en consideración, pero resolvió que los pueblos pagaran directamente a los soldados en especies, y no en dinero. Sin embargo no se puso en práctica esta medida. La localidad recuperó la jurisdicción civil en el año 1665 mediante pago de 5.000 reales al erario público.

El rumor de la existencia de un manantial aurífero persistía en el siglo XVIII. Segun refiere Idoate en Rincones... [t. II, pág. 415) un suizo, Lorenzo Benguierre de Latour, obtuvo en el año 1735 una cédula real, por la que se le concedía el beneficio por seis meses de varias minas, situadas en el monte de Aizalegi, en la jurisdicción de Maya.

Villa separada del valle de Baztán, merindad de Pamplona en el reino de Navarra. Gozó del título de "Buena villa" desde 1399 pudiendo asistir a las Cortes.

El 6 de junio de 1794, 16.000 soldados franceses tratan de forzar el estrecho de Maya, llave del valle del Baztán, mas no lo consiguen debido a la resistencia que oponen los vecinos de Errazu, más de 52 hombres armados, y las tropas españolas. El 25 de julio de 1794, el fuerte de Maya es evacuado antes de que sea atacado por los franceses. Cuando éstos llegan, encuentran en el fuerte 4 cañones de hierro y 6.000 fusiles, que son enviados inmediatamente a Bayona, en donde se encuentran los talleres de reparación. Un informe posterior de su alcalde Nicolás de Echeberz da cuenta de la destrucción efectuada:

"Al Ilmo. Reyno de Navarra y su respetable Congreso junto en Cortes. La Villa de Maya, y en su nombre como su Alcalde, con el debido respeto, represento a V. I. que este Pueblo es uno de los que más ha padecido los efectos de la guerra, como que su punto fue uno de los más perseguidos por el Exército Francés, quanto que desde el día tres de junio, hasta el 24 de julio del año pasado, estuvo acampado dicho Exército dentro de su término y jurisdicción, asolándolo y destruiéndolo.

En el dicho día 24 de julio fue invadido por el mismo Exército Francés; y temiendo que sería pasado a fuego y sangre, como lo fueron poco antes los Pueblos contigos de Urdax y Zugarramurdi, dieron a la fuga sus naturales y durante un año han andado derramados por el Reyno, experimentando las maiores desdichas y pereciendo la tercera parte de ellos. Ahora con el veneficio de la Paz se han restituido a sus casas, las que han encontrado en la maior parte despedazadas en sus interiores y saqueadas de todos sus muebles. Como la tierra no se ha cultivado, no ha producido frutos. Toda especie de ganados, en que consistía su principal subsistencia, fue arrovado y perdido; por lo que se hallan al presente pobres, desnudos y de hambre. En cuio lamentable estado, siendo la mayor aflicción de estos havitantes el temor del Imbierno próximo por la falta de alimento y de medios, imploran la piedad de V. I., suplicando se digne socorrer a estos sus naturales en la primera necesidad con alguna cantidad de Pan, a cuyo favor quedarán con el devido reconocimiento. Maya, 17 de septiembre de 1795. Nicolás de Echeverz".

El 24 de junio del año 1813, los franceses saquearon Maya. Este saqueo, así como otros muchos perpetrados ese mismo día en Navarra por tropas francesas, fue a causa de la derrota sufrida por los ejércitos napoleónicos en Vitoria, por cuyo motivo estaban los franceses encolerizados.

En cumplimiento de la ley de desamortización del 1 de mayo de 1855 se vendieron en esta localidad, en 1863, dos casas en venta [Ref. Rafael Gómez Chaparro. La Desamortización Civil en Navarra].

Elección de diputados en Cortes de 20-IV-1879
Ref. Acta Escrutinio Gra., Arch. Ayto. Pamplona. Filiaciones en "La Correspondencia de España", 22 y 23-IV-1879.
CandidatosPartidosVotos
Marqués de Vadillo Ultramontano 49
Enrique Larrainzar Conservador 49
J.M. Astiz Independiente 45
Fermín Iñarra 45
Martínez de Zúñiga Conservador -
Conde de Echanz Conservador -

Elección de diputados en Cortes de 27-28-IV-1884
Ref. Acta Escrutinio Gra., Arch Ayto. Pamplona. Filiaciones en "El Imparcial", 28-IV-1884.
CandidatosPartidosVotos
Wenceslao Martínez Aquerreta Izquierda monárquica 34
Hortuño Ezpeleta, C. de Echanaz Conservador 26
Marqués de Vadillo Conservador 8

Elección de 2 diputados a Cores de 26-VIII-1885
Ref. Act. Elect. Arch. Ayto. Pamplona. Filiaciones en "El Imparcial", 28-IV-1884.
CandidatosPartidosVotos
Wenceslao Martínez Aquerreta Izquierda monárquica 20
Marqués de Vadillo Conservador 17

Elección de diputados en Cortes de 1-II-1891
Ref. "Boletin Oficial de Navarra". 4-III-1891. Filiaciones en "La Epoca", 2-II-1891.
CandidatosPartidosVotos
Juan Mnuel Ortí y Lara Integrista 37
Marqués de Vadillo Conservador 33
Ramón M.ª Badarán Fusionista 33
Romualdo Sanz y Escartín Carlista -
Conde de la Rosa Republicano -
Agustín Sardá y Llavería Republicano -

Elección de diputados a Cortes del 5-III-1893
Ref. "Boletín Oficial de Navarra", 8-III-1893. Filiaciones en "El Imparcial ", 6-III-1893.
CandidatosPartidosVotos
CanutoMina Guelbenzu Integrista 30
Arturo Campión y Jaimebón Integrista 30
Ramón M.ª Badarán Fusionista 29
Wenceslao Martínez Aquerreta Fusionista 24
Marqués de Vadillo Conservador 11
Romualdo Sanz y Escartín Carlista -
Agustín Sardá y Llavería Republicano -

Elección de diputados en Cortes del 12-IV-1896
Ref. "Boletín Oficial de Navarra", 15-IV-1896. Filiaciones en "La Epoca", 13-IV-1896.
CandidatosPartidosVotos
Marqués de Vadillo Conservador 55
Joaquín M.ª Gastón Fusionista 50
Romualdo Sanz y Escartín Carlista 21
José Sánchez Marco Integrista 7

Elección de diputados en Cortes de 19-V-1901
Ref. "Boletín Oficial de Navarra", 22-V-1901. Filiaciones en "El Imparcial", 22-V-1901.
CandidatosPartidosVotos
RamónNocebaly Romea Integrista 92
Marqués de Vadillo Conservador 81
Romualdo Sanz y Escartín Carlista 1
Eduardo Díez de Ulzurrun Liberal -
Agustín Sardá y Llavería Republicano -

Elección de diputados en Cortes de 26-IV-1903
Ref. "Boletín Oficial de Navarra", 29-IV-1903. Filiaciones en "El Imparcial", 9-IV-1903.
CandidatosPartidosVotos
Ramón Nocedal y Romea Integrista 68
Marqués de Vadillo Conservador 51
Romualdo Sanz y Escartín Carlista 28
Enrique Gil Robles Carlista 22
Agustín Sardá y Llavería Republicano -

Elección de diputado en Cortes del 10-IX-1905
Ref. "Boletín Oficial de Navarra", 13-IX-1905. Filiaciones en "D.de N.",8-IX-1905.
CandidatosPartidosVotos
Ramón Nocedal y Romea Integrista 60
Marqués de Vadillo Conservador 43
Juan Vázquez de Mella Carlista 37
Agustín Sardá y Llavería Republicano -
Basilio Lacort y Larralde Republicano -

Elección de diputados a Cortes del 21-IV-1907
Ref. "Boletín Oficial de Navarra", 24-IV-1907. Filiaciones en "Diario de Navarra", 16 y 27-IV-1907.
CandidatosPartidosVotos
Juan Vázquez de Mella y Fanjul Carlista 56
José Sánchez Marco Integrista 51
Marqués de Vadillo Conservador 22
Agustín Sardá y Llavería Republicano -

Elección de diputados a Cortes de 8-III-1914
Ref. "Boletín Oficial de Navarra", 11-III-1914. Filiaciones en "Diario de Navarra", 26-II-1914, "El Pensamiento Navarro", 1-III-1914.
(1) Se aliaron electoramente.
(2) Se retiró 3 días antes de la elección.
CandidatosPartidosVotos
Marqués de VadilloConservador58
Juan Vázquez de MellaCarlista (1)58
José Sánchez MarcoIntegrista (1)58
Valentín GayarreCanalejista (2)-

Elección de diputados a Cortes del 9-IV-1916
Ref. "Boletín Oficial de Navarra", 12-IV-1916. Filiaciones en "Diario de Navarra", 13-IV-1916.
(1) perdió el segundo voto jaimista, que favoreció a (2).
(3) patrocinado por "P.N." y diversas personalidades, desde conservadores a radical-socialistas.
CandidatosPartidosVotos
JuanVázquez de Mella FanjulJaimista39
José Sánchez MarcoIntegrista (1)37
José M.ª GastónLiberal (2)37
Joaquín Ignacio Mencós, C. del
VadoConservador (3)35
Celedonio Leyún VillanuevaMaurista (2)32

Elección de diputados en Cortes del 1-VI-1919
Ref. "Boletín Oficial de Navarra", 4-VI-1919. Filiaciones en "La Voz de Guipúzcoa", 2-VI-1919.
CandidatosPartidosVotos
Joaquín Baleztena y AscarateJaimista39
Manuel Aranzadi e IrujoPNV37
Juan Víctor Pradera y LarumbeMellista35
Celedonio Leyún y VillanuevaMaurista33

Un monumento a los últimos defensores de la independencia navarra. En la sesión del sábado 15 de mayo de 1920, la Comisión de Monumentos de Navarra acogió unánime la propuesta que expresó el siguiente escrito y designó cuatro individuos de su seno, que sin levantar la mano la convirtieran en realidad:

"A la Comisión de Monumentos de Nabarra. Todos los pueblos cultos han recogido en sus Crónicas los hechos culminantes de su vida histórica; han trasladado al lienzo sus más notables episodios, han simbolizado en piedra los recuerdos salientes de su pasado. Lápidas, estatuas, grupos escultóricos hallamos por doquier evocando recuerdos de acontecimientos resonantes; sin salir del país vasco-nabarro; Moraza, Okendo. Elkano, Sarasate, Iparragirre, Gayarre, Villoslada, tienen su vida en piedra, como la Biblia la tiene en los tímpanos y en los capiteles de nuestras Catedrales. La batalla de Vitoria, el cerco de Bilbao, el sitio de San Sebastián, trazados están en mármoles y bronces. ¡Del extinguido Reino nabarro, ni una lápida nos habla!... Allá en los septentrionales bordes del que fue pirenaico Reino, en una leve eminencia sobre la pintoresca villa baztanesa de Maya, resonó vibrante desde las aspilleras de un castillo antes derruído que vencido, el último grito, el hálito postrero del Reino nabarro; allí los Jassos, los Vélaz, los Ezpeletas, se sacrificaron dignamente, en aras de la fidelidad a su patria. Estamos en deuda y deuda sacratísima con ellos y a repararla tiende y confío tenderá esta Comisión, tomando sobre sí para llevar a término feliz y honroso, la tarea de erigir en el montecillo o en la villa de Maya, un sencillísimo monumento que aun modesto, puede ser elocuente: un obelisco en piedra, en el cual debajo de la Cruz, se ostenten los escudos de las seis merindades; y en su basamento en dos lenguas, la dedicatoria: A los últimos defensores de la independencia nabarra. Tres individuos de esta Comisión podrían estudiar la realización de esta propuesta, si mis dignos y respetables compañeros la encuentran oportuna y razonable. Entiendo que nada se opone al proyecto; creo asimismo que ningún reparo alcance a mi proposición, porque a esta iniciativa no preside otra idea que la de rendir un sencillo tributo de justicia; ese mismo tributo rindió Madrid a sus hijos que se cubrieron de gloria al inmolarse por la independencia de su patria el 2 de mayo de 1808. Pamplona, 15 de mayo de 1920".

Toda la prensa navarra aplaudió, sin excepción, la iniciativa. Con ocasión del segundo Congreso de Estudios Vascos, la Comisión organizadora de la Sociedad de Estudios Vascos, dispuso para el día 23 de julio de 1920 una excursión a la Baja Nabarra o sexta merindad, para remarcar nuestra fraternidad a los adictos habitantes de Ultrapuertos y rendir a la vez un homenaje a los navarros que 400 años antes se sacrificaron en Maya por la libertad e independencia de su patria, con abnegación similar a las de Sagunto, Numancia y Calahorra. La excursión constituida por más de 400 personas, llegó a Maya en unos 70 automóviles, conduciendo las representaciones de las cuatro provincias hermanas y otras varias entidades. Ya que por apremios de tiempo no pudo para esa fecha erigirse el monumento proyectado, se dispuso al menos la colocación de la primera piedra y se procuró que tal ceremonia alcanzase solemnidad, cual si la terminación de la obra fuera un hecho realizado. El pueblo engalanado con banderas y colgaduras, los cohetes y txistularis, las campanas y los goras atronando el espacio, más los hurras y los vítores; la villa y sus cercanías invadidas por sus habitantes, escoltaron entusiastas a las autoridades y excursionistas, fundidos todos en un mismo sentir y entusiasmo del cual participaron las 14 villas baztandarras. La ceremonia comenzó por la lectura concebida en los términos siguientes:

"En la villa de Maya, Valle de Baztán, hoy provincia, antes Reino de Nabarra, a los veintitrés días del mes de Julio del año del nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo; mil novecientos veinte, rigiendo el Orbe Católico Su Santidad el Pontífice Romano Benedicto XV, ocupando el trono de España su majestad D. Alfonso XIII, gobernando la Diócesis de Pamplona el Iltmo. Sr. D. Fray José López de Mendoza, ejerciendo la cura de almas de la Villa el presbítero Párroco de la misma D. Cruz Goyenetxe, llega a esta localidad una numerosa agrupación de la Sociedad de Estudios Vascos, cuyo segundo Congreso se celebra actualmente en Pamplona, la antigua Iruña que fué Corte y Cabeza de este antiguo Reino nabarro, llevando a su frente una representación de la Excelentísima Diputación Foral y Provincial de Nabarra que firma en primera línea a continuación de esta acta, acompañados del mentado Sr. Párroco, del Ayuntamiento y vecindario de la villa en su mayor parte, mas una representación del Colegio de Lekaroz y otras personalidades, ascienden a una leve eminencia del terreno, que inmediata se eleva sobre la villa, lugar en el cual estuvo situado el Castillo de Amayur; y una vez situados en este paraje proceden a colocar la primera piedra de un monumento que a iniciativa de la Comisión de los artísticos e históricos de Nabarra, se ha de erigir en este lugar, para glorificación y perpetua memoria de los que, fieles a su patria y a sus reyes legítimos, aquí lucharon sin que cesaran en la defensa del castillo, ni aun derruido éste, ni extenuados de fatiga, ni faltos de víveres y municiones; patriótica obra ésta que proyectamos y costean muchos admiradores de aquellos valientes, en holocausto debido al heroísmo de los últimos defensores de la independencia nabarra, con objeto de que las generaciones sucesivas rindan tributo perdurable a los mártires de la libertad, de la justicia y de la legitimidad. Varios de los presentes pronunciaron breves discursos encomiando el valor de los bizarros soldados aquí sacrificados; el señor Cura Párroco bendijo la primera piedra con las preces de ritual, se estamparon en este documento las firmas que siguen y se encerró con períodicos del día y monedas de esta época la caja metálica que queda debajo de la primera piedra citada; terminado el acto con un responso rezado por todos los presentes en sufragio de los heroicos antepasados que el año mil quinientos veintidós aquí mismo se inmolaron por su patria nabarra".

Seguidamente el párroco de Maya con la ceremonia de ritual, repitió la bendición de la dicha primera piedra, ya colocada en su lugar definitivo, del monumento y simultáneamente firmaron el acta las personalidades siguientes: D. Lorenzo Oroz, vicepresidente de la Excma. Diputación Foral y Provincial de Nabarra; D. Juan José Juanmartiñena, diputado; D. José María Badaran, diputado; D. Martín M. de Gelbenzu y D. Francisco de Usetxi, diputados forales también; alcalde de Maya, D. Julio Altadill, vicepresidente de la Comisión de Monumentos de Nabarra; D. Serapio Esparza, arquitecto encargado del proyecto; D. I. Rodriguez Villachica, diputado provincial de Bizkaya; D. Federico de Zabala, diputado provincial de Bizkaya; D. Ricardo Rezola, diputado provincial por Gipuzkoa; D. Justino Migueloa, diputado provincial de Alava; Laskibar'tar Kepa (D. Pedro de Laskibar), de la Diputación de Gipuzkoa; D. Antonio Pagoaga, de la misma Diputación; Euzko-Ikaskuntzaren Ordez, por la Sociedad Estudios Vascos; el secretario, D. Angel de Apraiz; los sres. D. Claudio Armendáriz, D. Carmelo Etxegaray y D. Enrique de Eguren, de la Junta permanente de dicha Sociedad; por Diario de Navarra, en su representación, Sergio Elizondo; como delegado de la Comisión de Monumentos de Estella, Pedro Emiliano Zorrilla; Mendexa-ko Alkatia (el alcalde de Mendeja) Solano'tar Karla (Carlos de Solano; Larea ta Arana'tar Jon (D. Juan de Larrea y Arana); Erotaetxe'tar Iñaki (D. Ignacio de Rotaetxe); por el Colegio de Lekaroz, Fray Eusebio María de Azpilikueta; D. Luis Oroz, secretario de la Diputación de Nabarra; D. Sergio Lazkano, por los Congresistas; por el Colegio de Alsasua, Donostiar Paul (Pablo de San Sebastián); y D. Pablo Artxanko y algunos otros. Seguidamente, a petición de la concurrencia, tomó la palabra el dignísimo señor D. Lorenzo Oroz, como diputado foral más antiguo, y pronunció el siguiente discurso:

"¡A cuán tristes reflexiones se presta para nosotros este lugar histórico! Aquí, en este mismo paraje donde nos hemos hoy congregado muchos amantes de nuestra historia, exhaló su hálito postrero la independencia de Nabarra. Aquí recibieron sus mortales heridas aquellos ilustres antepasados, en cuyos pechos anidaban la lealtad, el amor y la nobleza patrias. Aquí la roja enseña de Sanchos, Carlos y Teobaldos, salvaguardada por Otsondo e Izpegi, acariaciada por estas dulces brisas montañesas, enarbolada durante muchos siglos por las vigorosas manos de preclaros varones, fué abatida por la perfidia, la astucia y la sagacidad. Aquí antes derruído que vencido el Castillo de Amayur, cobijó a los postreros defensores de nuestra libertad y autonomía. Rodaron por las vertientes de esta colina, los pétreos sillares, almenas y barbacanas del baluarte final de Nabarra; y entre el choque de los aceros, el estrépito del hundimiento de la fortaleza, el estampido de las armas y el clamoreo de la lucha, la sangre de los Jassos, los Vélaz, Ezpeletas y Medranos, con las de otras estirpes y fieles soldados defensores de su Rey, corrió tiñendo estas laderas, testigos del valor nabarro. No recordemos ciertos hechos que cayeron bajo la crítica histórica, la cual ha fallado inexorable sobre los sucesos de aquellas fechas y sus resultas. Bien patentiza que no ignoráis ni habéis olvidado aquellos acontecimientos, vuestra presencia en este acto solemne.

A semejanza de lo que es el Calvario para los cristianos, este lugar sagrado, santificado y regado con la sangre pura de nuestros ascendientes, ha de ser para nosotros paraje de religiosa y patriótica veneración, la Meca de nuestros amores y respetos, adonde acudamos para rendir homenajes a los héroes y tributarles una oración. La energía indomable y fidelidad ejemplar de aquellos insignes vascones han de quedar aquí perpetuadas en el mármol que pregonará a las sucesivas generaciones el honor, la lealtad y el valor indómito evidenciados en la defensa del Castillo de Amayur; el monumento que aquí erijamos sea testimonio eterno de la admiración y gratitud que nos merecen los esfonados guerreros que sobre estas peñas supieron inmolarse bajo (a Cruz que veneraron, el escudo que ostentaban, la bandera que tremolaron y la corona del martirio que serenamente soportaron. Antes de regresar, arrodillémonos elevando al cielo en favor de aquellos hijos de Vasconia, un sufragio, firmemente convencidos de que Dios les acogerá y ellos lo agradecerán desde la eterna mansión que sus virtudes les habrán deparado; y permitidme finalmente, recomiende a todos que jamás la discordia racial tenga asilo en nuestros corazones; permanezcamos unidos y así honraremos dignamente la memoria de nuestros antepasados, excelentes caballeros cristianos y patriotas ejemplares. ¡Viva Nabarra!".

A continuación pronunciaron discursos en euskara Cruz Goyenetxe, párroco de Maya, y el P. Tomás de Inza, capuchino, siendo tan aplaudidos como lo había sido el primero de los oradores. Inmediatamente se rezó por el Sr. párroco de Maya en alta voz un nuevo responso y con las formalidades de ritual se bendijo la primera piedra, bajo la cual y en el hueco previamente practicado, se colocó la caja metálica conteniendo el acta, periódicos del día y otros documentos, como también seis diferentes monedas de la época actual. La unanimidad navarra fue rota por motivos políticos merced a la campaña desatada por el jingoista Víctor Pradera. El 6 de enero de 1921, Pradera, pamplonés (1872-1936), que había seguido a Mella rompiendo con los jaimistas ( 1919), se opuso al proyecto en una conferencia pronunciada en el "Círculo Mellista" o "Centro Católico Español" de Iruña. Abrió de este modo una violenta polémica en la prensa y otras publicaciones. El propio Pradera nos lo cuenta. Esta es su versión personal.

"Hace próximamente un año, el día 6 de enero de 1921, en un discurso pronunciado en el Centro Católico Español de Pamplona, reprobé incidentalmente el proyecto de erigir en Maya un monumento en conmemoración de los agramonteses, traidores a Navarra y a España, que en el castillo de dicha villa defendieron la causa francesa en contra de la nacional (española)".

El monumento fue inaugurado el 17 de junio de 1922 con retracción de bastantes personas que antes de la intervención de Pradera habían apoyado la iniciativa. Fue totalmente construido con mármol blanco de Almandoz. Ostenta los escudos de las provincias hermanas, el de Maya y los de las seis merindades, ornamentados con guirnaldas labradas simulando siemprevivas, apoyadas en la escocia que separa el segundo del tercer cuerpo del monumento. Este se halla constituido por un obelisco, que por su blancura se destaca a gran distancia sobre las densas y verdes masas del fondo arbóreo. En sus cuatro frentes se advierten inscripciones conmemorativas, una de ellas en vascuence y otra en traducción que comienza "a los hombres...". El conjunto de 7,75 metros de altura se apoya sobre una escalinata, en color gris, marcado por un octógono de cadenas que se apoyan en ocho pilaretes de hierro. La dirección correspondió al arquitecto de la municipalidad de Pamplona, autor también del proyecto, D. Serapio Esparza; tanto éste como el ejecutor de las obras don Martín Zabaleta, procedieron con absoluto desprendimiento, renunciando a toda percepción.

"NAPAR-ASKATASUNAREN ALDE AMAYURKO ECHARRIAN BORROKA EGIN ZUTEN GIZONAI BETIKO ARGIA 1522", "A LOS HOMBRES QUE EN EL CASTILLO DE MAYA PELEARON EN PRO DE LA INDEPENDENCIA DE NAVARRA, LUZ PERPETUA.1522"; " 1522 JUAN DE ORBARA, ABAD DE URDAX JAIME VELAZ DE MEDRANO, ALCALDE DEL CASTILLO DE MAYA. MIGUEL DE JASSO, SEÑOR DE XAVIER.LUIS VELAZ DE MEDRANO. JUAN DE JASSO. VICTOR DE MAULEON. JUAN DE AGUERRE, DE ECHALAR. 1922";"NAVARRA AGRADECIDA A LOS POSTREROS DE- FENSORES DE LA INDEPENDENCIA DE NAVARRA. 1522-1922".

Dice Altadill, que describe la inauguración que extractamos: Se hallaba representado (Baztán) por numeroso público; de la capital acudieron dignísimas personas; el clero del valle tomó buena parte en la fiesta; y los pobladores de la villa, sin exceptuar uno, realzaron el acto engalanándolo y remarcando con su actitud la íntima satisfacción que experimentaban. A las II horas, entre el atronador campaneo y el estallido incesante de cohetes y voladores -precedidos de la bandera, la Corporación municipal y los txistularis del valle-, los concurrentes ascendieron al lugar mismo que ocupó el castillo de Amayur, y allí se comenzó por bendecir el monumento, inmediatamente se celebró una solemne misa de Réquiem en sufragio de los guerreros muertos en 1521- 1522.

Cumplido este deber, la más caracterizada persona de las allí presentes, Arturo Campión, pronunció un discurso. El vascófilo y párroco de Maya, Cruz Goyenetxe, vertió al vascuence las vibrantes palabras del Sr. Campión. El municipio de Maya testificó sus delicadas gratitud y hospitalidad, obsequiando a los forasteros con una espléndida comida. Había dispuesto para terminar la fiesta de ese día un Alkate soñua, bailada por la propia corporación, ante la Casa Consistorial en la plaza de los Fueros. Se celebró el baile vasco con toda solemnidad. A la segunda parte del baile se agregó la juventud masculina de la localidad. La tercera parte ascendió aún más en vistosidad y atractivo, puesto que se sumó la juventud femenina, luciendo sus vistosas galas y bailando un aurresku.

Elecciones a Cortes de 28-VI-1931.
Ref. "Boletín Oficial de Navarra" del 1-VII-1931.
(1) Nacionalista. La conjunción republicano-socialista no logró ningún voto.
CandidatosPartidosVotos
Joaquín Beunza RedínCatólico-fuerista90
Tomás Domínguez ArévaloCatólico-fuerista90
Miguel Gortari ErreaCatólico-fuerista90
Rafael Aizpún SantaféCatólico-fuerista90
José Antonio Aguirre Lecube (l)Católico-fuerista90

La noche del 26 al 27 de julio de 1931 una explosión destruyó el obelisco dedicado a los defensores del castillo de Maya, en plena campaña estatutista. No se supo quiénes perpetraron el atentado pero Altadill acusa, de forma velada, a Manuel Andrés, político republicano luego director general de Seguridad:

"Aluego de quedar erigido este monumento, alguien anunció que aquél sería violentamente derruido; esa promesa también se ha cumplido. ¿Quién fué el sapo que procediendo criminalmente en su obra cobarde, consumó la felonía? No queremos nombrarle, ni mucho menos aludirle. Harto tiene con su deshonor y con el remordimiento de su propia conciencia. La Dictadura que previamente se había ensañado contra el significado hipotético del monumento de Amayur, guardará el secreto que nosotros no hemos de descubrir, delatar, ni perseguir. Si acaso procuraríamos el remedio. Mientras tanto decimos: ¡Dios haya perdonado al desventurado ejecutor de tal bravura! Asesinado ha muerto sin tiempo de arrepentirse de sus pecados".

El día 19-VI-1932 este ayuntamiento votó a favor del Estatuto Vasco Navarro, por medio de su representante D. Jaime Urrutia.

Elecciones del 19-XI-1933.
Ref. "Boletín Oficial de Navarra" del 17-2-1936, filiaciones en el "Diario de Navarra" Al haber sido anexionado a Baztán este municipio no se dispone ya de más datos sobre elecciones.
CandidatosPartidosVotos
J. A. AguirrePNV115
EchaidePNV115
EsparzaPNV115
IzcoPNV115 .
IrujoPNV115
AizpúnDerechas91
ArellanoDerechas91
Domínguez ArévaloDerechas91
E. BilbaoDerechas91
GarcíaDerechas91
CristobalenaPartido Republicano Radical12
OliverPartido Republicano Radical12
Mtez. de UbagoPartido Republicano Radical12
RomeroPartido Republicano Radical12
YanguasPartido Republicano Radical12
ArellanoDerechas127
Mtez. de MorentinDerechas124
Domínguez ArévaloDerechas 124
GarcíaDerechas123
AizpúnDerechas117
IrujoPNV73
BasterraFrente popular15
SalinasFrente popular11
BengarayFrente popular11
CuadraFrente popular11
MonzónFrente popular9
ElizaldeDerechas3

La idea fue sembrada en el Baztandarren Biltzarra de 1976. Mediante el permiso y la subvención de la Diputación navarra, la juventud del valle volvió a erigir el obelisco conmemorativo que fue reinaugurado el 10 de octubre de 1982. A pesar de que la manaña del domingo, 10 de octubre, amaneció lluviosa, fueron llegando coches y autobuses. A las once en punto salió la comitiva desde la plaza, precedida por las banderas de Amayur y de Baztán, los txistularis y gaiteros, y los grupos de danzas de las merindades, portando los escudos de sus capitales: Donibane-Garazi, Erriberri, Iruina, Tutera, Zangotza y Lizarra, colocados por este orden al pie del monumento. Previamente habían depositado en él una ofrenda floral los supervivientes del "Batallón Amayur", asistentes al acto. Siguieron las autoridades: representantes de los ayuntamientos de Baztán y otros de Navarra Alta y Baja, y de las Diputaciones de Navarra (Jesús Bueno Asín), Alava (Gentza Belausteguigoitia), Guipúzcoa (Javier Aizarna) y Vizcaya (José María Makua), y el presidente del Biltzar de alcaldes de Laburdi (Paul Doutoumier).

Asistieron también algunos miembros del Parlamento Foral de Navarra (José Antonio Urbiola, Carlos Clavería, José Goia, Fermín Arraiza, Iñaki Archanco), el consejero de Cultura del Gobierno Vasco (Pedro Etxenike), el ex-diputado foral Julio Iturralde (Félix Visus, también ex-diputado, se adhirió al acto mediante carta de contenido emotivo), Jesús María Alkain, alcalde de San Sebastián, los concejales del ayuntamiento de Pamplona Josu Ostériz y Julio Oteiza, y hasta unas dos mil personas. El "Himno de las Cortes de Navarra", interpretado por navarros de Ultrapuertos, los gaiteros de Baigorri, fue escuchado con silencio y emoción por los asistentes. El acto de reinauguración terminó con el canto del "Agur Jaunak". En la plaza de la villa, enteramente cubierta por un toldo, se reunieron unas quinientas personas en comida de hermandad, preparada y servida por los organizadores de la fiesta, y en la que estuvo presente Carlos Garaikoetxea, lehendakari navarro del Gobierno Vasco de Vitoria. Durante ella se sucedieron las actuaciones de "bertsolaris" y de los cantantes Mikel Laboa y Fermín Valencia.

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