Lurraldeak

Álava-Araba

Casi todo el tesoro literario y musical alavés se ha perdido para siempre al perderse la lengua en su territorio. Solamente se han salvado algunas noticias y unas cuantas canciones que han sobrevivido en viejas crónicas o en la memoria del pueblo. Casi todo lo salvado es de Villarreal, Aramayona y el cercano valle de Léniz ya guipuzcoano. El Cantar de Aramayona o Lamentación de Pedro de Abendaño todavía nos estremece con el dramatismo de su lectura, ya que la melodía es desconocida. Francisco de Mendieta en la Quarta parte de los Annales de Vizcaya, nos refiere el hecho histórico que dio origen a este cantar. Pedro de Abendaño, pariente mayor de la casa de Urquizu y Abendaño y de la villa de Villarreal de Álava, reunió, el año 1443, a todos sus parientes, para contestar a la provocación de Gómez González de Butrón del bando oñacino.

Hecho esto, irrumpe con sus huestes en Abadiano y Ochandiano, penetra en Aramayona quemando la torre del señor de Mendiola que se hallaba ausente y toma la población a saco. Sin embargo, el señor de Mendiola fue advertido a tiempo y acude con sus gentes; Abendaño tiene que huir atravesando a marchas forzadas la sierra que lo separa de sus dominios de Álava, perdiendo en el camino a cinco de sus hombres, entre ellos a "Gaxto Apala" cuyo nombre, o mejor aún, apodo, no deja lugar a dudas sobre su carácter. Tras la figura mítica de Pedro de Abendaño aparece en este cantar la segunda dimensión, más recogida y más humana, de un Pedro de Abendaño huyendo y presa del forzoso arrepentimiento que le produce una tropa numerosa galopando a sus talones. Es probable que el cantar sea sólo un fragmento; la estrofa inicial comienza en estilo indirecto: "El señor Pedro Abendaño que decía", para relatar luego las oscuras reflexiones del banderizo derrotado en su retirada por el sendero abrupto de Arratondo. El relato popular echa un manto de piedad sobre la huida; Abendaño se promete no volver contra Aramayona después de lo ocurrido:

Berriz enendorke Aramayo kontrara

Al dolor de las pérdidas se suma la zozobra de la penosa ascensión de la sierra, descrita con vívidas pinceladas expresionistas:

Oñetako lur au jabilt ikara,gorputzeko lau aragiok berala.

Pero el mismo año, volvía a las andadas: después del encuentro de Larrabezúa con Butrón, vemos al indomable y "arrepentido" banderizo quemando la casa de Diego de Landeta de Zamudio, la de Gonzalo de Butrón de Begoña, la de Chadoazri, y un año más tarde, tras vencer a los de Butrón en la cumbre de Santa Marina de Ganguren, le vemos otra vez huyendo, dejando sesenta muertos en su camino, abandonando el caballo moribundo, huyendo nuevamente..., hasta la apoteosis de la quema de Mondragón, en 1448. El texto completo con su traducción lo comenta Guerra (p. 208, "Cantares Antiguos del Euskera"):

Izarragatik gora elzian joxala
Jaun Peru Abendaño-ko zexola:
"Oñetako lur au jabilt ikara,
gorputzeko lau aragiok bezala.

¡Oi aldi oneri albanegi enpara!
Oi aldi oneei albanegi enpara!
Berriz enendorke Aramayo kontrara.

Mendiola il deustak Gaxto Apala,
bere laguntzat beste asko ditubala".

Traducción:

De Izarra arriba trepando iba
el señor Pedro de Abendaño que decía:
"Bajo mis pies, la tierra ándame temblando
y mi cuerpo en sus cuatro extremos lo mismo,
¡Oh si este fanco pudiera superar!
De nuevo no viniera a Aramayona al embate,
Mendiola me has matado a Gaxto Apala, por
sus compañeros a otros muchos teniéndolos".

El cronista alavés don Juan Pérez de Larraga, Señor de la torre de Larrea, cuenta la pelea de Urrejola-Garai, que debió de ocurrir entre 1388 y 1401:

Gayça çenduan lenizanocUrruxolaco lecayoasendo çenduan odoloribiurtu jaçu gazayoa

que don Carlos Guerra lo vierte a ortografía y forma moderna:

Gaiza Zenduan Lenizanok
Urruxalako lekayoa
Sendo zenduan odol ori
Biurtu jaku gazayoa.

Unicamente discrepamos en jaku que escribiríamos jazu. Michelena ha recogido todas las variantes de este canto, según Zumalde, Floranes, etc. En manuscritos del siglo XVIII hay otra versión muy castellanizada. La tradición oral del valle de Léniz ha conservado vivas algunas variantes con interpretaciones favorables al bando de quien la conserva. Su traducción podría ser esta:

Malo lo hubisteis lenizanos
el clamor de Urruxola
esa sangre que teniais tan arrogante
se os ha vuelto cuajada. [al desangraros]

Nuestro cronista y amigo J. C. Guerra observó atinadamente que este canto recuerda al romance castellano "Mala la hubisteis franceses -la caza de Roncesvalles". [Guerra, J. C.: Los Cantares antiguos del Euskera, 1930]. La quema de Mondragón en 1448 dio lugar a muchos cantares. Del más famoso de ellos entresacamos esta estrofa alusiva a Álava:

Gomizek asko lagunik
zabal arabaarrik,
giputz ondo ederrik,
bizkaitar urduri gogorrik.

Ez diazo bakarrik,
ze an datz Presebal ilik,
Juanikotegaz lagundurik,
txibuluen ospe bagerik,
ez urrun Malogenik.

"Gómiz con muchos compañeros
de la ancha Álava,
guipuzcoanos fuertes y hermosos,
vizcaínos inquietos y duros,
no yace solo,
que allí está Presebal muerto
acompañado de Juanicote
sin el estruendo de los pífanos,
no lejos de la Magdalena"

La primera obra de teatro en vascuence es del alavés Pedro Ignacio de Barrutia y Basagoitia (1682-1759). Había nacido en Ibarra de Aramayona y ejerció de escribano en la villa de Mondragón. El manuscrito de esta obra fue descubierto por don Juan Carlos Guerra y se publicó por primera vez en "Euskalzale" de Bilbao en 1879. Se tituló Acto para la Nochebuena - Gabon Gaberako Ikuskizuna. Se trata de una manifestación tardía del teatro medieval. Intervienen personajes extemporáneos y populares como Mari Gabon, Gracioso, Tomás el Tabernero y Chato. Es una obra llena de gracia e ingenuidad y, desde luego, una de las mejores escritas en su género en euskera. Juan Bautista de Gámiz, natural de Sabando, otro escritor euskérico, vivió muchos años en Pamplona. Primero escribió en castellano y luego en vascuence que había aprendido en su niñez. Le sirvieron de tema sucedidos de Navarra, tratados, a veces, con pica. Un alavés singular fue don José Pablo Ulíbarri y Galindez, natural de Oquendo. Ulíbarri veía al euskera desterrado de los usos oficiales. Ulíbarri reacciona vigorosamente. Vive en Abando (Bilbao), donde se ha casado con una vizcaína. Ejerce el cargo de regidor cuatro veces y se las ingenia para ser miembro con voz y voto en las Juntas de Guernica.

Empieza su acción en plan de promotor que todo lo quiere remover y activar en pro de una idea: restituir al euskera su derecho, impulsar su cultivo literario, fomentar la predicación en vascuence y llevar el idioma milenario de Euskalerria a sus escuelas. Y da el ejemplo escribiendo siempre en vascuence, como se ve en ese interesante epistolario, su gutun liburua, donde copia las cartas que escribe y recibe, anota efemérides e inscribe datos bibliográficos vascos, versos y hasta un vocabulario. De sus gestiones con uno y con otros, se ve que estimaba urgente cuatro cosas: apoyo oficial al euskera, escuelas vascas, publicación de un diccionario y una gramática y la creación de una entidad de 24 individuos para velar por el fomento y conservación de la lengua. Su lema fue: "euskaldunari eguño ez erderaz, euskaldunari beti euskeraz".

En 1815 publicó un almanaque o calendario vasco con el nombre Egunari eusquerazcoa erderazcotik itzuliya Vizcai, Guipuzcoa, ta Arabaco Provintziaentzat 1815 garren urteraco. Bilbaon. Es, por tanto, el primer calendario en euskera. Acomete también la difusión de villancicos y cantares que desde 1814 a 1832 va saliendo de las imprentas de Bilbao todos los años. Desde 1816, nos dice Aquesolo, tienen un carácter mixto, religioso y cívico, pues al villancico propiamente dicho le siguen zortzikos dirigidos a todos los vizcaínos, de sentido patriótico, exaltador del pasado y animador de un movimiento en pro de la lengua, los fueros y hasta de una economía más sana y mejor dirigida. Este es el Ulíbarri removedor, vivificador y animador de un movimiento que él mismo funda. Su carrera quedó cortada a raíz de una caída en las escaleras que le dejó inválido para toda actividad.

Un núcleo de intelectuales alaveses se agrupan y convierten a Vitoria en un foco literario y vasquista. Son Fermín Herrán, que inicia la publicación de una gran biblioteca de cultura vasca, Ricardo Becerro de Bengoa, Federico de Baraibar, Pedro de Egaña, Enrique de Velasco, Sotero Monteli y Julián Apraiz. Herrán, alma de este resurgimiento, funda en 1878 la Revista de las Provincias Euskaras. Es el tiempo de los tres grandes alaveses Moraza, Egaña y Ortiz de Zárate.

899. Celebradas en Ibarra. Se dio el primer premio a R. I. Basterrana autor de la poesía Uxo zerutar bat, "Una paloma del cielo". Del mismo concurso es también otra pieza poética de Felipe Arrese Beitia titulada Euskaldun bioleta. Euskal-iaialdiak Aramaionan. "Euskalzale", 1899, III, 265, 298].

El caso del P. Raimundo Olabide Carrera, S. J. (1869-1942) es insólito. Es un vitoriano tenaz e invencible. A los 27 años emprende el estudio del euskera cuando se percata que es la lengua de su pueblo. En 1914, a los 45 años de edad, publica su primer trabajo en vascuence: Loyola'ko Eneko Deunaren Gogo Iñarkunak. En 1917 publica un laboriosísimo trabajo titulado Giza-soña donde estudia léxicamente toda la anatomía y fisiología del cuerpo humano. En 1920 traduce el Kempis al vasco y en 1931 publica su traducción del Nuevo Testamento Itun-berria y posteriormente a su muerte (1942) se publica en 1958 su obra cumbre: Itun Zar eta Berria, "Antiguo y Nuevo Testamento", que ha de hacerle famoso y discutido. No insistimos más. Alava, en proporción a su demografía de habla vasca, ha contribuido muy alto al cultivo de la literatura vasca. Ref. Literatura. "Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco".

BEL