Udalak

AIZARNAZABAL

Puesto que la casa consistorial de la localidad -una modesta edificación que sin embargo repite algunos de los elementos propios de edificios de este tipo erigidos en los siglos XVII y XVIII- es construcción tardía, de 1954 más concretamente, es la iglesia parroquial de San Miguel el edificio más señalado de su casco urbano.

Erigido en el siglo XVII, adopta en última instancia planta de cruz latina, con tres tramos cubiertos con bóveda de arista, disponiéndose a los pies del templo, en una distribución habitual, la torre construida hacia principios de siglo también, ya que en 1604 se produciría su contratación por Juan Martínez de Embil, quien debía seguir la traza levantada por Juan de Apoitia. La imagen exterior resulta muy atinada, dada la gradación de volúmenes lograda con la inclusión de un sencillo pórtico previo al acceso propiamente dicho, escalonamiento visual al cual cabe añadir el predominio de las masas, en detrimento por tanto de unos vanos poco destacados.

El retablo mayor y colaterales fueron obra de Domingo de Torre y Mújica, maestro arquitecto vecino de Getaria, quien iniciaría los mismos hacia 1738, siendo en 1746 cuando examinaría el mayor Diego Martínez de Arce y en 1754 cuando hace lo mismo con el mayor y colaterales Ignacio de Ibero, para entre 1799 y 1804 jaspear y dorar ese retablo mayor Gregorio de las Cajigas y Joaquín de Zilla.

Se encuentra en la cabecera del templo un Crucificado de principios del siglo XVII, debiendo consignarse además la existencia de una Virgen de la Soledad, imagen de vestir que probablemente correspondería al último tercio del siglo XVIII.

Además de lo señalado, en la plaza del municipio hallamos una obra de Ricardo Ugarte de Zubiarrain, realización titulada Monolito y que el autor ejecutaría en 1977. Fiel a su estilo, el escultor nos presenta una pieza vertical en forma de T que sostiene tres cubos vacíos, tratándose de una disposición muy ligada a la que pocos años más tarde ejecutaría para la localidad de Alegia.

En lo que a las construcciones civiles se refiere, conviene destacar los caseríos Etxabe y Etxabe Goikoa, situados en el barrio del mismo nombre. La primera de esas edificaciones se documenta desde fines del siglo XVI, y pese a las modificaciones sufridas, mantiene su escudo de armas y su carácter de casa solariega. En cuanto al último, mantiene aún elementos de carácter tardomedieval, circunstancia que demuestra bien a las claras el interés arquitectónico que atesora. Para finalizar, igualmente reseñable es el caserío Atristain, en el barrio de San Cristóbal, rehecho a finales del siglo XVII, aunque manteniendo su planta rectangular, y que cuenta igualmente con un vistoso escudo de armas, si bien es cierto que formalmente no ofrece tanto interés como los casos anteriormente citados.

Bibliografía

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Ignacio CENDOYA ECHANIZ