Hija de Lope de Aguirre, último caudillo de los «Marañones». Junto a sus ayas La Torralba y María de Arriola, realizó el viaje a El Dorado, en la expedición de Pedro de Ursúa-Lope de Aguirre. La aventura de esta joven casi una niña, bajando por el Amazonas hasta el océano, isla Margarita y costa de Venezuela, fue posible gracias a la fiereza y astucia de su padre. Sólo un hombre del temple de Lope de Aguirre podía preservarla de la brutalidad de aquella soldadesca bárbara. Según diversos autores de la época, era casi una niña, de apenas 15 años, de una rara belleza y encanto. Pedrarias de Almesto, secretario de su padre, de quien quizás estaba enamorada, salvó la vida más de una vez por intercesión de Elvira, que sabía aquietar la furia de su padre. Conocida es la frase de Aguirre: «... y precio más de estar un rato con mi hija, que todo lo del mundo, porque aunque mestiza, la quiero mucho». El día 27 de octubre de 1561, Lope de Aguirre, abandonado por los suyos, viendo su fin y el negro porvenir de su hija, la sacrifica, apuñalándola en Barquisimeto. Para que no la llamaran «hija del traidor y no fuera colchón de bellacos», según frase que los coetáneos le atribuyen. El cuerpo de la joven fue piadosamente enterrado en la iglesia de Barquisimeto. Refs.: «Los vascos en América», S. de Izpízua; «Lope de Aguirre descuartizado», Academia Errante. Col. Auñamendi, núms. 1-2. Anexa. v. CUERPO C. BIBLIOGRAFIA, tomo I.
Mariano ESTORNÉS LASA
Mariano ESTORNÉS LASA