Rey consorte de Navarra (1484-1516) y vizconde de Tartas.
Hijo de Francisca de Blois Bretaña y de Alain de Albret, noble francés que fue señor de Albret, vizconde de Dax y Tartas y conde de Castres. Juan nació alrededor del año 1477. En 1481, siendo menor de edad, heredó de su madre los territorios de Limoges y Perigord.
El año 1484 contrajo matrimonio en la catedral de Lescar con la reina titular de Navarra, Catalina I, convirtiéndose en el rey consorte Juan III de Navarra. El enlace con la heredera navarra fue objeto de controversia entre Fernando "el Católico" y el rey de Francia Luis XI; el monarca francés apoyaba el matrimonio de la heredera con su primo Gastón de Foix, y Fernando, ante la proximidad de la monarquía navarra con Francia, pretendió casar a Catalina con don Juan, príncipe heredero de los Reyes Católicos. Gran parte de los navarros eran partidarios de su boda con el príncipe castellano por lo que, cuando la regencia concertó la boda con la casa de Albret, bajo las presiones de la monarquía francesa, el nuevo rey consorte se granjeó la aversión de los beamonteses, los cuales obstaculizaron la coronación de los reyes hasta que ésta se produjo el año 1494.
En el momento del enlace la reina tenía entre 13 y 16 años y Juan de Albret era aún más joven. Durante la minoría de edad de ambos, en un primer momento actuó como virrey el infante Jaime. El 24 de septiembre de 1486 el padre de Juan, Alain de Albret, pasó a gobernar los asuntos del reino como gobernador y virrey de Navarra, siendo sustituido por su hermano el señor de Avesnes, con el cargo de lugarteniente, en los momentos en los que no residió en Navarra.
El año 1491 los reyes fueron jurados en Béarn, Foix, Bigorra y Nébouzan mientras que en Navarra, a pesar de sus intentos, todavía no habían sido recibidos para ser coronados. En el reino de Navarra se encontraban con la oposición del conde de Lerín, cabecilla de los beamonteses. Esta facción, mayoritaria en las Cortes, mantenía intereses cercanos a la política de Fernando "el Católico" y eran los principales instigadores de la conflictividad generada durante esos años en el interior del reino. Las Cortes solicitaron la presencia de los reyes en Olite el 10 de Agosto de 1493, pero los monarcas se resistían a la espera de que los beamonteses cambiasen de actitud. Finalmente se alcanzó la firma de una paz entre los reyes y el conde de Lerín, acuerdo de paz que era equivalente a establecer las paces con Fernando. No obstante, a pesar de este pacto, cuando los monarcas llegaron a Pamplona el 21 de diciembre de ese año, el conde de Lerín había dado orden de mantener las puertas cerradas y los reyes tuvieron que alojarse en el lugar cercano a la capital del reino de Egüés.
Catalina y Juan fueron coronados a las semanas de este suceso, el 12 de enero de 1494, en la catedral de Pamplona. En el juramento que prestó Juan de Albret se introdujeron las siguientes condiciones: en el caso de que la reina falleciese, el rey consorte conservaría el reino en usufructo mientras continuase viudo, y el heredero al trono menor de edad estaría bajo tutela de unos tutores, elegidos a propuesta de las Cortes, hasta cumplir los 21 años.
El acto de la coronación pudo celebrarse por medio de la intervención de Fernando "el Católico" y en contraprestación los reyes de Navarra tuvieron que comprometerse a no dejar pasar por las tierras del reino ni de Béarn a personas que no fuesen de los reinos de Castilla y Aragón, y por otro lado, a concertar el matrimonio de su hija heredera Ana con un hijo o nieto de los Reyes Católicos. En el caso de que tuviesen un hijo varón, también habrían de casarlo con los descendientes de los reyes de Castilla.
Pese a los acuerdos con Fernando "el Católico", el conde de Lerín y los beamonteses volvieron a sublevarse contra los monarcas navarros, a causa de los bienes que habían sido enajenados a la monarquía durante las guerras. Los reyes hicieron frente a los beamonteses con rotundidad y los Reyes Católicos volvieron a intervenir como mediadores. Las negociaciones entabladas esta vez entre los monarcas navarros y los Reyes Católicos, sumían a Navarra en una situación de protectorado castellano a cambio de mantener alejado de Navarra al conde de Lerín. A pesar de los intentos posteriores de Catalina y Juan de liberarse de esta influencia castellana, y de acercarse a la monarquía francesa, sus iniciativas volvían a conducirles a prestar juramento y fidelidad a los reyes de Castilla.
El episodio más trascendente que vivieron durante su reinado fue la conquista armada de Navarra por parte de Fernando "el Católico". Fernando inició su campaña el 19 de julio del año 1512, y sus tropas, con el Duque de Alba a la cabeza y acompañadas por el Conde de Lerín, se dirigieron en primer lugar a Pamplona. Los reyes navarros tuvieron que huir de la capital. La reina se refugió con sus hijos en Béarn y Juan en Lumbier, donde quiso reunir fuerzas para organizar la resistencia. El Duque de Alba tomó Pamplona el 25 de julio. Durante los días siguientes los monarcas navarros intentaron negociar, si bien Fernando quería incorporar el reino a la Corona de Castilla. Durante el mes de agosto continuaron las operaciones militares de conquista. Al año siguiente el marqués de Gomares juró ante las Cortes de Pamplona como virrey de Navarra, juramento que posteriormente sería confirmado por Fernando "el Católico".
Juan de Albret intentó recuperar posteriormente el reino en varias ocasiones, incluso por medio de la lucha armada en octubre de 1512. El último intento fue dirigido por el mariscal Pedro de Navarra en 1516. Juan murió en el castillo de Monein el 17 de junio de 1516, y al año siguiente su mujer Catalina en Mont de Marsan.