Pintores

Erbina Eguiluz, Gerardo

Pintor contemporáneo, nacido en Vitoria en 1884. Fallece en la misma ciudad el 21 de septiembre de 1963, a la edad de setenta y nueve años.

También se ha atribuido como fecha probable para su natalicio el año 1883. Además de su faceta con los pinceles, destacó como jugador de ajedrez. Retó a los mejores especialistas mundiales de la especialidad. Otra de sus grandes aficiones recayó en la música clásica, especialmente la de origen germánico, convirtiéndose en un aceptable pianista. Fue uno de los socios fundadores en 1943 de la Asociación de Cultura Musical de Vitoria. Su progenitor José procedía del pueblo de Araya. Se estableció en la capital alavesa en el último tercio del siglo XIX, abriendo un comercio de colonias primero en la calle Dato y posteriormente en la Plaza Nueva y calle Postas. Negocio familiar que heredaría Gerardo.

No son muchos, sino más bien escasos y muy fragmentados, los datos que se disponen de este pintor. Se ha dicho que a principios del siglo XX, hacia 1905, fijó la residencia en Alemania. Vivió en Düsseldorf y después en el corazón de Baviera, en Munich. Recibió clases de pintura del profesor Stuck y debió de tener como compañeros y amigos, ni más ni menos, a Vasily Kandinsky, Paul Klee y Oskar Kokoska. Conoce la pintura expresionista alemana de primera mano, ejecutando obras adscritas a esta tendencia. El cronista vitoriano Sáenz de Ugarte apunta que alguna de las obras de Erbina se encuentra expuesta en el Museo Neu Pinakothek de Munich, junto a maestros de la talla del mencionado Stuck, Lembach o Feuerbach.

Hombre de amplias y exquisitas relaciones sociales, estuvo vinculado estrechamente con la familia del Príncipe de Baviera. Políglota, habló varios idiomas, entre ellos de manera muy fluida el alemán. Enseñó este idioma en el Instituto de Segunda Enseñanza de Vitoria y en el Colegio de los Marianistas.

En cuanto a sus actividades pictóricas, se intuye que debió de ejecutar una importante serie de lienzos, principalmente retratos y composición de figura, pero por desgracia apenas se han divulgado públicamente, quedando estos cuadros constreñidos en colecciones particulares. En 1946 realizó una importante muestra individual, con más de ochenta piezas, en los Salones de Cultura y Conferencias de la calle de Olaguíbel. Participó también, durante la postguerra, en los madrileños Salones de Otoño de Pintura.

Tras su fallecimiento la prensa local dedicó al finado unas escuetas notas significando su carácter de hombre polifacético, amante de las artes y de las letras, su excelso dominio de la lengua alemana, así como sus dotes de consumado ajedrecista y su pasión por la música.

  • SÁENZ DE UGARTE, José Luis: "Gerardo Erbina, pintor y hombre polifacético", en El Periódico de Álava, 14 de enero, 1998.