Literatos

Urte, Pierre

Poco sabemos de la vida y vicisitudes de este escritor (San Juan de Luz, 1664-Londres, c. 1725) donibandarra, que apenas es conocido por el público lector vasco.

Nacido en una familia humilde el primero de enero de 1664, fueron sus padres Joanis d'Urte (carpintero) y Marie de Camiño. Su padrino, el capitán Betri Canonier le facilitó el acceso a los estudios, que probablemente los iniciara en el convento de "Les Recolettes" (actual comandancia de Marina), fundado por los franciscanos el año 1615 en el islote que separaba Donibane Lohitzune de Ziburu. No parece, sin embargo, que adquiriera un excesivo apego ni a orden ni a la religión católica, ya que como él mismo señala en su Gramática, dès ventre de ma mère je suis né très insensible pour toutes les superstitions de l'Eglise Romaine.

Encontramos huellas de su vida el año 1699, en que casa por primera vez con Judith Gautereau en la iglesia francesa protestante de L'Artillerie de Londres. Asimismo por lo que se puede deducir de los registros de las iglesias hugonotes londinenses, en los que se constata que recibió la ayuda habitual a los refugiados protestantes exiliados en Inglaterra el año 1706 (15 libras) y el año 1717 (6 libras) y en donde se le cita como "pretre converti" sacerdote convertido y como ex-capuchino no parece que su situación económica mejorara con el tiempo. Tras enviudar volvió a casarse el año de 1719 en la capilla francesa de Castle Street en Londres, con Magdalen L'Hermett, y no se conocen datos sobre la fecha de su muerte.

A pesar de su pobreza debió relacionarse con personas tan importantes en el mundo cultural de la época como John Chamberlaine y David Wilkins, bibliotecario del Lambeth Palace. El primero de estos dos publicó en Amsterdam el año 1715 su Oratio Dominica in diversas fere gentium linguas..., siguiendo la moda de la época, con inclusión de tres versiones del padre nuestro en euskera -la del Testamentu Berria de Joanes de Leizarraga (1571), la del Debocino Escuarra, Mirailla eta oracinoteguia de Jean Haramboure (1635), y la de Pierre d'Urte. Al parecer el informante de Chamberlayne era su amigo y protegido donibandarra, y es muy posible que animara a Pierre a escribir la serie de obras que nos legó:

  1. 1. La traducción de parte del Antiguo Testamento, editado por Llewelyn Thomas en Oxford (1894), con el siguiente título: The Earliest Translation of the old testament into the basque language (a fragment), by Pierre d'Urte of St. Jean de Luz, circ. 1700, edited from a MS in the Library of Shirburn Castle, Oxfordshire, by... Es considerado como un traductor fácil, y de sintaxis sencilla y clara, fiel exponente de su dialecto natal, el laburdino de fines del XVII.
  2. 2. Grammaire Cantabrique-Basque fait par Pierre D'Urte, 1712..., par les soins du Rev. Wentworth Webster..., Bagnères-de-Bigorre, D. Berot, 1900. Sobre esta obra comenta Luis Michelena en su Historia de la Literatura Vasca lo siguiente: Dejó escrita una gramática vasca con ejercicios, compuesta algo antes que la de Larramendi y mucho más rica que la de éste, aunque los materiales están presentados en un desorden caótico. [1960:87] Sin embargo la valoración de su editor Webster y de Jacques Allières (Symbolae Ludovico Mitxelena..., 1985: 899-921) es mucho más positiva, pues consideran que al margen de las páginas dedicadas a la fonética, la sintaxis, etc., la exposición de la rica morfología verbal es clara y metódica.
  3. 3. Dictionarium Latino-Cantabricum, editado por Patricio Urquizu en su tesis doctoral titulada Pierre D'Urteren Hiztegia, Londres, 1715 (2 Vols. Mundaiz, Donostia, 1987). En esta obra recoge sólo las equivalencias de las tres primeras letras del alfabeto latino. Es decir, los equivalentes vascos que van sólo desde A, Ab, Abs hasta la palabra Commotus, pero cuyo manuscrito ocupa 2457 folios. Probablemente entre los diccionarios que usó en su elaboración pudieran hallarse el del humanista francés Robert Etienne, Dictionarium Latino-Gallicum... (Paris, 1546), y el del inglés John Davis, Antiquae Linguae Britannicae Dictionarium duples, prius britannico-latinum, posterius latino-britannicum... (Londres, 1632), o uno de los muchos diccionarios de época entre los cuales el plagio era la regla y donde es difícil determinar cuáles son las obras originales.

Este diccionario contiene una serie de notas iniciales en latín sobre el método que va a utilizar en el mismo; y a lo largo y ancho del mismo podemos hallar refranes, notas históricas, teológicas o gramaticales. Asimismo podemos hallar menciones de obras como la Biblia, el Corán, La República de Platón, la Batracomyomachia, la Apolocynthosis de Seneca o la Chirocineta de Demócrito entre otras. Después del diccionario de Landuchio (1561) editado por los profesores Michelena y Agud Querol (Donostia, 1956), es el primer diccionario extenso anterior al de Larramendi (1745) que ha sido editado, ya que el de Silvain Pouvreau de la segunda mitad del siglo XVII, a pesar de haber sido utilizado por diversos autores modernos, se halla aún inédito a causa de la habitual desidia de los vascos respecto a estos temas. Al contrario que el jesuita de Andoain, el escritor laburdino no es nada purista, ni amante de inventar etimologías fantásticas, y no es nada reacio a introducir préstamos que tengan vitalidad como los siguientes del bearnés: aditxats, komai, konpai, etc. Su léxico es muy rico en términos que se refieren al mundo de la astrología, la geografía física, la mineralogía, la botánica (con más de 240 nombres diferentes de hierbas y plantas), del mundo marino que tan bien debía conocer por su pueblo natal, e incluso nos da palabras del campo semántico referido al sexo, cuyas expresiones aconseja "utete caute ", se han de usar cautamente. Y como es habitual en los diccionarios de la época los vocablos referidos al mundo de la retórica clásica, al de la literatura, la música, la danza, el teatro, la arquitectura, la pintura, la escultura, la religión, y la escuela entre otros. Términos que evidentemente, a causa de estar dicha obra inédita hasta 1987, no pudieron utilizar ni Azkue, ni Lhande, ni Mugica, pero que están siendo recogidos por el Diccionario General Vasco-Orotariko Euskal Hiztegia, iniciado por Michelena y seguido por Sarasola y su equipo. Es, en resumen, la lengua de Pierre d'Urte, expresada a través de estas tres obras escritas en el exilio londinense de principios del XVIII, un claro exponente de la vitalidad del euskera en San Juan de Luz y el País Vasco en la segunda mitad del siglo XVII.