Orquestas

Orquesta sinfónica de Bilbao

En la capital de Bizkaia se contó con orquestas de conciertos por los años 1852 (de la segunda Sociedad Filarmónica); 1880 (de la Academia Vizcaína de Música); 1905 (llamada Sociedad de Conciertos de Bilbao, la dirigieron José Sainz Basabe y Crickboom); 1914 (Orquesta formada por profesores pertenecientes a la "Asociación Musical", se puso a su frente Jesús Guridi en un solo concierto y después Sainz Basabe), y 1922; ésta se denominó "Sinfónica de Bilbao", tuvo existencia de mayor duración que las anteriores; la fundó Armando Marsick, ocuparon el atril directorial varios maestros, uno, Wladimir Golschmann, durante cuatro años, y en 1933 se nombró director a Jesús Arámbarri, que acababa de terminar sus estudios -mediante la beca "Premio Juan Carlos de Gortázar"-, con el citado Golschmann y Weingartner, en París y Basilea, respectivamente.

Arámbarri debutó el 12 de enero, en el Salón de la Sociedad Filarmónica, en una sesión musical en la que colaboró la pianista Clara Bernal (interpretó un Concierto de Ravel) y la soprano Josefina Roda, que cantó las Ocho Canciones Vascas del nuevo director, que pronto había de ser su marido. En 1939 se contaba en Bilbao con Orquesta Sinfónica y Banda Municipal y se transformaron los dos organismos en una nueva entidad que con el nombre de Orquesta y Banda Municipal funcionarían bajo la tutela del Municipio, realizando ambas agrupaciones la misión inherente y peculiar a cada una. La Municipal de Bilbao hizo su presentación en la nombrada capital, el 25 de febrero de 1939, bajo la dirección del maestro Jesús Arámbarri, director titular. El Ayuntamiento bilbaíno, al crearla fundó la primera Orquesta Municipal de la península.

Desde su debut desarrolló gran actividad; en el curso de ocho años, de 1939 al 25 de febrero de 1947, dio trescientos conciertos, y de ellos ciento diecinueve fuera de Bilbao, alcanzando una decena en Oviedo, San Sebastián, Vitoria y Zaragoza. En algunas de esas actuaciones la dirigieron varios maestros nacionales y extranjeros y colaboraron numerosos solistas. Arámbarri prestó atención a los compositores vascos y dirigió obras de Francisco Escudero, Jesús Guridi, Eduardo Mocoroa, Arriaga, Padre Nemesio Otaño, Sarasate, Soro- zábal, Isasi, Usandizaga, Zubizarreta, suyas, etc., y de los considerados vascos, por haberse domiciliado en el país y en él haber realizado parte de su creación musical o toda, Julián Menéndez, Tomás Aragües, Sabino Ruiz Jalón y José Franco. Han colaborado con la Municipal los concertistas del País Aurelio Castrillo, Joaquín Achúcarro, Luis Antón, Eduardo Hernández Asiain, Josefina Roda, etc. Dos actuaciones memorables de la Municipal bilbaína son las que llevó a cabo en el teatro de la Zarzuela, de Madrid, en 1952; intervino la Sociedad Coral, de Bilbao, que a la sazón dirigía Modesto Arana. Arámbarri estuvo al frente de la Orquesta que nos ocupa hasta desplazarse a Madrid, el año 1953, para dirigir la Banda Municipal madrileña y desempeñar una cátedra de armonía en el Conservatorio.

Le sucedió Ives Limantour. La Orquesta Municipal se convirtió en Sinfónica e hizo su debut en la temporada 1959-1960, bajo la dirección de su nuevo maestro Rafael Frühbeck de Burgos. En diciembre del segundo año mentado llevaba celebrados más de seis conciertos. Dos fueron dirigidos por Eduardo Toldrá y Bruno Muñoz. A Frühbeck le sucedió Alberto Bolet. A éste, Pedro Pirfano, que en 1968 firmó contrato por dos años. En 1972 se celebró una serie de conciertos en el Teatro Arriaga de Bilbao conmemorando las bodas de oro de la orquesta.