Escultor nacido en 1912 en Tres Algarrobos, localidad próxima a Buenos Aires (Argentina). Fallecido en 1977.
En 1919, con tan sólo siete años de edad, él y su familia de ascendencia vasco-santanderina se establecieron en Bilbao donde practicó, además de la escultura, el arte pictórico y la cerámica. Comenzó a dibujar con el profesor Manuel Urquijo, estudió escultura con Villalobos, ingresó como aprendiz en el taller de Higinio Basterra y durante once años trabajó junto a Quintín de la Torre en la Escuela de Artes y Oficios de Achuri, siendo amigo y colaborador de Gustavo de Maeztu. La Guerra Civil española le obligó a exiliarse a su Argentina natal en donde permaneció once años, hasta 1948, para retornar después definitivamente a Bilbao, triunfando repentinamente -de forma individual o con el "Grupo Bilbao"- en exposiciones y museos de España y de América con su obra. Falleció a los 65 años de edad, dejando un estilo personal e innovador que le llevó a convertirse en uno de los mejores ceramistas vascos.
Fue un directo y legítimo heredero de Paco Durrio, el vigor y la belleza formal resumen esquemáticamente toda su amplia capacidad artística especialmente proyectada sobre sus cerámicas policromadas, cuya creación se diferenciaba de la técnica ceramista de los artesanos. A pesar de lo poco que abundaba en España dicho género, Acebal lo cultivó con profusión. Realizó gran número de piezas en el pequeño horno eléctrico a bajo fuego, ya que, según el autor: "permite mayor gama de colores y delicadeza estética, consiguiendo una gran innovación". También empleó el refractario de gran fuego en la alta temperatura de los hornos industriales, modelando figuras, relieves y algún mural, preparando esmaltes, terracotas esmaltadas, obteniendo piezas en las que sobresalen las texturas y calidad de las mismas. Consiguió piezas únicas de gran mérito por superar los riesgos y dificultades que este género de arte compromete.
Durante más de un cuarto de siglo cultivó la tarea de orfebre del agua, del barro y del fuego. Su cerámica es una creación plástica con la que ha personalizado y enriquecido el concepto de la cerámica-escultura. Emplea una gran sobriedad en la técnica y una calidad expresiva en el oficio del horno y de la arcilla. Sus motivos escultóricos más habituales lo integran cabezas y figuras femeninas, tipos vascos, deportes y juegos populares, jarrones, vasijas, relieves, murales y formas en terracota esmaltadas, donde se puede apreciar una iconografía popular vasca.
En sus piezas se pueden valorar las cualidades escultóricas en el contacto táctil y directo de la materia, la exquisitez de la realización y el embellecimiento de las formas. Del mismo modo, también se puede apreciar las condiciones pictórico-plásticas del artista en la gama de matices que logra, la variación de los tonos y la pigmentación de las coloraciones.
El ceramista prepara sus materiales a base de cocción, modelado y esmalte. Sus obras se convierten en mensajes de nuestra vida relacionados con la tierra, el fuego y el agua que a su vez corresponden al campo, la piedra o el río. En sus piezas confluyen las tres disciplinas artísticas: la pintura, la escultura y la cerámica. Como él mismo reconoce: "para apreciar mejor mis trabajos como ceramista, es conveniente conocer mi pintura y saber de mi dedicación a la escultura".
En una de sus últimas exposiciones, que tuvo lugar en la galería Windsor Kulturgintza de Bilbao en 1977, Acebal presentó la novedad del bronce, habiéndose decidido por este material porque le permite cambiar su estética, ya que cuando trabaja desea que su obra no muera.
- ACEBAL IDÍGORAS, A. Exposición homenaje a Ceballos de sus compañeros, [Cat. Exp.], Galería Arteta, Bilbao, 1973.
- ACEBAL IDÍGORAS, A. Acebal Idígoras: cerámicas, pinturas y esculturas, La Gran Enciclopedia Vasca, Bilbao, 1973.
- ACEBAL IDÍGORAS, A. Acebal' 75. Exposición homenaje a Acebal Idígoras, [Cat. Exp.], Galería Arteta, Bilbao, 1975.
- ACEBAL IDÍGORAS, A. Acebal Idígoras, [Cat. Exp.], Banco de Bilbao, Bilbao, 1978.