Philosophers

Huarte de San Juan, Juan

Médico y filósofo, nacido en San Juan de Pie del Puerto (Baja Navarra) el año 1529 ó 1530. Probablemente fue nieto del Licenciado Juan de Huarte, alcalde que fue de aquella villa, cabeza entonces de la Sexta Merindad del reino, hoy llamada Baja Navarra. A consecuencia de la situación creada en 1530 a los naturales de la Baja Navarra, sus padres se vieron obligados a emigrar a Castilla y se establecieron en Baeza. Sería en la universidad de esta localidad donde cursaría la licenciatura de Filosofía, pasando más tarde (1553) a la prestigiosa universidad de Alcalá, donde comenzaría la carrera de medicina. Seis años más tarde alcanzaría el titulo de Doctor: "El día 31 de diciembre, año del nacimiento del Señor 1559, el señor licenciado Juan de San Juan recibió el grado del Doctorado en Medicina, de manos del señor doctor Fernando de Balbas, abad y canciller, y le entregó las insignias el doctor San Pedro" (Acta citada por M. de Iriarte).



Según algunos -como Marañón- estudió medicina en Huesca, afirmación poco convincente. Primeramente parece que ejerció su profesión de médico en Linares, donde fijó su residencia habitual, siendo llamado en agosto de 1571 para luchar contra la peste que se había declarado en la vecina Baeza. Allí seguiría hasta su muerte, la cual le debió sobrevenir hacia finales de 1588. Huarte de San Juan pasará a la posteridad por su obra inmortal Examen de ingenios para las sciencias. Donde se muestra la differencia de habilidades que hay en los hombres, y el género de letras que a cada uno responde en particular. Es obra donde el que leyere con atención hallará la manera de su ingenio, y sabrá escoger la sciencia en que más ha de aprovechar y si por ventura la uvire ya professado, entenderá si atino ala que pedia su habilidad natural. Conpuesta por el doctor Juan Huarte de sant Juan, natural de sant Juan del pie del puerto, publicada en Baeza en febrero de 1575. El autor se nos revela en la obra más como filósofo que como médico. Contrapone un tipo de filosofía natural a la filosofía moral y metafísica, a pesar de lo cual tiene trozos en los que hace moral y metafísica (cfr. Luis Rey Altuna: El pensamiento filosófico de Huarte de San Juan, revista "Príncipe de Viana", n.º XVIII, 1945, pp. 133-147). Pero el mérito fundamental de la obra radica en el hecho de constituir un precedente de la moderna psicología:

"La lectura de su "Examen" sirve para adjudicarle el calificativo de psicólogo. Y, efectivamente, varias ramas de la psicología de más actualidad tienen en su libro abundantes brotes: La caracterología y la tipología psicológica, la psicología pedagógica y la orientación profesional, la psicología médica y moral. Todo ello sin abandonar nunca -como médico que era- la atención a la fisiología humana, ni la observación de los fenómenos, y sin olvidar, tampoco-como buen filósofo-, el contraste racional y la sistematización de los hechos observados. En resumen, su obra estudia detenidamente las cualidades del cuerpo, los humores, las clases de talentos con arreglo a los humores dominantes; expone las cualidades del ingenio y su origen y narra las características de las distintas profesiones y profesionales"

(J. M. Corella: Historia de la Literatura Navarra, Pamplona, 1973, p. 104).

Por su parte, Isidoro de Fagoaga verá su mayor aportación en

"haber planteado y tratado de resolver el problema de la selección y orientación profesional, encareciendo su doble efecto beneficioso, a saber: de un lado, el bien de la persona, por la consiguiente perfección en el desarrollo de sus facultades y la satisfacción en el ejercicio de su carrera; y de otro, el bien social, por el mayor y mejor rendimiento de su trabajo en favor del bien común"

(I. de Fagoaga: Un precursor renacentista de la ciencia psicológica: Huarte de San Juan, sep. "Boletín de la Real Sociedad de Estudios Vascos", San Sebastián, 1969, p. 5).

El libro fue traducido a varias lenguas rápidamente, contándose entre ellas el francés, italiano, inglés, latín. Los elogios tampoco escasearon, si bien frecuentemente se basaban en puntos secundarios. Sería nuestro siglo el que valoraría la aguda y penetrante visión de la obra. Por parte de la inquisición sufrió fuertes censuras, siendo incluida en el Índice en 1581. Diversos capítulos fueron sometidos a espurgo, llegando a ser suprimidos algunos de ellos, lo cual no impidió el que pronto influenciara en la obra de varios escritores. Se hallan ecos de la misma en Fernando de Herrera (Anotaciones a las obras de Garcilaso, Egloga 2.ª, sobre el verso: El curso acostumbrado del ingenio), Ambrosio de Morales (Discurso V: Quan diferente cosa son grande ingenio, y buen ingenio), en los Diálogos de la Montería, de autor anónimo; en Luis Alfonso de Carvallo (Cisne de Apolo), Lope de Vega (La prueba de los ingenios), Tirso de Molina (Amar por señas), Alarcón (Examen de maridos), P. Luis de la Palma (Ejercicios espirituales), Calderón de la Barca (Los dos amantes del siglo), Moreto (Lo que puede la aprensión y Caer para levantarse), y otros muchos autores castellanos, de entre los cuales merece un puesto especial Cervantes y su inmortal Don Quijote de la Mancha.

Sería el penalista Rafael Salillas quien en su opúsculo Un gran inspirador de Cervantes. El doctor Juan Huarte y su Examen de Ingenios, Madrid, 1905, llamaría la atención sobre el influjo del "Examen" en la obra cervantina. Dicha tesis recibiría más tarde el apoyo de comentaristas tales como el inglés William Confort, Bonilla San Martín, Díaz y, sobre todos ellos, el jesuita Mauricio de Iriarte, cuya obra El Doctor Huarte de San Juan y su Examen de Ingenios constituye el estudio más completo y exhaustivo sobre la vida y obra de Huarte de San Juan. En uno de los pasajes, el dedicado a comparar la obra cervantina y la de Huarte, el P. Iriarte escribe:

"Nadie será tan atrevido que afirme haber tomado Cervantes de allí la idea y figura de su Ingenioso Hidalgo; pero que ellas se perfilasen y adquiriesen consistencia y color, y gran parte de su nervio de vida, al cruzarse con la obra del Dr. Huarte, nadie habrá de dudarlo"

(M. de Iriarte: op. cit., Madrid, 1939, p. 314).

Cervantes aceptó la tesis de Huarte de la correlación que existe, no solamente entre lo spíquico natural de un hombre y su complexión física, sino también entre estas condiciones naturales y lo psíquico moral. Asimiló igualmente la teoría de los signos anatómicos y fisiológicos de los temperamentos, sus conexiones con el ingenio, y las de éste con la conducta. La gran aportación

"que Cervantes debe al Dr. Huarte es el haber sabido fingir y conducir el carácter de su héroe con armónica correspondencia de las dos estructuras": la psicológica y la temperamental. El Quijote nació y vivió en este respecto bajo el signo del examen de ingenios. Y su autor tuvo de ello plena conciencia, persuadido por aquella lectura de que por las cualidades corporales era posible llegar a noticia de las del alma"

(M. de Huarte: op. cit., p. 320).

Más adelante el mismo autor verá que el síndrome sintomatológico que hace Cervantes de la locura, se apoya en la destemplanza humoral del resecamiento del cerebro y en la lesión imaginativa consiguiente, ambas ideas tomadas del "Examen": "Al ingenioso hidalgo "del poco dormir y del mucho leer se le secó el cerebro", porque como había enseñado a Cervantes el Dr. Huarte, "la vigilia de todo el día deseca y endurece el cerebro, y el sueño de la noche lo humedece y fortifica" (M. de Iriarte: op. cit., p. 325). El P. Iriarte -basándose en tres premisas: 1.°, el gran número de coincidencias no puede ser algo casual; 2.°, la materia científica de las mismas excluye la posibilidad de la espontaneidad de un novelista; y 3.°, su contenido es peculiar del psicólogo navarro, que hace excluir otra posible influencia-, concluye que nadie puede poner en duda el influjo ejercido en Cervantes por el Dr. Huarte de San Juan (cfr. op. cit., p. 332). La influencia del "Examen" traspasó las fronteras y encontramos su impronta en obras literarias de Francia, Italia, Inglaterra y Alemania. El celebre médico e historador de la medicina, el francés Bordeu, afirma que las ideas del sabio navarro influyeron en El Espíritu de las Leyes, de Montesquieu, y científicos como Gall y Lavater lo considerarán como el precursor de la frenología moderna. Karl Borinski, Antón Klein, Otto Klemm, y otros comentaristas alemanes verán en la obra el punto de apoyo de la nueva psicología. M. de Iriarte termina su estudio hablándonos del estilo de la obra, que hasta en ello debe tenerse presente al Dr. Huarte:

"El Dr. Huarte es también maestro de estilo y lenguaje. No de un estilo y lenguaje que busca en sí propio su finalidad, sino del que se presta dúctil y bien tallado al servicio del pensamiento. Este insigne compatriota nuestro ha hablado sobre tantas cosas tan nueva y acertadamente, que nos maravilla; pero lo que más nos maravilla es la naturalidad con que habla: signo de la elevación de su inteligencia, a la que lo más alto se le hace obvio y llano. No hay en el Examen preocupación estilística alguna, ni su autor parece haber tenido aficiones o complacencias literarias... El habla del Examen, es toda sencillez y espontaneidad, el giro sintáctico desembarazado, el volumen idiomático muy abundante. Algunas cláusulas más agudas y tajantes, y la sal de una plácida ironía, completan el primor de este clásico ejemplar de literatura científica. No en vano la Real Academia Española le ha dado un puesto de honor en el Diccionario de Autoridades del Lenguaje"

(M. de Iriarte: op. cit., p. 404).

Ref. M. de Iriarte: El Doctor Huarte de San Juan y su Examen de Ingenios, Ed. Jerarquía, Madrid, 1939; J. M. Corella: Historia de la Literatura navarra, Ed. "Pregón", Pamplona, 1973; I. de Fagoaga: Un precursor renacentista de la ciencia psicológica: Huarte de San Juan, sep. "Boletín de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del País", San Sebastián, 1969; Luis Rey Altuna: El pensamiento filosófico de Huarte de San Juan, Revista "Príncipe de Viana", núm. XVIII, 1945, pp. 133-147; Jon Bilbao: Bibliografía "Enciclopedia General Ilustrada del País Vasco".