Politicians and Public Officials

Cabarrus, François de

Famoso financiero y político bayonés, una de las figuras más destacadas de los reinados de Carlos III y Carlos IV de España. Nació en Baiona en 1752 en la casa Cabarrus de la calle Lagréou. Murió en Sevilla el 27 de abril de 1810.

De familia acomodada de comerciantes bayoneses, fue destinado al comercio y enviado por su padre a Zaragoza para continuar sus estudios comerciales y aprender castellano (1771). En esta ciudad se hospedó en casa de los Galabert, con cuya hija casó secretamente (1772). Residió luego en Madrid conociendo allí al abad Guevara, fundador de la Gaceta de Madrid y a varios otros personajes de la economía y la política. Orientado por una firme vocación financiera entró en la Sociedad Económica Matritense y, amigo del ilustrado Foronda y de Campomanes, logró introducirse en los círculos que dirigían la vida económica española.

La compañía bancaria internacional que él representaba -presidida en París por Necker- cubrió un empréstito de vales reales de 450.000.000 reales (1780-1782) que se devaluaron, por lo que concibió el plan de establecimiento de la banca San Carlos, que fue creada el 2 de enero de 1782 y de la que fue nombrado director. Este banco pionero emitió sus propios billetes ante la airada reacción de los mayores enemigos del bayonés, los 5 Gremios Mayores de Madrid, el conde de Gausa (secretario de Hacienda) y Floridablanca, cuyas ideas económicas chocaban fuertemente con el liberalismo librecambista de Cabarrus que propugnaba la eliminación de las aduanas interiores y del proteccionismo estatal.

En marzo de 1785, siendo él mismo secretario de Hacienda, logró sacar adelante un viejo proyecto: la fundación de la Compañía de Filipinas para sustituir a la Guipuzcoana de Caracas y a la de Barcelona, aumentando su volumen con el comercio asiático y africano como había preconizado en Sobre la unión del comercio de América con el de Asia.

A la muerte de Carlos III cayó en desgracia, acusado por el nuevo ministro, de malversación de fondos. Aunque no pudo probarse esta acusación, fue hecho prisionero en 1790 a pesar de la intercesión de Jovellanos, que fue desterrado por ello. Dos años después, al subir Godoy, recobró Cabarrus su libertad y el rey le concedió una indemnización, el título de conde, y el nombramiento de ministro plenipotenciario en el congreso de Rastadt. Nacionalizado español desde 1781, fue nombrado embajador en París (1798) pero el Directorio no lo quiso reconocer alegando su nacimiento en Baiona. Vuelto a la Corte, preconizó medidas audaces tales como la desvinculación de los mayorazgos y venta de manos muertas, por lo que cierta burguesía pudo hacerse con parte de estos bienes.

En el año 1800 es desterrado por motivos políticos volviendo a ocupar el ministerio de finanzas con el motín de Aranjuez (1808). Este año publica sus Cartas sobre los obstáculos que la naturaleza, la opinión y las leyes oponen a la felicidad pública: escritas por el conde de Cabarrus al Señor D. Gaspar de Jovellanos, y precedidas de otra al Príncipe de la Paz, escritas en 1783, en las que pone de manifiesto sus ideas típica y radicalmente liberales, obra que fue condenada por la Iglesia en el año 1817.

Al sobrevenir la invasión napoleónica el pragmatismo y sentido del progreso del bayonés pudieron más que el deslavazado patriotismo adquirido en 1781 y, tras un momento de duda, se alió a José Bonaparte, siendo nombrado ministro de finanzas y escribiendo unas afrancesadas Consideraciones de un español a sus conciudadanos. De viaje con su nuevo soberano, murió en Sevilla el 27 de abril de 1810.

Cabarrus publicó diversas memorias de las que damos los principales títulos:

  1. El rimador
  2. Carta de Francisco Cabarrus, escrita desde su prisión, al príncipe de la Paz
  3. Del sistema de contribuciones más conveniente para España
  4. Elogio a Carlos III, rey de España
  5. Elogio a D. M. de Muzquiz, ministro de finanzas

Teresa Cabarrus, la célebre revolucionaria, fue hija suya.