Medicine

Vallo Boado, Alfredo

Arzúa (La Coruña), 15 de febrero de 1935. Médico, nefrólogo pediátrico, e investigador. Conocido experto en fisiología tubular renal y en el estudio funcional renal en niños.

Alfredo Vallo nació en el seno de una familia de labradores acomodados en el lugar de Preguntoño, del municipio rural de Arzua, situado en el camino francés a Santiago de Compostela. Cursó estudios de bachillerato en el Instituto Gelmírez de Santiago, a donde se trasladó para continuar su formación académica.

En el año 1956 ingresó en la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago, donde fue alumno interno de la sección de isótopos y Banco de sangre de la cátedra de farmacología (Profesor Dr. Vilariño). Se licenció en Medicina y Cirugía en Junio de 1963, y se trasladó inmediatamente a Glasgow en calidad de becario del Glasgow Royal Infirmary aquel mismo verano. A pesar de los deseos familiares de que permaneciera en Galicia, Alfredo Vallo BoadoAlfredo Vallo se marchó a Cataluña para continuar su formación de posgrado y especializada. En el periodo de julio de 1964 a agosto de 1965 fue médico residente de la Residencia Sanitaria de la Seguridad Social de Lérida, ocupando posteriormente un puesto de médico del servicio de urgencias en el mismo hospital hasta diciembre del mismo año. A partir de dicha fecha inició los Estudios de la Especialidad de Pediatría y Puericultura en la Escuela profesional de Pediatría y Puericultura de la Facultad de Medicina de la Universidad de Barcelona con el profesor Dr. Manuel Cruz, obteniendo el título de Médico especialista en Pediatría y Puericultura en 1968. No obstante esta titulación, Alfredo Vallo decidió sumarse a la ola de grandes cambios que ya se estaban produciendo en el campo de la Pediatría, y su docencia, y optar a una formación contemporánea de la especialidad. Por ello, el 1 de abril de 1968 Alfredo Vallo se convirtió en médico residente de Pediatría de la Clínica infantil de la entonces Ciudad Sanitaria Francisco Franco, actualmente Hospital Infantil Val'd Hebrón, en Barcelona, cuyo jefe de Servicio el Profesor Angel Ballabriga estaba organizando un moderno hospital pediátrico con subespecialidades pediátricas, a imagen de lo que sucedía en las grandes capitales europeas y americanas, un modelo absolutamente innovador para la Pediatría en España en aquel tiempo. Tras dos primeros años de residencia pediátrica general, Alfredo Vallo prosiguió su formación sub-especializada en el Servicio de Nefrología Infantil durante todo el tercer año. Su pasión por la nefrología era tal que, tras finalizar la residencia, permaneció unido al servicio en calidad de médico asistente voluntario, realizando no solo trabajo asistencial, sino algo que posteriormente marcaría profundamente toda su carrera profesional, la investigación y el laboratorio de fisiología renal. En el Hospital Infantil del Val'd Hebrón, su dedicación a la Nefrología Pediátrica se vio profundamente influida y estimulada por el regreso desde Nueva York del Dr. Juan Rodríguez Soriano, quien ya era una figura relevante de la Nefrología Pediátrica internacional. Alfredo Vallo permaneció en esta situación hasta marzo de 1971, compaginando la labor en el hospital con una plaza de pediatra-puericultor de zona que había conseguido por concurso de méritos el 1 de abril de 1969, y una consulta privada como pediatra-puericultor.

En el aspecto personal durante esos años Alfredo Vallo conoció a Lucía Espinosa, enfermera y supervisora del Hospital general, y posteriormente del Hospital Infantil Val'd Hebrón, con la que contrajo matrimonio.

El 1 de abril de 1971, a pesar del éxito profesional y bonanza económica que le permitía su trabajo en Barcelona, el interés y dedicación de Alfredo Vallo por la nefrología pediátrica le impulsaron a abandonarlo todo, y aceptar un puesto de médico adjunto del recién creado Servicio de Pediatría de la Ciudad Sanitaria Enrique Sotomayor, actualmente Hospital de Cruces, en Barakaldo, Bizkaia, siguiendo al Dr. Juan Rodríguez Soriano quien acababa de aceptar la jefatura de servicio de Pediatría. Ambos formaron un equipo único, y complementario, no sólo en el ámbito profesional, sino humano, relación que se mantuvo intacta durante toda su vida. Poco tiempo después de su llegada a Bilbao donde se estableció, Lucía su esposa, quien también desempeñaba su trabajo de enfermería en el propio Hospital de Cruces, daba a luz a su primer hijo, Francisco, naciendo posteriormente otros dos hijos de esta unión: María y Daniel.

Alfredo Vallo asumió la responsabilidad de la sección de nefrología pediátrica desde su llegada al Hospital de Cruces, siendo nombrado jefe de sección de nefrología pediátrica en abril de 1975. Junto con el Profesor Juan Rodríguez Soriano, ambos crearon un servicio de nefrología pediátrica que procuró atención médica y de calidad a los niños con patología nefro-urológica. Desarrollaron e implantaron los procedimientos renales sustitutivos mediante diálisis peritoneal (1970), hemodiálisis (1972) y trasplante renal (1979) en la población pediátrica, por ello fueron reconocidos como servicio de referencia del norte del país.

A lo largo de toda su carrera profesional participó en la docencia de más 300 médicos residentes en pediatría, así como varias promociones de futuros nefrólogos pediátricos locales, nacionales y extranjeros. Fue especialmente renombrado por su meticulosidad y habilidad en el estudio funcional renal, y por ello en su laboratorio de fisiología renal se formaron muchos de los nefrólogos pediátricos españoles y extranjeros, que acudían como médicos visitantes a recibir sus enseñanzas. Persona sencilla, disfrutaba de la docencia de la nefrología a la que no dudaba en dedicar tiempo después de finalizar su jornada laboral.

En 1973 fue miembro fundador de la Sección de Nefrología Pediátrica de la Asociación Española de Pediatría y vocal de su primera junta directiva. En su madurez profesional Alfredo Vallo Boado fue elegido presidente (1993-1997), y bajo su mandato se aprobaron los estatutos y la transformación de la Sección en Asociación Española de Nefrología Pediátrica. Participó activamente en otras sociedades científicas nacionales e internacionales como la Sociedad Vasco-Navarra de Pediatría -SVNP-, la Asociación Española de Pediatría -AEP-, la Sociedad Española de Nefrología -SEN- y la European society for paediatric nephrology -ESPN-.

En los últimos años de su carrera profesional pasó a ocupar la jefatura del servicio de pediatría a la jubilación del Dr. Rodríguez Soriano en el año 2003, puesto que desempeñó hasta su jubilación en el año 2005. Desde entonces su presencia en el ámbito profesional ha sido discreta, si bien continúa asistiendo eventualmente a algunas reuniones científicas locales y nacionales. En Bilbao, por su trayectoria profesional recibió la medalla Aniversario de hemodiálisis (2008) de la Sociedad Española de Diálisis y Trasplante.