Auñamendi Eusko EntziklopediaFund Bernardo Estornés Lasa

Película dirigida en 1991 por Imanol Uribe. Fue una coproducción entre la productora vasca Aiete Films y la madrileña Ariane Films.

Tras el fracaso de Adiós, pequeña, un frustrante y vano intento de Uribe por sacudirse la presión ambiental del tema vasco en su cine, el director se aleja definitivamente de Euskal Herria y toma aire con esta adaptación de la novela Crónica del rey pasmado de Gonzalo Torrente Ballester, un cínico recorrido ambientado en la España del siglo XVII durante el reinado de Felipe IV. El proyecto contó con la financiación del Ministerio de Cultura, de Televisión Española y de Eurimages. Curiosamente, el Gobierno Vasco volvía a desentenderse de un proyecto dirigido por Uribe, el director vasco, por otra parte, más rentable del cine de Euskadi en los ochenta. El inicio de la trama parte de una anécdota contrastada por fuentes históricas. La visita del joven rey al domicilio de la prostituta Marfisa para gozar de una noche de pasión. Fascinado, más bien pasmado, ante el bello espectáculo de la mujer desnuda tendida en la cama, Felipe se obsesiona por disfrutar del sexo con idéntica libertad pero esta vez con su esposa. Algo prohibido en la pecata corte de los Austrias. A partir de esa obsesión se crean dos bandos en el relato. Uno, el de los personajes que van a intentar ayudar al rey a cumplir su deseo. El otro, el de los personajes de la corte, fanáticos católicos que intentarán impedir a toda costa el deseo del rey. Uribe huyó desde el primer momento de un espectáculo histórico grandilocuente y se adentró, instalado confortablemente en el género de la comedia, en las desventuras de un muchacho que desea disfrutar del sexo con su mujer y que sin embargo sólo encuentra obstáculos en su camino.

Esta lúcida crítica a la intolerancia se benefició de unas interpretaciones notables. Actores como Gabino Diego, Juan Diego, Eusebio Poncela, Joaquim de Almeida o Javier Gurruchaga, entre otros, bordan sus papeles en todo momento. Hay que destacar también la acertada ambientación histórica -esencial para recrear las penurias de Felipe con cierta credibilidad- y un guión sólido en el que sobresalen unos diálogos realmente brillantes. El largometraje fue un éxito en toda regla. Fue una de las películas más taquilleras en el año de su estreno. Además cosechó importantes premios. En el Festival de Biarritz conquistó la Makila de Plata, el Premio Especial del Jurado y el Premio del Público. Logró también el Premio a la Mejor Película en los Premios al Cine Vasco de "El Mundo". Y en la edición de los Premios Goya celebrada en 1992 logró nada más y nada menos que ocho premios.