Architects

Yárnoz Larrosa, José

Arquitecto, restaurador y académico navarro. Pamplona 1884, Madrid 26 de diciembre de 1966.

Inició los estudios de Arquitectura en la Escuela de Madrid en 1903 y se graduó en 1910. Seguidamente comenzó a trabajar en el estudio del arquitecto Antonio Oriol en la capital de España, donde fijó su residencia. En 1912 obtuvo, junto con su amigo y compañero de estudios Modelos López Otero, la medalla de oro en la Exposición Nacional de Bellas Artes con un proyecto de Exposición Universal para Madrid. El proyecto fue un encargo la empresa afincada en Londres Leslie & Co., que les ofreció la posibilidad de trabajar allí, aunque ambos declinaron la oferta. En 1912 Yárnoz se trasladó a Argentina donde realizó varios proyectos de villas y se casó con Inés Orcoyen. Fruto de su matrimonio fueron dos hijos, los dos arquitectos, José María y Francisco Javier.

En 1914 José Yárnoz abrió su propio despacho en Madrid, al que en 1923 se incorporó su hermano Javier. A partir de 1916 José trabajó como arquitecto del Banco de España. En 1924 la Diputación de Navarra en colaboración con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, convocó un concurso internacional para la reconstrucción del castillo real de Olite que ganó con un proyecto presentado junto con su hermano. La Diputación también encargó a José el Pabellón de Navarra en la Exposición Iberoamericana de Sevilla de 1929, en el que reprodujo la portada de la iglesia románica de Estella.

Colaboró en diferentes publicaciones profesionales con artículos sobre su arquitectura y la de su época. Destacó su relación con la revista Arquitectura, donde empezó a publicar a partir de 1920, y fue vocal de la misma en 1926. El boletín fue editado por la Sociedad Central de Arquitectos de Madrid, de la que sus compañeros le eligieron vicepresidente, y seguidamente presidente del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, que a partir de 1931 sustituyó a la anterior. Asimismo formó parte de diferentes jurados para premios y concursos.

En 1936, al comenzar la Guerra Civil, José dejó Madrid, mientras que Javier, comprometido con el gobierno republicano, tuvo que exiliarse a Caracas, por lo que la relación y la colaboración de los hermanos quedó interrumpida. Una vez terminada la contienda, en 1939, el ayuntamiento de la capital de España encargó a José la reorganización de los servicios técnicos municipales, a la vez que colaboró, de manera puntual, con la Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones en la ciudad. En 1940 fue nombrado director del Servicio de Monumentos de la Institución Príncipe de Viana, en la que le sustituiría su hijo José María tras su muerte. En 1944 fue elegido académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en la que ingresó con un discurso titulado "Ventura Rodríguez en Navarra". Formó parte de la Comisión Central de Monumentos de la Academia y fue secretario de la Comisión Mixta de las academias de Historia y San Fernando, que se encargó del cuidado de los monumentos históricos y artísticos del Estado. En 1959 fue condecorado con la Cruz de Alfonso X el Sabio, en reconocimiento a su trabajo, y en 1965 fue elegido académico de la Real Academia de Bellas Artes de San Jorge.

La obra de José Yárnoz está caracterizada por una arquitectura ecléctica inspirada en la tradición nacional que defendió desde diferentes revistas: Arquitectura, Arquitectura Española y La Construcción Moderna antes de la guerra, y Revista Nacional de Arquitectura, Cortijos y Rascacielos, Academia y Príncipe de Viana después de ésta. En la mayoría de los casos se trata de referencias a su propia obra, también comentada por otros colegas, o artículos sobre el desarrollo de la arquitectura. En ellos manifiesta que la creación arquitectónica debe moverse siguiendo los cauces de los estilos históricos y tradicionales, que son suficientes para dar cabida a la originalidad del arquitecto. De hecho para él, el mejor profesional es aquel que conoce los estilos artísticos. Aunque estaba al tanto de la modernidad en arquitectura, y reconocía sus aciertos justificados en el talento.

El trabajo de Yárnoz está diseminado por un gran número de municipios españoles y sus antiguas colonias. Aunque la mayor parte de ella se encuentra en Madrid y Navarra. Entre las obras realizadas en Pamplona cabría destacar, la ampliación y remodelación del palacio de Navarra, adjudicada en 1929 y realizada en 1934 en la que, junto con su hermano, proponía conectar la Plaza del Castillo con la Avenida de Carlos III, el principal eje urbano del segundo Ensanche de la ciudad. Paralelamente, en 1931, los hermanos erigieron en la Avenida de Carlos III la primera sede de la Caja de Ahorros de Navarra, ocupada por la Hacienda Foral en la actualidad, y que destaca por una inusitada modernidad de inspiración decó. En los años de posguerra, entre 1940 y 1962, José Yárnoz y Víctor Eusa, siguiendo las pautas marcadas por la cultura arquitectónica oficial del régimen, se encargaron de construir el Monumento a los Caídos en la Plaza del Conde Rodezno, y con ello cerrar la Avenida de Carlos III que Yárnoz empezó a definir años atrás.

En Madrid José Yárnoz realizó diferentes inmuebles, y como arquitecto del Banco de España en 1927 se encargó de la ampliación de la sede de la capital hacia la calle de Alcalá. En el exterior siguió la estética del edificio anterior, y en el interior dispuso un patio central de operaciones que se convirtió en el núcleo de la nueva distribución. Asimismo hasta los años cincuenta construyó, amplió y reformó numerosas sucursales del banco. En consecuencia realizó proyectos para Albacete, Alicante, Antequera, Ávila, Badajoz, Barcelona, Bilbao, Cáceres, Calatayud, Coruña, Cuenca, Ferrol, Guadalajara, Haro, León, Logroño, Málaga, Murcia, Ourense, Pamplona, Santander, San Sebastián, Segovia, Sevilla, Soria, Talavera de la Reina, Tarragona, Tenerife, Tetuán, Valencia, Valdepeñas, Valladolid y Vitoria. En ocasiones, contó con la colaboración de otros profesionales como Luis Menéndez Pidal, y también José Astiz y Juan de Zavala. Las sedes bancarias tienen en común una ubicación privilegiada en el entramado urbano que ocupan, así como una monumentalidad propia de la institución a la que representan. Una de las primeras obras de nueva planta fue la sede de Vitoria, erigida entre 1917 y 1920, donde el arquitecto estableció un modelo clasicista columnario que siguió en inmuebles posteriores. A la vez que cabría destacar por su colosalidad la sede de Barcelona realizada junto con Menéndez Pidal en 1933.

Entre 1941 y 1946 Yárnoz y Diego Méndez reconstruyeron para la Dirección General de Regiones Devastadas y Reparaciones el convento y la Iglesia renacentista del Conjunto Real del Monasterio de Agustinas Recoletas de la Visitación de Santa Isabel de Madrid que durante la Guerra Civil quedó en ruinas. El arquitecto ya había realizado previamente la reconstrucción del castillo real de Olite, que le abrió el camino del estudio y la restauración de edificios medievales en Navarra, en los que se inspiró en las teorías y obras de Eugene Viollet- le- Duc y sus seguidores. La diputación Navarra le encomendó la dirección de las restauraciones emprendidas en la provincia por la institución Príncipe de Viana creada en 1940. Fue nombrado arquitecto responsable del Servicio de Monumentos desde el que dirigió las restauraciones de las Catedrales de Tudela y Pamplona, los monasterios de Irantzu, Iratxe y Leire, las iglesias de Los Arcos, Estella, Eunate, Gallipienzo, Gazolaz, Puente la Reina, Torres del Río, Uxue, Viana y muchas otras. Algunas de sus intervenciones fueron publicadas en diferentes estudios que recogió la revista Príncipe de Viana.