Lexicon

REQUETE

Cuerpo de voluntarios carlistas, con organización militar, que luchó en las guerras civiles españolas en defensa de la religión y la monarquía. Individuo afiliado a este cuerpo, errekete.

Diccionario Auñamendi
Parece ser que la voz requeté nació en Navarra y que se utilizó en la Primera Guerra Carlista (1833-1839) para designar al Tercer Batallón de Navarra, el favorito de Zumalacárregui. Se ha dicho que la voz proviene del toque de corneta propio de esta unidad. También de cuando Zumalacárregui, al inicio de la guerra y comentando el comportamiento de sus tropas, solía decir: "todos muy bien, pero los navarros requetebién". Según Chaho, Henningsen, Sabatier, Schwarzenberg y Anastase de Tandé la palabra proviene del estribillo de la canción que entonaban los soldados de dicho batallón de Navarra. Al parecer, los cuatro batallones de voluntarios de Zumalacárregui, habían recibido su nombre de los estribillos de sus canciones favoritas:El primero, la Saladael segundo, la Morenael tercero, el Requetéy el cuarto, la Hierbabuena.Tandé en su Campagnes et aventures d'un volontaire royaliste en Espagne consigna que el estribillo de la canción del Tercer Batallón era:Vamos andando, tapaté,que se te ve el requeté.Debía de referirse al cuerpo que se asomaba a través de los sietes y rotos de los pantalones de los soldados, muy deficientes en aquella época. Aunque es posible, según Iribarren, que se aludiese a la "gatera" o apertura posterior en los pantalones que Zumalacárregui, al aligerar el equipo de sus hombres, hizo abrir en los pantalones para que sus soldados defecaran rápidamente. En la Segunda Guerra Carlista se aplicó el nombre de requeté a los soldados del Tercer Batallón de Navarra y a los muchachos de 14 a 16 años que, uniformados, constituían la guardia del príncipe don Jaime de Borbón, hijo de Carlos VII. La palabra requeté reapareció en Cataluña a finales del s. XIX, aplicada, primeramente a los muchachos, y más tarde a los jóvenes de acción del partido y a las milicias que organizó el carlismo en Barcelona y otras localidades para luchar contra los "jóvenes bárbaros" de Lerroux y de Blasco Ibáñez. De Cataluña pasó esta palabra a otras zonas para designar a grupos de jóvenes encuadrados en organizaciones más o menos paramilitares y afiliados al requeté carlista de cada localidad. En los años que precedieron a la dictadura de Primo de Rivera, Don Jaime quiso reorganizar el requeté, pero fue durante los primeros meses de la República, especialmente tras la Sanjurjada, cuando, tras las quemas de iglesias y conventos, Jaime del Burgo y otros dieron comienzo a dicho cometido en Navarra. Durante los años republicanos esta milicia se reestructuró y armó, en espera de una ocasión propicia, como compañías previas a la formación de tercios o batallones bajo las órdenes de Rada, Utrilla y Lizarza. Se compraron armas, primero en Guipúzcoa, luego, con el apoyo de Mussolini, en Italia. En 1934 se ideó el Tercio, equivalente a un batallón y compuesto de tres requetés o compañías de hasta casi 250 hombres en armas. Se redactaron asimismo las Ordenanzas del Boina Roja. En 1935 las concentraciones menudearon. En vísperas de la contienda la trama paramilitar carlista, con el delegado Zamanillo a la cabeza y la colaboración de algunos oficiales importantes, era fuerte y estructurada. Al estallar la guerra de 1936-39 pasaron a designarse requetés a los voluntarios de Navarra -más tarde también de otras provincias- que se agruparon en Tercios Carlistas. En un comienzo fueron 8.400 los voluntarios navarros. El primer tercio que fue al frente fue el de Pamplona, que marchó a Somosierra, junto con unidades regulares del ejército. A continuación, se constituyó el tercio de Santiago. Los requetés de Estella -luego Tercio de Abárzuza- añadidos a la columna de Valladolid, marcharon hacia el Alto de los Leones, y otros, en Aragón, constituyeron el Tercio Doña María de las Nieves. Finalmente, otros requetés -más tarde Brigadas de Navarra (v.)- se dirigieron a invadir Guipúzcoa. Posteriormente nacieron los Tercios de Lácar, Navarra, San Miguel, Montejurra, Lesaca, Roncesvalles (más adelante Tercio navarro de Mola), Ntra. Sra. del Camino, Radio Requeté de Campaña y otras unidades secundarias como Tercios de San Francisco Javier, Roncesvalles, Ntra. Sra. del Puy y Tercio de Orden y Policía. En el transcurso de la guerra estas unidades fueron reestructuradas repetidas veces. En 1937 el decreto de unificación suspendió la recluta de voluntarios, pero ésta se reinició al final de la guerra reapareciendo bastantes de los Tercios anteriores. Ver CARLISMO.

Ainhoa AROZAMENA AYALA