Exquisito pintor nacido en Ribadesella (Asturias), el 1 de noviembre de 1857, muerto en Barcelona, el 30 de octubre de 1913.
Nació, como queda dicho, en Asturias, pero artística y espiritualmente es vasco. En 1871 se trasladó a Madrid con su familia y en 1877 ingresó en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid, siendo su profesor don Carlos Haes. En 1880 realizó su primer viaje a París. Hacia 1881 fue a Bruselas, donde su atractivo y su simpatía le hicieron una personalidad entre el núcleo de artistas y escritores más selectos de la Bélgica de aquel tiempo. En esta capital -a los veintitrés años de edad- celebró su primera exposición de pintura con el grupo L'Essor.
En 1883 realizó una excursión por España con un grupo de artistas belgas, y pintando sin descanso recoge el ambiente y la luz de Castilla. Después volvió a Bélgica y luchó por la implantación del impresionismo pictórico, acudiendo a numerosas exposiciones nacionales. En 1888 regresó a España, sufriendo una gran decepción al contrastar el arte español con el extranjero. En 1889 realizó un viaje a Inglaterra, en cuya nación permaneció un año, regresando en 1890 a San Sebastián.
En 1891 se trasladó nuevamente a Bruselas e Inglaterra, regresando a Bilbao en 1894. En 1895 contrajo matrimonio. A partir de su matrimonio vivió en nuestra tierra, en varias ocasiones, hasta la hora de su muerte. Concurrió a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes en los años 1890, 1892, 1897, 1901, 1904, 1908, 1910 y 1912. Celebró asimismo otras exposiciones en distintas capitales. En París colgó sus cuadros en 1902, en la Galería Silberberg, en compañía de otros pintores, volviendo a exponer sus obras en la Galería Druet en 1906 y en Bruselas en la Exposición Hispano-Marroquí (1883). En 1911 se trasladó a Alemania para ponerse en tratamiento de un cáncer en la lengua, falleciendo dos años después.
Darío de Regoyos ha sido elogiado y catalogado como admirable colorista, laureado en cuantas exposiciones presentó sus cuadros. Fue un caso puro y aislado de pintor impresionista en el País Vasco de fin de siglo, constituyendo sus obras el triunfo de las modernas técnicas pictóricas en nuestra tierra.
El pintor Gustavo Cochet dijo:
"Regoyos es el poeta sensible y su pintura, exenta de toda literatura, es la expresión pura de la verdadera alma en su íntima y profunda realidad".
Y Pío Baroja manifestó:
"que la espiritualidad estaba por encima de la técnica, como ocurre con los buenos pintores impresionistas, en contraste con otros paisajistas de su tiempo, que resultaban vulgares y fotográficos".
Darío de Regoyos pintó muchas obras en San Sebastián y Errenteria, especialmente paisajes, e hizo siempre cuadros pequeños. Ilustró La España Negra (1899), del poeta belga Verhaeren. Además de pintor, Regoyos escribió en revistas de arte, tocaba la guitarra, cantaba y tocaba, de oído, el piano.
Muchas de las obras de Regoyos se encuentran en colecciones particulares, entre las más interesantes, las que posee el escritor Miguel Utrillo; el coleccionista vasco, residente en Buenos Aires, Andrés Garmendia y en diferentes museos nacionales y extranjeros. La Asociación de Artistas Vascos de Bilbao organizó en 1915, a título póstumo, una exposición-homenaje al artista, exposición que fue un señalado éxito. Posteriormente se han celebrado exposiciones del pintor en Oviedo (1916), Bilbao (1919), Madrid (1921), San Sebastián (1928), Barcelona (1943), Bilbao (1951) y la magnífica exposición retrospectiva celebrada en 1957 en el Museo Nacional de Buenos Aires, exposición que fue organizada por la hija del pintor Paula Regoyos de Ferrer, esposa del consejero cultural de la Embajada de España en Montevideo, y patrocinada por la Dirección del Museo y la Embajada.
En 1980 se realizó un homenaje a Regoyos en San Sebastián, con un ciclo de conferencias y una exposición antológica en el Museo de San Telmo. Paralelamente, en Madrid, se celebró otra muestra antológica en la galería Biosca.