Kontzejuak

MURU-ASTRAIN

Urbanismo y construcciones civiles

El lugar se distribuye a un lado de la carretera, en pendiente y con la iglesia en zona dominante. El entorno de la parroquia forma un rincón evocador, muy bien conservado, con árboles de gran porte que invitan a sentarse y permanecer allí, como ya glosara Caro Baroja hace años. Cerca se encuentra la casa parroquial, muy sencilla y dispuesta en fuerte desnivel. Algo más lejos encontramos la casa "Goitikoetxea", un bloque de planta rectangular y gran desarrollo en superficie, con fachada larga en sillar de buena factura, y dispuesta de forma ordenada. En la planta baja vemos un portalón de medio punto, flanqueado de dos ventanas cuadradas a cada lado. En la primera planta hay cinco ventanas rectas, y culmina un ático con cinco ventanucos. El edificio se cubre con un tejado a dos vertientes con grandes limas. En lo alto de esta fachada hay dos escudos, el de la izquierda puede datarse en el siglo XIX, y luce la inscripción: MARTÍNEZ DE MUNIAIN. El de la derecha pertenece a la segunda mitad del siglo XVIII, como confirma su estilo rococó y la inscripción: SON DE ANTONIO DE ZIRI/ ZA AÑO DE 1773.

Bajando desde la iglesia encontramos una casa erigida en pendiente y en solar irregular. Presenta media fachada en sillar bien aparejado, en la que se abre un arco de medio punto. La otra mitad del edificio va primorosamente enlucida, y ha sido profundamente remozada. Lleva un vistoso mirador de madera acristalada, que ocupa el ángulo entre dos de los hastíales. Más abajo encontramos una callecita de trazado quebrado, que forma un rincón de sabor medieval, a pesar de que algunos edificios han sido reformados de forma excesiva. Al final de la calle hay una vivienda muy transformada, con la eliminación de los enlucidos y la apertura de más y mayores vanos. Presenta planta irregular, al parecer por la unión de varias viviendas antiguas. Volviendo por la carretera hacia el centro del pueblo encontramos una casa conservada en su estado original. Presenta fachada de mampostería sin enlucir, planta baja abierta con ventanita y portalón de medio punto, primera planta con dos ventanas dotadas de antepechos labrados, y ático con dos tragaluces. Remata un tejado a doble vertiente. En un espacio abierto y alargado encontramos una casa muy arreglada, con fachada alargada que se desarrolla en dos plantas más ático. Luce muros blanqueados, salvo en el zócalo, esquinas y enmarques de los vanos. Estos son rectos, a excepción de la puerta, que remata con arco de medio punto.

Ermitas

Se citan tres. La de San Zoilo fue en fechas tardías capilla cementerial, de la que según Pérez Ollo en su día quedaban restos del ábside original. Santa Eulalia se encuentra en un pequeño altozano en el camino a Larraya, y al parecer fue restaurada en 1949. La planta es rectangular alargada, con el acceso en el lado de la Epístola, muros enlucidos y cubierta a doble vertiente. En cuanto a la ermita de de Nuestra Señora de Doniantzu, se encuentra muy cerca del casco urbano del pueblo, y fue antiguamente iglesia del despoblado de Nuin. Se trata de un edificio de extrema sencillez, con planta rectangular, muros de sillería menuda enlucidos, puerta de acceso adintelada y tejado a dos aguas sobre estructura de madera. El único signo religioso visible al exterior es una sencilla cruz dispuesta sobre la cabecera, mientras que al interior hay una reja barroca de madera, que protegía en el ámbito del presbiterio a la imagen titular, que Clara Fernández-Ladreda describe como propia del siglo XIII. Es algo tosca en su ejecución, y hoy se custodia en dependencias de la parroquia. En el año 1796 el obispo visitador Igual de Soria aseguraba que esta ermita se encontraba en terrenos de la orden de San Juan de Jerusalén.

Parroquia de San Esteban

Se trata de un templo gótico en origen, de hacia el año 1200, aunque como es habitual ha experimentado diversas intervenciones a lo largo de los siglos. Situada en un leve promontorio, se accede mediante una escalera de piedra que atraviesa una zona ajardinada y arbolada. A la derecha se ve una estela discoidea algo deteriorada, con una cruz patada labrada en una de sus caras. La planta del templo consta de una única nave, dividida en cinco tramos, el primero de ellos muy poco desarrollado, más una cabecera poligonal de tres lados. Dos capillas, abiertas de manera simétrica a ambos lados del quinto tramo, funcionan a modo de embrionario transepto. La sacristía es una estancia proporcionalmente grande, de planta cuadrangular irregular, que se adosa a la cabecera por el lado de la Epístola. El acceso al templo se practica también por el lado meridional, se abre en un paño resaltado del muro, a la altura del tercer tramo, y va protegido por un pórtico.

Los muros van aparejados en sillar, y en ellos se abren varios vanos para dar iluminación al interior. En concreto registramos una ventana de medio punto en el quinto tramo de la nave, por el lado de la Epístola, así como un óculo que se abre en el muro de los pies. En el eje de la cabecera hay otra ventana, cegada al instalar el retablo. Es gótica, con arco apuntado y tracería ojival calada. Al comienzo de la nave vemos también un coro alto de cantería, realizado en estilo gótico tardío. El arco de embocadura es rebajado y apea sobre columnas. La balaustrada va calada con motivos flamígeros y bolas propias de principios del siglo XVI.

Se cubre el templo con una bóveda de cañón apuntado, típica del momento en el que se erigió la fábrica. Se articula mediante arcos fajones de perfil apuntado, que apean sobre ménsulas encastradas en el muro, que se unen mediante una imposta que recorre el perímetro interior del templo. La cabecera recibe una bóveda de crucería, mientras que las capillas laterales se cubren con bóvedas de cañón, que en el lado septentrional es de directriz apuntada. El sotocoro lleva una bóveda de crucería, mientras que en la sacristía registramos una bóveda de crucería cuyos nervios apoyan en ménsulas.

Al exterior, la torre se levanta sobre el primer tramo de la nave, como suele ser habitual en este tipo de templos. El fuste es macizo, perforado tan sólo por un ojo de buey, y en alto por los huecos para las campanas. El pórtico se añadió en el siglo XVIII, y es obra de sillería abierta por tres arcos de medio punto, que apoyan sobre pilares de sección rectangular. La puerta propiamente dicha es un arco apuntado con cinco arquivoltas que enlazan con baquetones cortos, en cuya zona alta llevaban una moldura corrida a modo de capiteles, en los que la decoración se ha perdido en su mayor parte. Todo apoya sobre un alto zócalo de piedra sin decorar.

Al interior, en el presbiterio encontramos un retablo moderno ejecutado en lenguaje neogótico, sin mucho interés, y un sagrario intramural del siglo XVI, con pilastras abalaustradas que sostienen un entablamento con arcos y dentellones, rematado todo por un frontón triangular. En el muro del Evangelio hay un Crucificado barroco del XVII, realizado por un artesano de segunda fila, y un retablo moderno que preside una Virgen del Rosario barroca del XVIII. En muro meridional se encuentra el retablo de Santa Bárbara, idéntico al de la Virgen del Rosario y dispuesto de manera simétrica respecto de aquel. Va presidido, no obstante, por una imagen de Santa Bárbara que se encuadra en el estilo renacentista. Cerca hay un púlpito colgado del siglo XVI, ejecutado en yeso, con vistosa decoración.

En la sacristía se conserva una talla moderna de San Sebastián, así como varias piezas de orfebrería. Por último, en otras dependencias se custodia una talla de Santa Catalina, del siglo XVI, así como la imagen gótica de Nuestra Señora de Doniantzu, del siglo XIII, a la que ya hemos hecho alusión.

Joseba ASIRON SAEZ (2008)