El Xirolarru (Cornamusa) fue introducido en territorio vasco, a través del Camino de Santiago, por buhoneros y juglares procedentes de diversas zonas de Europa. Instrumento tradicionalmente considerado de origen celta, está presente en Galicia, Baleares, Bretaña, Escocia, Irlanda, Italia y países del Este europeo. La iconografía vasca es, en lo tocante al xirolarru, escasa. En Navarra aparece, asociado a un zaldiko, grabado en el Privilegio de la Unión de los burgos (s. XV) y en una escultura de la capilla de San Francisco Javier de la catedral pamplonesa. En Álava, su existencia aparece confirmada hasta finales del s. XVIII y principios del XIX.