Villes

Urdanoz

A la entrada del pueblo, en la zona más baja del casco urbano, se pueden ver varias casas modernas o muy remozadas, que mantienen sin embargo un lenguaje formal cercano al de la arquitectura tradicional. Lo mismo puede decirse de dos adustos caserones uno de ellos situado fuera del núcleo urbano, que presentan planta muy desarrollada, muros enlucidos y enmarques de los vanos y esquinas de los paños en ladrillo colorado. Uno de ellos reaprovecha un escudo rococó donde se lee el apellido de los propietarios: ANDUEZA. Más fiel a su aspecto originario es un caserón abandonado, con planta en "L", que presenta tres alturas. Lleva muros en mampostería concertada, con cadenas de sillar en esquinas y enmarques. En planta baja se abre por una puerta de medio punto de trece cortas dovelas, con la rosca sin moldurar, más dos tragaluces. El piso noble lleva tres ventanas rectas, dos de ellas con antepecho de piedra resaltado y moldurado, y en el ático tres tragaluces. Otra casa, de tamaño sensiblemente mayor, presenta sin embargo características similares a las ya reseñadas, aunque conserva aún el enlucido de los vanos, que exceptúa las zonas habituales. En la clave del arco puede verse un escudete con una cruz y una palma. La casa parroquial, adosada a los pies del templo, es un sencillo inmueble de muros enlucidos y tres alturas, más tejado a dos aguas. Se accede por un estrecho arco apuntado, y el resto de los vanos son rectos.

  • Ermitas

Pérez Ollo menciona las ermitas de San Gregorio y San Miguel, ambas desaparecidas, aunque de la de San Gregorio restaría aún el topónimo. Ambas fueron visitadas en 1797 por el obispo Igual de Soria, que mandó que se realizasen obras en ambas, y que mientras tanto se suspendiesen todas las funciones religiosas en ellas. De no arreglarse, además, mandaba que fueran demolidas.

  • Parroquia de San Román

Se trata de un templo románico, edificado en el siglo XII con algunas influencias cistercienses, aunque en siglos posteriores ha seguido experimentando alguna intervención de rango menor. La planta consta de una única nave, dividida en cuatro tramos de similar tamaño, más una cabecera poligonal de cinco lados. El acceso se practica desde el lado de la Epístola, a la altura del tercer tramo. En el muro situado enfrente vemos una pequeña estancia intramural, que hace las veces de capilla bautismal, así como una escalera de subida al coro y a la torre. Al cuarto tramo se adosan de manera simétrica dos capillas, a modo de transepto, que en el lado del Evangelio se prolonga en una segunda estancia. La sacristía, por su parte, es una estancia de planta rectangular adosada a la cabecera por el lado del Evangelio.

Se construyó en sillarejo de tamaño menudo pero regular, aunque vemos que parte de la fábrica va oculta por la casa parroquial, adosada a los pies del templo, y a la que se accede por unas escaleras que arrancan de la puerta de la iglesia. Tanto a la sacristía como a las capillas laterales se accede por medio de arcos de medio punto, y en alto se abren una serie de ventanas para lograr la adecuada iluminación. En el lado de la Epístola vemos un ojo de buey y un tragaluz rematado con arco conopial, y a los pies de la nave una ventana de medio punto abocinado. En ese mismo ámbito encontramos un coro alto, con arco de embocadura escarzano.

En cuando al sistema de cubrición, se emplea una bóveda de cañón apuntado, articulada mediante arcos fajones del mismo perfil, que apean sus cargas en los muros perimetrales, merced a dobles ménsulas aboceladas, unidas por una imposta que recorre todo el perímetro interior de la iglesia. La cabecera recibe una bóveda de horno, las capillas sendos tramos de bóvedas de cañón, y la sacristía un simple cielo raso.

Al exterior vemos el volumen de la torre, que se levanta sobre el primer tramo de la nave, siguiendo los parámetros habituales entre los templos medievales del ámbito rural navarro. Su fuste es corto y macizo, abierto en su parte superior por dos medios puntos para las campanas. La portada va cobijada por un arco apuntado situado entre dos contrafuertes. Es románica, compuesta por un arco de medio punto cuyo abocinamiento se salva mediante tres arquivoltas lisas, que apean en otros tantos pies derechos por lado, que se decoran por una moldura lisa a modo de capitel corrido. Por encima se ve un relieve en el que se representa una cruz, y en la superficie ajardinada inmediata se aprecian varias estelas discoideas.

El presbiterio está ocupado por un retablo mayor plateresco, bajo la advocación de San Román, ejecutado por Juan de Aizpún. La traza, ciertamente compleja, consta de banco, tres pisos de cinco calles y ático tripartito, rematado por frontón triangular y pirámides escurialenses. Presenta además sendos guardapolvos en los extremos. Se articula mediante columnas jónicas y corintias, así como diversos tipos de soportes antropomórficos. Los pisos se separan por frisos con ángeles portando cartelas y cabezas de querubines. En cuanto a la iconografía, en el banco se representan los instrumentos de la Pasión con ángeles. El primer piso figuran San Sebastián, el Prendimiento, Jesús ante Anás y San Miguel Arcángel. En el segundo piso Santa Bárbara, la Anunciación, San Román titular, la Visitación y Santa Águeda. El tercer piso está ocupado por una talla bellísima de la Virgen con el Niño, flanqueada por varias escenas en relieve del martirio de San Román. En el ático podemos ver el Calvario, así como dos parejas de santos, San Pedro y San Pablo a un lado, y San Andrés y San Juan Evangelista al otro. En los guardapolvos podemos admirar los relieves de los Cuatro Evangelistas, así como los de San Antonio Abad y San Martín con el pobre.

En el lado del Evangelio y dentro de la ya citada capilla bautismal, podemos ver una pila sacramental gótica, con pedestal cuadrado decorado por arquillos trilobulados, y copa poligonal estriada. En la capilla lateral del muro de la Epístola podemos ver un Crucificado del XVII, muy tosco. Otro Crucificado de la misma centuria cuelga de la sacristía, donde pueden además verse algunas piezas de orfebrería.

  • CARO BAROJA, J:. La casa en Navarra, Pamplona, vol. II, C.A.N. 1982, pp. 382.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. alt.): Catálogo Monumental de Navarra, vol. II**, Merindad de Estella. Pamplona, Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1983, pp. 45-49.
  • FERNÁNDEZ-LADREDA, Clara: Imaginería medieval mariana, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1988, pp. 94-98.
  • PÉREZ OLLO, Fernando: Ermitas de Navarra, Pamplona, C.A.N., 1983, pp. 244.
  • LACARRA DUCAY, Mª Carmen (et. alt.): Navarra, guía y mapa, Estella, C.A.N. 1983, pp. 223.

JAS 2009