Recinto fortificado. Bordeando la colina quedan numerosos vestigios del recinto fortificado al que se accede por una pendiente con restos de murallas, con sillares sobre cimientos muy antiguos. Restos en el S. del torreón circular de sillería. La estructura de la fortificación acusa la influencia del románico aragonés. En las campañas arqueológicas llevadas a cabo en 1986-1987 y en 1990 se han restaurado la estructura urbana del lugar, el aljibe y dependencias del castillo, así como una necrópolis. Se trata de construcciones de mampostería con gruesos muros en la zona de la muralla y también en la de las viviendas. Las casas son de dos alturas, habiéndose descubierto restos de carpintería en cubiertas y separaciones de las plantas. Antigua iglesia de San Nicolás, hoy ermita. Edificación románica de finales del s. XII. Nave de tres tramos rectangulares con ábside semicircular; los soportes son pilastras excepto en el tramo de los pies, en que son medias columnas sobre basas circulares con capiteles de vegetación esquemática. Las naves se cubren con bóveda de cañón sobre impostas lisas. La puerta de ingreso principal, a los pies, forma un arco de medio punto con doble arquivolta; capiteles de tradición cisterciense. La otra portada, en el muro de la Epístola, ostenta en el dintel un Crismón.