Las cuevas, con sus relatos y leyendas, han constituido desde la prehistoria un poderoso imán para el hombre. En este grabado, del libro del P. Thomas de Burgui "San Miguel de Excelsis", se narra como Miguel de Errazquin, vecino de Arrazu, es despeñado por unos malhechores en el lugar llamado Chinchiturrieta, a media legua de Bargota, el 27 de diciembre de 1715. Cae desde gran altura quedando enganchado en un pequeño chopo, al borde de una covacha -ente protector-, durante más de dieciséis horas, al cabo de las cuales es rescatado. En Mañeru hace relación jurada de cómo después de golpes, estocadas, puñaladas, despeño e intenso frío, San Miguel le ha salvado