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Pago de Larrainzar

Desde hace 150 años la familia Larrainzar posee una finca en Ayegui, junto al Monasterio de Irache, en las faldas de Montejurra. En ella se estableció un viñedo y una pequeña bodega, cuyo vino obtuvo la medalla de oro en el concurso celebrado durante la Exposición Universal de Barcelona en 1929.

Posteriormente la familia se desvinculó del mundo del vino, hasta que en 2001 decide volverse e involucrar en el mismo. Así, en 2002, el reconocido arquitecto navarro Fernando Redón comienza la construcción de la Bodegas Pago de Larrainzar, inaugurada en 2006 coincidiendo con la salida al mercado de su primer vino, Pago de Larrainzar 2004.

Situada en una parcela de unos 10.000 m2, esta bodega familiar tiene una superficie de 1.300 m2. Cuenta con cuatro naves: una de recepción de uva, embotellado y salida del producto; otra de elaboración; una nave de barricas; y un edificio de oficinas y centro social. La capacidad total de los depósitos es de 160.000 litros, la del botellero es de 100.000 botellas y las barricas de roble francés se renuevan cada tres años.

Tempranillo, Merlot, Cabernet Sauvignon y Garnacha, de diferentes clones y portainjertos, son las variedades de uva que se extienden por quince hectáreas de terreno.

Es una bodega innovadora en viticultura, utilizando una avanzada tecnología para un mejor conocimiento del viñedo y un control exhaustivo del crecimiento de las plantas y sus necesidades.

Dispone también de un jardín vitícola experimental, que muestra cómo se establece un viñedo, qué trabajos se realizan en el mismo y cómo influyen en las variedades de uva seleccionadas los diferentes sistemas de conducción y poda.

Sus vinos han recibido premios y reconocimientos en concursos como el Decanter Awards, el Concurso Mundial de Bruselas o el Salón Internacional del Vino.