Lexique

MONTE

Antiguamente el monte fue denominado por los romanos saltus vasconum en contraposición al ager o tierra de labranza explotada mediante villae y colonos. Dicho saltus llegaba casi hasta la altura de Tafalla, con vegetación de tipo mediterráneo en esta zona y más montañosa y atlántica hacia el Norte. En la Edad Media esta superficie boscosa era aún muy considerable. Al fundar García el de Nájera el hospital de peregrinos de Iratxe (1052-1054), le dio un campo («agrum») que antes había sido bosque («nemus») con varios robles («robora»). Algo más adelante la donación especial de «illo rove» indica su nombre vasco: «quod vocitatur Ariztia». Bosques, selvas y montes pertenecían en parte considerable a los reyes. Así la iglesia de Pamplona posee la «medietate» con el mismo rey concesor, en el monte de «Iaguitz», en el de «Oyarzaval», «in omnibus montibus et silvis de Belate insubtus», para cortar árboles y leña. También, sin «medietate», las alturas de la sierra de Ezkaba y comunidad de pastos y leñas con otras villas desde el S. de Navarra hasta Orcoyen. Siendo la ganadería una de las riquezas mayores los documentos alusivos a estaciones pastoriles y aprovechamientos ganaderos son bastante abundantes. En lo tocante al léxico, vemos que de «soto» pasamos a «salto», de «salto» a «saltum». Si un «Soto Roio» hubiera estado en tierra de habla vasca se habría hablado de «zaldu», «zaltu», «sautu». Aker çaltua se traduce en un documento referente a San Miguel de Aralar por «saltus hircorum». La toponimia nos habla de una población pastoril de habla vasca que se movía por las tierras montañosas de La Rioja con pastos de verano al Sur. La gran deforestación tiene lugar en función de las necesidades de las ferrerías y, sobre todo, de la Marina durante las guerras de los tiempos modernos.