Instrumento agrícola tan primitivo y tan usado aún hoy en nuestra tierra que parece derivarse su nombre de la voz lai, lain (ramita, sarmiento, brote, púa). Puede ser también voz agorera. Al layador se le llama laiari, lainari.Laida es el brote anual de un vegetal. Laira es el sarmiento y lairatsu, el árbol lleno de ramillas. La voz laka parece relacionarse con lai, laina: lakar es el nudo de una rama y lakatz las ramas de arbusto, la púa de injerto y asta, el erizo de la castaña. Lakizki se llaman unas tenazas para abrir el erizo de las castañas y lama, unas tenazas para agarrar objetos candentes. Con esto queremos insinuar su probable origen en un instrumento de madera como la horca de recoger yerba todavía en uso. El arado data por lo menos de la edad del hierro: lo demuestran unas rejas encontradas en Etxauri (Navarra), en el corazón de la tierra vasca. Quizás entre en juego en la voz laia y laia, la palabra lan («trabajo»). La laya guipuzcoana y vizcaína es de púas más largas que la de Navarra y Alto Aragón. El mango es de madera y el peso de la laya completa oscila entre los siete y nueve kilos. Se colocan los layadores en filas ocupando el centro los más débiles y las mujeres. El ángulo recto que forma el hierro de la laya se utiliza para empujar con el pie e introducir la laya en la tierra mientras se mueve de atrás adelante. Los bloques de tierra que se sacan de esa forma se llaman zoiak. Desde luego se utiliza la laya en parajes no apropiados para el arado. Las estatuas de San Isidro Labrador, canonizado en 1621, se hallan provistas de la laya corta y no de la larga.
Bernardo ANAUT
Bernardo ANAUT