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IRISO

Lugar del municipio de Izagaondoa, partido judicial de Aoiz, Navarra. Está emplazado a los 2º 16' 55" y 42º 44' 33", al NE. del término y de su capital Ardanaz, al pie del monte Gongolaz (830 m., sierra de Gongolaz), a ambas orillas de un pequeño barranco.
1960: 29 h. En 1800: 43 personas habitan en 7 casas útiles. 1970: 15; 1981: 11.
Castellano. A finales del siglo XVI (1587) figura en una lista de pueblos «bascongados» (Varios: «G. H. L. V.» Auñam., 1960, t. 1, pp. 126-137). Dos siglos más tarde (1778) seguía hablándose el vascuence (Varios: op. cit., pp. 67-102). En el primer tercio del siglo XIX, Añibarro la incluye, a efectos de predicación, en una lista de localidades cerradamente vascoparlantes (Varios: op. cit., pp. 44-60). Sin embargo, en el mapa lingüístico de L. L. Bonaparte (1863) aparece en la zona de mínima intensidad del vasco.
Lugar del valle de Izagondoa, 4.° part. de la merindad de Sangüesa, Navarra. Al final de la época foral se gobernaba por medio del diputado nombrado por el valle, con el regidor del pueblo elegido entre sus vecinos.
Celebra fiestas el día de San Pedro, 29 de junio, y el 15 de mayo. (BON).
En 1469 la princesa Doña Leonor donó el lugar de Iriso, con todos sus derechos y rentas pertenecientes al patrimonio real, a Per Ibañes de Gaztelu, notario de la Cámara de Comptos, por sus buenos servicios a perpetuo, para él y sus herederos legítimos exceptuando los cuarteles e imposiciones extraordinarias.
Desaparecidas ermitas de San Emeterio y Celedonio y San Miguel Bizkar.
Iglesia de San Pedro. Se encuentra en la falda del monte, algo separada del caserío. Dicha parroquia tiene origen románico y, como otras iglesias del valle, sufre reformas posteriores que alteran su aspecto. A la construcción primitiva corresponde la nave de cuatro tramos, que incluye cabecera recta. Una capilla rectangular abierta por el lado del Evangelio data ya del siglo XVI, 1572, y es obra del cantero Andrés Iturriaga y reconocida por Juan de Villareal. La nave y la cabecera se cubren con bóveda de lunetos barroca con tramos marcados por arcos fajones, testigos de la construcción medieval. El coro data ya del siglo XVII, con una estructura de madera, ménsulas vegetales y barandilla de balaustres. La sacristía es también obra de Andrés Iturriaga.

Al exterior se presenta como un conjunto de sillar algo horizontal con remate de canes lisos. La portada, abierta en el lado de la Epístola, es de estilo gótico, con arco ojival, abocinada con seis arquivoltas baquetonadas y guarda lluvias exterior. Los capiteles individualizados presentan distintos tipos de hojas, dos figuras humanas y algún animal, todo realizado con una talla muy ingenua y popular. Una torre de sillarejo con alero de modillones iguales a la nave se alza a los pies.

Entre las piezas conservadas en el interior de la parroquia, se encuentra en el sotocoro una pila bautismal medieval con pedestal cuadrado con bolas en las esquinas y moldura, fuste cilíndrico y taza semicircular lisa. En este mismo lugar cuelga un tosco Crucificado del siglo XVII. En el lado de la Epístola se sitúa una pila de aguabendita del siglo XVI.

El retablo mayor dedicado a San Pedro que preside el presbiterio es de traza manierista, propia del taller de Lumbier y realizado por el artista Juan de Huici en 1619 y tasado por Pedro de Laja en 1631. Presenta un banco cuyos tableros pintados fueron robados, dos cuerpos de tres calles separadas por estípites estriados y ático recto con machones. Aunque van desapareciendo piezas, el primer cuerpo conserva todavía un relieve. El segundo cuerpo presenta las tallas de San Juan Evangelista, San Pedro, el titular, sedente y otro apóstol. En el ático se colocan las figuras de un Crucificado sobre fondo pintado con San Juan y la Virgen. El retablo conserva su policromía decorativa original.

En la sacristía se guarda una talla de una Virgen con Niño del segundo tercio del siglo XVI, popular y con el encanto del primer renacimiento. Conserva la policromía de la época.

La colección de orfebrería la componen dos cálices. El primero de plata, fechado en el segundo tercio del siglo XVI aunque con el añadido de un astil cilíndrico arreglado y una copa con rasgos propios del taller de Sangüesa. La base se decora con símbolos de la Pasión. El segundo cáliz de plata es ya del siglo XVII y sigue un estilo purista con la marca de la doble P de Pamplona y la burilada en el reverso de la base. Esta marca lleva también una píxide de plata del siglo XVIII.

Carmina RIUS SALETA