Villes

Garciriáin

Su casco urbano es escaso y se presenta algo disperso, alternándose casas de aspecto tradicional con otras muy reformadas e incluso con algún chalet moderno. Casa "Maistorena" es un bloque de gran desarrollo en planta y dos alturas más desván. Parece dividida en varias viviendas, una de las cuales tiene acceso mediante arco rebajado, y otra arco de medio punto, siendo las ventanas rectas. Sigue casa "Ligorena-Martikorena", que es un bloque de planta rectangular y tres alturas más desván, cubierta con tejado a dos aguas de gran desarrollo y potente alero. Sigue modelos septentrionales de Navarra, con la fachada en uno de los frentes cortos, y muros enlucidos y con cadenas de sillar en esquinas, enmarques de los vanos y en un zócalo bajo. Las ventanas son rectas, con antepechos moldurados en el piso noble, aunque alguna ha sido rasgada para abrir balcones. Hoy va dividida también en dos viviendas, a las que se accede por sendos arcos de medio punto, con dovelas cortas que llevan la rosca moldurada de igual forma. Pertenecen ambos arcos al trabajo de un mismo taller, y en consecuencia llevan ambas la clave decorada con el anagrama de Cristo IHS, y las fechas de 1738 una, y 1739 la otra.

  • Parroquia de San Pedro

Se encuentra en la zona más alta del casco urbano, apartada del resto de los edificios, componiendo una estampa de gran belleza y limpieza de formas. Como tantas otras veces acontece, se trata de un templo medieval en origen, construido en estilo protogótico, aunque con importantes reformas posteriores, que en este caso pueden localizarse en el siglo XVIII, además de una restauración en 1982.

La planta es muy sencilla, con una única nave, dividida en tres tramos más una cabecera recta. El acceso se practica desde el lado de la Epístola, en el segundo tramo, y la sacristía, de planta cuadrada, se adosa a la cabecera por el lado del Evangelio.

Los muros son de sillarejo bien escuadrado, y van perforados por dos ventanas. La primera es medieval, abierta en el muro testero, rematada en arco de medio punto con dos arquivoltas y guardalluvias exterior, que apean sobre columnitas con capitelillos vegetales. La otra es recta y moderna, y se abre en el lado meridional del templo. A los pies de la nave encontramos un coro moderno, sobre viga de madera.

La nave se cubre con cuatro tramos de bóveda de lunetos, de raigambre barroca y fechable en el siglo XVIII. Se articula mediante arcos fajones de perfil apuntado, que proceden de la primitiva iglesia medieval. La sacristía recibe un simple cielo raso.

Al exterior llama la atención en primer lugar la torre, que se levanta sobre el tramo de los pies de la nave, como es preceptivo en este tipo de templos medievales rurales navarros. Su fuste es corto y macizo, y se perfora en alto por medios puntos para alojamiento de las campanas. La fecha de 1733 que lleva inscrita debe corresponderse con la intervención barroca antes reseñada. El paño que apoya directamente sobre la nave va construido en un entramado de madera más liviano, para aligerar los empujes en este punto. Remata en alto con un tejado en pabellón. La puerta propiamente dicha consta de un arco apuntado, cuyo derrame se soluciona mediante tres arquivoltas en arista viva y sin decoración. Apoyan en otros tantos pies derechos por lado, que llevan una moldura a modo de capitel corrido. Por el exterior corre un guardalluvias moldurado.

En el presbiterio podemos ver un Crucificado barroco, ejecutado en un estilo popular, y una talla sedente de San Pedro, renacentista del XVI. Es de buena calidad, con el santo representado como pontífice, sentado pero con ademanes enérgicos, pliegues naturalistas y rostro algo esquemático. Lleva un libro sobre sus rodillas, la llave en la mano izquierda, y bendice con la derecha abriendo la composición. En el mismo muro vemos un sagrario intramural de principios del XVI, abierto con arco rebajado y con una reja de hierro. Cerca se encuentra la pila de bautismos medieval, con base cuadrangular, corto fuste cilíndrico y taza semiesférica, decorada con gallones y rematada con una arquería de medio punto.

En el muro del Evangelio podemos ver un retablo de la Virgen con el Niño. La arquitectura corresponde al siglo XVIII, con banco con una cabeza de querubín, cuerpo con hornacina central y remate avolutado. Presenta una decoración vegetal que invade toda la mazonería. La talla titular es en cambio gótica, del siglo XIV. Para Fernández-Ladreda presenta un canon elegante, dentro de su hieratismo, y algunos rasgos arcaicos, como la extrema frontalidad, recuerdan aún a modelos románicos. En la sacristía, además de alguna pieza de ajuar litúrgico, podemos ver un Crucificado romanista y una talla barroca de San Antonio Abad.

  • CARO BAROJA, J. La casa en Navarra, Pamplona, vol. II, C.A.N. 1982, pp. 415.
  • FERNÁNDEZ-LADREDA, Clara: Imaginería medieval mariana, Pamplona, Gobierno de Navarra, 1988, pp. 357.
  • GARCÍA GAÍNZA, M.C. (et. alt.): Catálogo Monumental de Navarra, vol. V**, Merindad de Pamplona, Imoz-Zugarramurdi, Pamplona, Gobierno de Navarra, Arzobispado de Pamplona, Universidad de Navarra, 1996, pp. 139-141.

JAS 2009