Festivals-Événements

Fiesta de la juventud

La Fiesta de la Juventud es sin discusión una de las más curiosas de la tan tormentosa época de la Revolución. Desgraciadamente la relación que tenemos a nuestra disposición ha sido castigada por las llamas del incendio de 1889, que su restitución es de las más difíciles y resulta imposible darla en toda su integridad. En ejecución de la ley del 13 de Pluvioso una comisión de seis personas había sido nombrada para que la celebración de la fiesta tuviese lugar con toda la solemnidad debida. Esta comisión había hecho levantar un altar de la Patria, con el árbol de la Libertad, que se erguía en la plaza de este nombre. Un anfiteatro se había levantado también enfrente para que se acomodasen los ciudadanos y ciudadanas que habían sido escogidos para cantar himnos patrióticos así como a la orquesta, muy numerosa, destinada a acompañarlos.

El espacio entre el altar de la patria y el teatro, formaba el recinto necesario para la celebración de la fiesta. La municipalidad había escogido en la comuna treinta y seis ancianos de los que doce eran de extra muros; estos ancianos habían elegido, ellos a su vez, en la escuela primaria, a cuatro jóvenes que debían llevar la bandera. En resumen, se habían tomado todas las disposiciones para que la fiesta transcurriese con brillo y majestad y para que resultase lo más bonita posible". Según la carta del ministro del Interior, del 3 de ventoso, la municipalidad no olvidó invitar a todas las autoridades civiles y militares, e hizo al mismo tiempo publicar una proclamación ordenando el cierre de las tiendas y talleres y el cese de todo trabajo. Cuando todo el mundo se reunió en el ayuntamiento, el cortejo se puso en marcha, escoltado por un destacamento de la guardia nacional y por tropas de línea, y precedido por los tambores y por una banda de música que interpretaba aires patrióticos y guerreros. Los cuatro jóvenes que habían sido elegidos de la escuela primaria, llevaban cada uno una bandera; en la primera estaban escritas estas palabras:

"LA SOBERANIA RESIDE ESENClALMENTE EN LA UNIVERSALIDAD DE LOS CIUDADANOS".

En la Segunda:

"LA UNlVERSALlDAD DE LOS CIUDADANOS FRANCESES ES EL SOBERANO".

En la tercera:

"NADIE PODRÁ SIN UNA DELEGAClON LEGAL,EJERCER NINGUNA AUTORIDAD O DESEMPEÑAR NINGUNA FUNCIÓN PÚBLICA".

En la Cuarta:

"LOS CIUDADANOS SE ACUERDAN SIN CESAR QUE ES LA PRUDENCIA DE LOS ClUDADANOS EN LAS ASAMBLEAS PRIMARIAS Y ELECTORALES, QUIEN CIMENTA PRINCIPALMENTE LA DURACIÓN Y CONSERVACIÓN DE LA REPÚBLICA".

A continuación venían los ancianos sosteniendo en la mano cada uno, una varilla blanca; iban vestidos con pulcritud. Después seguían los miembros de la administración municipal, sosteniendo en la mano el libro de la Constitución, Iban acompañados por los alumnos de la escuela primaria, sus padres y el maestro. El cortejo se cerraba con otro destacamento de tropas de la guarnición. La calle la forman, a la derecha la guardia nacional y a la izquierda las tropas de línea. Los funcionarios civiles, públicos y de la marina, seguían el cortejo con varios oficiales de la guardia nacional y de línea y una muchedumbre enorme de ciudadanos.

Cuando llegaron a la plaza de la Libertad, los ancianos ocuparon sitio en el recinto preparado, así como los oficiales municipales, los jueces de paz y los alumnos de la escuela primaria. El altar de la Patria se había adornado con laureles, rodeado de verdor y coronado por cuatro banderas tricolor colocadas en las esquinas. El presidente fue al altar a depositar el libro de la Constitución; los jóvenes colocaron sus banderas a ambos lados del altar de la Patria y las tropas en armas ocuparon el exterior del recinto. Los músicos y los cantores estaban situados en el estrado que había sido preparado para ellos. Y ejecutaron varios himnos y aires patrióticos. El primero de los ancianos después de subir los escalones del altar dirigió al presidente de la administración un discurso, que no podemos reproducir entero, por los desperfectos causados en la relación que nos sirve de guía, pero en el que se decía que "la soberanía del pueblo es inalterable, etc.".

Hemos tenido más suerte con la respuesta del jefe de la municipalidad bayonesa que si no dice gran cosa, tiene al menos, el mérito de no alargarse más de lo conveniente. Seguidamente leyó en alta voz la proclamación del Directorio ejecutivo a los franceses, con fecha del 9 ventoso, que hace relación a las Asambleas primarias del año VI, y la ley del 15 del mismo mes que refiere que "el ejército español en el Capitolio se había hecho digno de la Patria". Todo esto fue precedido por un mensaje del Directorio sobre el mismo tema. La lectura se terminó con los gritos de: ¡Viva la República!, ¡Viva la Constitución!

Seguidamente, después de nuevos cantos patrióticos el cortejo volvió a encaminarse al ayuntamiento. Una lluvia torrencial que había empezado a caer por la tarde impidió la celebración de las carreras y de las danzas que debían tener lugar, así como de los fuegos artificiales que se habían preparado en la plaza de la Libertad. Sin embargo, como la alegría infantil en esta bella jornada no debía sufrir trastorno, se celebró un baile público en la antigua iglesia de los Carmelitas, y los ciudadanos y ciudadanas bailaron hasta el amanecer.

Ref. Edouard Duceré: Dictionnaire historique de Bayonne, 2 vols, Bayonne, 1911-1915.