Peintres

Baeza Herrazti, Teresa

Pintora nacida en Ceuta el 11 de septiembre de 1931. Vive desde los nueve años en San Sebastián y luego, definitivamente, en Bilbao. Posee un gran conocimiento técnico y una fuerte inspiración humanista cercano al expresionismo.

Sobre ella escribió en 1979 Maruja Guisado:

"Desde sus primeras realizaciones en el campo plástico, se ha interesado siempre de forma especial por la pintura como expresión del ser humano; de naturaleza extremadamente observadora y de sensibilidad exquisita para el color, sabe aprovechar ambas cualidades compaginándolas en la ejecución de sus obras (que podrían incluirse por temática dentro de la nueva figuración sin perder la estética del movimiento) uniendo pintura y volumen. Se vale pictóricamente de luz, sombra, relieve. Todos estos elementos son cuidadosamente estudiados en el color. Una profunda gama de oscuros, grises, violáceos tostados, intercambiados con sordos estallidos luminosos, recortan los personajes. El dibujo es obra exclusiva del cromatismo." (...)"Encontramos en sus lienzos indudables reminiscencias picassianas así como analogías con Dubuffet. Sus personajes, sus figuras, tienen un algo de poder misterioso, de fascinación, como si estuvieran cargadas de un mensaje secular. Son personajes imaginarios de valor plástico y ocurrencia compositiva."

El escritor y crítico Luis de Castresana:

"Teresa Baeza se enfrenta a la pintura con el doble objetivo de lo estético y de lo ético. La pintura como expresión y como comunicación del pintor consigo mismo y con los demás. Teresa Baeza crea desde dentro de sí misma, trasladando su sentir al lienzo y poniendo en su pintura su propia huella digital. De ahí esa originalidad creadora y esa unidad que hermana a todos sus cuadros como se hermanan los dedos a la mano o las alas a los pájaros. Pintura la suya de buena pasta -en el doble sentido de la expresión- y de ricas calidades pictóricas. Pero a mí, que no soy crítico, sino escritor que pinta o pintor que escribe (lo mismo da), lo que en definitiva me interesa más de la pintura de Teresa Baeza no son sus cualidades técnicas, sino su óptica personal, su gramática emocional y ética. Como en una especie de arcaísmo, quizá de gótico moderno, hay en estos óleos baezanos un no sé qué de universal y genesiaco, un algo de monacal y misterioso, un goteante lirismo que hace pensar vagamente en oníricas vidrieras policromadas."

Aludiendo a "los cuadros mágicos y las dolientes temáticas de Teresa Baeza" escribió Mario Ángel Marrodan:

"Las femeninas emociones con goyescas agudezas de Teresa Baeza Herrazti abren puentes muy agitados en la plasticidad de lo bello ante lo trágico. El tormento de la figura está aquí representado, descuartizado, porque esas figuras penetrantes en el dispositivo formal que la autora incorpora a la agresividad compositiva están viviendo.

La artista crea la imagen naturalista con un hábito visual independiente de otras incidencias provocativas. "Como la máscara ha liberado el rostro" -por citar una línea de Malraux-, así, la representación que la estilística de Teresa nos ofrece, bajo aspectos de la invocación figurativa de su arte pictórico, es un signo de identificación formal (o una forma de identificación) con la creatividad estética que las nuevas formas expresivas -insitas en ella, en la actualidad palpitante de sus motivaciones y en lo esencial de sus manifestaciones- contienen. Cuestión de ver desde el ser que siente y que adquiere dimensión a medida que crece y se pasiona, en esta patente creadora de modernizada, atormentada e intuitiva de monstruos tratados humanitariamente desde el encanto de la melancolía interpretativa, cuyo curso del pincel vierte pesadillas artísticas: el gran sueño de la expresión figurativa."

  • VVAA: Pintores y escultores vascos de ayer, hoy y mañana, Ed. La Gran Enciclopedia Vasca, Bilbao, 1979, t. 20.