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AIZKORBE

Urbanismo y construcciones civiles

Aizkorbe va ya decididamente encaramado en la sierra, en concreto en el monte Erga, en cuya abrupta ladera se extiende. En realidad, el lugar se distribuye en tres núcleos separados entre sí por amplios espacios en cuesta. El primero de ellos está junto a la carretera, y predominan en él las casas de nueva factura y bastante bien conservadas. A continuación, remontando la calzada, nos encontramos el pueblo propiamente dicho, donde se encuentran las casas más interesantes. Por último, en lo alto se encuentran la iglesia y la casa parroquial. Las casas van exentas y tienen buen tamaño y magnífico estado de conservación. Alguna muestra un nombre locativo "Betikoetxea" (o sea "Behetiko Etxea"), mientras que otra sigue el patrón más común para designar a las casas en Navarra, "Urizena" o "casa de Uriz".

A la entrada del pueblo encontramos un caserón de tres alturas más ático, cubierto con un tejado a doble vertiente y con muros enlucidos que salvan los enmarques de los vanos y las esquinas. Los vanos son cuadrados, salvo la puerta de acceso que va con un arco de medio punto bastante tosco. La casa parroquial repite las mismas características que la anteriormente descrita, pero con una altura menos. Ambos inmuebles nos remiten al tipo de arquitectura más común en el valle de Arakil y en la Sakana. En la segunda de ellas, además, la clave del arco lleva una moldura avolutada en su clave, similar a otras que hemos visto en la zona, y que denota la presencia de un mismo taller ambulante por estos pueblos, en un momento determinado. El sillar de encima lleva la inscripción: AÑO 1750, y encima hay un rostro humano toscamente tallado. Otra casa de diferente aspecto, y que muestra una notable ampliación en superficie, tiene tres alturas, cubierta asimétrica a doble vertiente que acusa igualmente la ampliación, ventanas cuadrangulares y puerta con arco de medio punto. Lo más diverso respecto a las antes reseñadas es el tratamiento dado a los muros, que esta vez no van enlucidos y que muestran una mampostería de tamaño regular y atractivos colores rojizos y grises.

Parroquia de San Andrés

Tiene el lugar una iglesia de origen medieval, cuyos elementos, pertenecientes a un gótico propio del siglo XIII, están bien conservados y atestiguados. La planta es rectangular y tiene marcado eje longitudinal. Se divide en cuatro tramos más la cabecera, que remata en testero recto, como suele ser habitual en estas fábricas del gótico rural navarro. Por el exterior, contrapesan los empujes de esta cabecera dos fuertes estribos dispuestos de manera oblicua. En el lado de la Epístola se abre, en el tercer tramo, la sacristía, que fue añadida a posteriori. Con ella se alinea un pórtico sencillo destinado a cobijar el acceso al templo.

Los muros son de sillares bastante regulares y labrados con buena estereotomía. A mitad del muro interno corre una moldura que, recorriendo todo el perímetro del templo, une las ménsulas del apeo de los fajones. A los pies del templo se levanta un coro de madera muy rústico y añadido en fecha posterior, como es lógico. En cuanto a los vanos, el templo se ilumina mediante dos ventanas rematadas con arcos de medio punto abiertas en el coro por el lado de la Epístola y en la cabecera.

La cubierta es plana y con bovedillas en el primer tramo, que sostiene la torre, y es de cañón apuntado en los cuatro siguientes, propia de un gótico temprano, que se divide en tramos por arcos fajones también apuntados y de sección rectangular, salvo el que abre la cabecera, que es rebajado. Los arcos fajones apean en ménsulas lobuladas y pilastras. La sacristía, por su parte, lleva una cubierta plana.

Al exterior debemos destacar la torre, que sigue la tipología de los templos rurales de la época, con un fuste prismático de pesadas proporciones, rematado por tejado en pabellón y con dos huecos de medio punto para alojar las campanas. El pórtico, como se ha adelantado más arriba, es plano y con estructura de madera, y lleva un único pilar de sección rectangular para aligerar su peso. La puerta, por su parte, pertenece también al periodo gótico y al siglo XIII, y consta de un arco apuntado formado por dos gruesas arquivoltas de sección cuadrangular, carentes de decoración salvo en la clave. Apean sobre pies derechos rematados por unos cimacios que sustituyen a los dinteles, y que van también lisos. Recorre el arco un guardalluvias bien resaltado y decorado con bolas. La decoración de esta portada, por lo demás sobria y elegante, se concentra en las claves, donde distinguimos un crismón y una cabeza humana toscamente trabajada.

La iglesia no está muy dotada en cuanto a mobiliario litúrgico se refiere. El retablo mayor es de los siglos XIX o XX, y sigue un patrón neoclásico. Su arquitectura consta de banco, un cuerpo de tres calles, articulado mediante columnas de orden compuesto, y ático con caja avenerada y frontón triangular. Las imágenes, casi todas ellas modernas, representan el Sagrado Corazón, San Andrés, y la Inmaculada Concepción. La única talla antigua es la del Padre Eterno que culmina el ático, y que es de un barroco ciertamente popular.

En la sacristía se custodia una talla de la Virgen del Rosario, barroca del siglo XVII y carácter igualmente popular, y algunas piezas de orfebrería.

Joseba ASIRON SAEZ (2007)